tag:blogger.com,1999:blog-141181072024-03-17T21:03:18.972-06:00IDEAS AL VUELONO NECESITAMOS PERIÓDICOS, NECESITAMOS PERIODISMO.Unknownnoreply@blogger.comBlogger1196125tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-57457295757218384662012-04-20T12:49:00.000-05:002012-04-20T12:49:58.270-05:00Argentina y la cultura de las estampitasOtro ingrediente del éxito populista es la afición milagrera<br />
de las masas supersticiosas - ¿usted y yo, incluidos?-, que cifran sus<br />
anhelos de revancha en la estampita del ídolo.<br />
<br />
Hoy Diego Armando Maradona podrá, por fin, cumplir su deseo de<br />
regresar a Cuba, dizque a someterse a un tratamiento casi milagroso,<br />
sólo posible en la gran finca de los hermanitos Castro, que lo alejará<br />
ahora sí para siempre, prometen, de la adicción esclavizante a las<br />
drogas.<br />
Hace unos días David Gistau en el periódico madrileño La Razón<br />
ironizaba que así como Víctor Hugo dijo que el primer loco que se<br />
creyó Napoleón fue Napoleón, ahora el primer loco que se cree Maradona es ese “gremlin” esférico y sudoroso que dice ser Maradona internado en un manicomio en la Argentina.<br />
Y como Napoleón en Santa Elena, el loco que se cree Maradona<br />
se irá a una isla mítica y milagrera – Cuba- a seguirse creyendo el<br />
gran Maradona, aquél que doblegó en la imaginería popular a la Pérfida<br />
Albión con un gol, ayudado por la mano divina (dijo el mismo Pibe),<br />
inolvidable, en el pasto del Estadio Azteca en México.<br />
Dice el propio Gistau que muchos, tal vez millones, de<br />
argentinos prefieren pensar en el otro Maradona –no en ese despojo del<br />
futbolista que mueve a lástima o a irrisión- para poder seguir<br />
creyendo en el ídolo a la altura de sus sueños de revancha. Tres<br />
estampitas que lleva en su corazón el argentino ávido de populismo:<br />
Evita, Gardel y Maradona.<br />
Nadie hizo tanto por los desposeídos de este mundo como Evita…<br />
Y lo sigue haciendo más de 50 años después de muerta. Ya se sabe que<br />
prometió: “Volveré y seré millones…” Las pintas en los suburbios de<br />
Buenos Aires (“¡Evita Vive!”) dan testimonio de la inmortalidad de la<br />
estampita de la santa de los descamisados.<br />
Nadie cantó como Gardel. Y lo sigue haciendo. Sabiduría<br />
popular, entre los aficionados al tango, es que “Carlitos cada día<br />
canta mejor”.<br />
Nadie jugó futbol, dicen, como Dieguito. Y habrá de seguir<br />
haciéndolo –sueñan- anotando eternamente el gol del desquite, el gol<br />
milagroso, el gol que por un momento (“!detente, instante, eres tan<br />
hermoso¡” parafraseando a Goethe) devolvió a las masas supersticiosas<br />
al paraíso perdido, aquél donde no hay trabajo, ni esfuerzo, ni dolor,<br />
ni escasez, ni responsabilidad, ni mérito, ni culpa (libertad tampoco<br />
porque es un lujo inútil y pernicioso), donde el ídolo encaramado en<br />
el Estado nos dispensará todo, munificente y generoso.<br />
Si usted como yo piensa que toda esta superstición de los<br />
ídolos de estampita es basura, usted –como yo- ya habrá experimentado,<br />
en esta Hispanoamérica nuestra, el desasosiego de “estar de más”, de<br />
ser odiado en este manicomio de los adictos a las estampitas<br />
milagreras. Adictos al señuelo populista, adictos al cuento de<br />
que “el pueblo” (esa entelequia) siempre tiene la razón, especialmente<br />
cuando está bajo los efectos hipnóticos de la palabrería vana del<br />
jefecillo de la aldea<br />
<br />
<i>Columna de Ideasal vuelo publicada originalmente en octubre de 2004, en "El Economista" (se llamó en la versión original: Maradona y la cultura de las estampitas).</i>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-48751366357565665062011-11-12T19:19:00.000-06:002011-11-12T19:19:50.048-06:00Apología de la tecnocraciaLa crisis de la euro-zona empieza a cobrar sus primeras víctimas políticas de “alto nivel”. Tanto Grecia como Italia, nos dicen los medios, han optado, para sustituir a sus primeros ministros defenestrados por la crisis y a sus equipos de colaboradores, por llamar a los tecnócratas como solución de recambio.<br />
<br />
¿Quiénes son los tecnócratas? Al parecer son unos demonios odiosos. Son insensibles, nos dicen. No es que tengan a la derecha, en lugar de a la izquierda, el corazón. Es que no tienen corazón estos tecnócratas. Prefieren al mercado – entidad digna de ser odiada, si las hay- y desdeñan la solidaridad. Quieren reducir las tareas del Estado a las del policía protector de los intereses, acaso sólo de los intereses de los poderosos. Y no son amigos, para nada, de echarle toda la carne al asador en materia de gasto público y subsidios a los sindicatos, a los grupos de presión, a los redentores.<br />
<br />
Pero, y esto aún los más recalcitrantes lo admiten aunque sea de forma tácita, los tecnócratas suelen ser buenos bomberos. Como conocen el funcionamiento de los mercados, como saben “leer” la perversa mente de los inversionistas y de los adinerados que mueven las bolsas de valores y las variables financieras (tasas de interés, tasas de cambio de divisas, indicadores de confianza, valuaciones de las agencias calificadoras) saben también cómo tratarlos y apaciguarlos cuando se ponen escépticos frente a las promesas de los políticos. Saben darles señales aceptables de seguridad y confianza, en lugar de melifluos discursos.<br />
<br />
Además, estos tecnócratas suelen valorar la honestidad intelectual y el rigor a la hora de hacer recomendaciones de política pública. Tal vez sea porque le temen al ridículo de ser llamados ignorantes o al escarnio social de ser motejados como chapuceros a la hora de elaborar el entramado racional de sus hipótesis y proposiciones, ¿quién sabe?, pero un genuino tecnócrata huye, como de la peste, de la mera posibilidad de ser acusado de tramposo intelectual. Eso los hace ser rigurosos, eludir los escapismos de la demagogia y proponer opciones duras, pero coherentes y relativamente inexpugnables desde el punto de vista racional (aun cuando en el terreno del discurso emocional, en el que la lógica se suspende y las pulsiones primarias y las hormonas mandan, sean fácilmente atacables).<br />
<br />
No se si en verdad los tecnócratas regresan por sus fueros en Grecia, en Italia o incluso en España (habrá que esperar el expediente del 20 de noviembre de las elecciones, cuando todo parece que el PSOE y el rojerío light será reprobado y condenado a estudiar en vacaciones para pasar el examen extraordinario), pero si así es se trata de una grata noticia. Los bomberos siempre son mejor compañía, en caso de incendio, que los pirómanosUnknownnoreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-594975794604055472011-08-07T21:30:00.001-05:002011-08-07T21:32:44.361-05:00Un vino que me despaché con mi tocayo en junioSin ánimo de ofender a nadie...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_ZB0bnG4BoT0ae48X4XapX-ahs4apKxgWV_S-11hsrasOiVQaM3wn8hT0nCLcR8aSZQpKu-tHt9OD6y0QFTzitIcXnnsmZfk7-LVb1ef27W5BzpKh9FffJfigE61BSGGKYQwaCQ/s1600/lagarde.jpg" imageanchor="1" style="margin-left:1em; margin-right:1em"><img border="0" height="400" width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_ZB0bnG4BoT0ae48X4XapX-ahs4apKxgWV_S-11hsrasOiVQaM3wn8hT0nCLcR8aSZQpKu-tHt9OD6y0QFTzitIcXnnsmZfk7-LVb1ef27W5BzpKh9FffJfigE61BSGGKYQwaCQ/s400/lagarde.jpg" /></a></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-38698966642424310542011-07-24T22:44:00.000-05:002011-07-24T22:44:30.404-05:00En los medios, la ética importa ¡y mucho!Comparto con mis amigos lectores algunas reflexiones sobre el caso de los delitos que, según todos los indicios, han cometido algunos de los medios de comunicación pertenecientes al potentado de los medios Rupert Murdoch.<br />
<br />
Primero, se trata de crímenes abominables. Ningún medio de comunicación, aun cuando esgrima en su descargo una hipócrita “autoridad moral” para escudriñar las intimidades de las personas, tiene derecho a realizar o propiciar la realización de escuchas telefónicas de conversaciones privadas o a interceptar otras comunicaciones personales (por ejemplo, correos electrónicos de familiares de víctimas del terrorismo o de acciones bélicas), y mucho menos (lo que probablemente ha sucedido, por desgracia) a extorsionar o chantajear moralmente a personajes públicos comerciando con la difusión o no del contenido de dichas comunicaciones personales.<br />
<br />
Eso es basura y no tiene ninguna calidad periodística. Es un crimen tan abominable, a mi juicio, como el abuso sexual en contra de menores de edad o, para decirlo de forma gráfica y contundente: es tan asqueroso moralmente como la depravación de quien se atreve a satisfacer sus pulsiones enfermizas violando cadáveres.<br />
<br />
Segundo, hay una preocupante constante en el caso de varios magnates de los medios de comunicación en todo el mundo, y a lo largo de la historia, que consiste en su arrogante sentimiento de impunidad moral. Esta arrogancia lo mismo se constata en los grandes magnates de medios de comunicación con influencia global, como Murdoch, que en caciquillos locales de los medios en cualquier país, México incluido desde luego.<br />
<br />
Poseer el control accionario de una cadena de televisión, o de estaciones de radio o de un influyente periódico, de ninguna manera otorga una patente de impunidad moral para calumniar, destruir reputaciones, o para denigrar a personajes públicos o no tan públicos por sus defectos físicos o morales, hacer befa del prójimo y llevar a cabo un constate acoso sobre personajes públicos por razones baladíes: Fulano es demasiado gordo, Perengana es sospechosamente flaca, Zutano parece tener preferencias sexuales “raras”, Fulanito consume vino importado durante sus comidas. Eso es también basura, aunque pretenda disfrazarse con la vestimenta de “chiste” o humorismo trasnochado.<br />
<br />
Tercero, tampoco deben otorgar patente de impunidad las columnas sin firma que difunden rumores, especulaciones, versiones no confirmadas, conjeturas calenturientas disfrazadas de noticias. Más aún: un periódico que se precie a sí mismo debería darle decorosa sepultura a tal género de resúmenes de chismes, ataques cobardes y anónimos, especulaciones apresuradas o dictadas por intereses inconfesables. Por favor, si quieren saber cómo se hace el verdadero periodismo de investigación relean con cuidado “Todos los hombres del Presidente” de Bernstein y Woodward: cualquier conjetura que no haya podido ser comprobada por tres fuentes independientes entre sí, y que no pueda firmarse con nombres y apellidos reales, no merece ser publicada.<br />
<br />
Cuarto, de acuerdo con la sentencia clásica del periodismo: los hechos son sagrados, las opiniones son libres. Pero las opiniones libres no incluyen afirmaciones manifiestamente falsas, tergiversación flagrante de los hechos, adivinaciones febriles. Los medios deben exigir también a sus columnistas y editorialistas no confundir la libertad de opinión con la impunidad para difundir falsedades manifiestas, mentir acerca de hechos constatables, denigrar al prójimo, alardear acerca de conocimientos que obviamente no pueden tener (verbigracia: “la única razón por la que el Presidente dijo o hizo tal fue ésta o aquella”).<br />
<br />
Quinto, las deficiencias de los medios y de los periodistas de ninguna manera justifican (¡nunca!) la intromisión de los gobiernos a través de la censura y cualquiera de sus formas disfrazadas. Preferibles mil veces los excesos de la libertad de expresión mal entendida que cualquier amago de limitación o coerción a esa libertad sagrada que debemos disfrutar todos los seres humanos, no sólo los periodistas. <br />
<br />
Es el público quien debe dar la sentencia definitiva, auxiliado por el sentido común y por las nociones elementales de la ética. La ética cuenta ¡y mucho!Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-31289746766444568082011-06-19T02:52:00.000-05:002011-06-19T02:52:29.563-05:00¿La novela tiene que ser, siempre, de los padres?Sobre estas cosas, se supone, no se escribe. Pero…<br />
- “Vayamos por el regalo del día del padre”. Es una mezcla de molestia, de obligación, de culpa, de justificación frente a ellas, A y T, que se muestran más resignadas que entusiasmadas con la propuesta. Por supuesto, en este caso “el regalo del día del padre” no es para mí, sino para mi papá. Deliberación un tanto absurda: “mejor un libro que unas botellas de vino”. Claro, igual el vino es mala idea: lo acabarán disfrutando quienes no debieran, o le puede hacer daño. Sí, un libro, un par de buenos libros, es mejor.<br />
Lo malo del asunto es que entrar a una librería con compañía es terrible. Sientes a los pocos minutos el reproche silencioso: “Bueno, y ahora ¿cuánto se va a demorar viendo títulos, leyendo las contraportadas, ojeando y hojeando?...y claro, acabará comprándose uno o más libros para sí mismo, no para el festejado…”.<br />
Decides que lo prudente es esmerarte en seguir un criterio de eficiencia: rápido y efectivo, optimización de recursos escasos. Se trata de no rebasar la frontera, muy cercana, donde termina la tolerancia y la paciencia de las acompañantes – en especial de A-, de elegir algo que “valga la pena”, que le guste al celebrado, tu papá, y, sobre todo, de no sucumbir a la tentación de tu avidez personal de lector. Elegir es renunciar, nunca más cierto.<br />
Las cosas no pintan mal: Mark Twain y Chesterton, perfecto. Dos, hasta tres libros muy disfrutables y llenos de intencionalidad: “Oye, papá, a tus ochenta y algo años de vida no te cae mal una inmersión en el sentido del humor inteligente, seco, sin tanta estridencia latina, de estos dos, del periodista estadounidense fundador de un género fecundo; del polemista británico genial y afilado, como daga, y de su afición a cifrar y descifrar la vida como una trama detectivesca”. Genial, asunto resuelto con eficiencia. <br />
Pero en el camino, inexorable, se cruzó una tentación demoledora: novela corta de autor desconocido, para mí al menos, chileno, de nombre extraño (Alejandro Zambra), de título seductor: “Formas de volver a casa”, de cautivadora, convincente, descripción en la contraportada: “…habla de la generación de quienes, como dice el narrador, aprendían a leer o a dibujar mientras sus padres se convertían en cómplices o víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet”.<br />
Decido con la otra mitad del cerebro, la lúdica, la que se desentiende de los deberes y de la obsesión de dar explicaciones ante el tribunal de la opinión pública: “Ésta me la llevo yo”.<br />
Asunto concluido exitosamente. Un agente policíaco habría informado a sus jefes de esta manera: “Operativo termina conforme con los objetivos trazados por la superioridad”. Un historiador del siglo XIX habría escrito: “Las armas nacionales se han vuelto a cubrir de gloria”. Yo diría, modestamente, que otra vez me salí con la mía: cumplí con el regalo obligado, de paso me regalé – de mí para mí- una lectura que promete ser apetitosa.<br />
Lo fue. Leí de un tirón “Formas de volver a casa”, publicada apenas en mayo de 2011, ¡el mes pasado! Me gustó tanto la pequeña novela, 164 páginas, que me puse a escribir esto. <br />
Me gustó a pesar del enojo que me dio darme cuenta de que el autor, Alejandro Zambra, tiene sólo siete años más de edad que la mayor de mis hijas…y que yo no he logrado escribir algo parecido. Me gustó porque está muy bien escrita – refleja que la calidad de la educación en Chile está varios años luz delante de la que tenemos disponible en México-, porque tiene estilo propio, porque refleja que los cincuentones, como yo, muchas veces continuamos anclados en el siglo XX y no acabamos de entender las inquietudes, los miedos, las esperanzas, los gozos, las búsquedas de los que tienen 20, tal vez 30, años menos que nosotros (ni hablar de generaciones aún más jóvenes), me gustó, en fin, porque tiene hallazgos memorables, como este párrafo:<br />
<blockquote><i>“La novela es la novela de los padres, pensé entonces, pienso ahora. Crecimos creyendo eso, que la novela era de los padres. Maldiciéndolos, y también refugiándonos, aliviados, en esa penumbra. Mientras los adultos mataban o eran muertos, nosotros hacíamos dibujos en un rincón. Mientras el país se caía a pedazos nosotros aprendíamos a hablar, a caminar, a doblar las servilletas en forma de barcos, de aviones. Mientras la novela sucedía, nosotros jugábamos a escondernos, a desaparecer”.<br />
</i></blockquote>Interesante reflexión para el día del padre, me pareceUnknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-16847361301095273982011-04-23T23:48:00.000-05:002011-04-23T23:48:31.732-05:00Supersticiones, incertidumbre y ciencias socialesSe dice que en 1900 el muy respetado Lord Kelvin sentenció ante la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia lo siguiente: <br />
<b>"Ahora la Física no tiene nada nuevo que descubrir. Todo lo que resta es hacer más y más precisa la medición de los fenómenos".<i></i></b><br />
<br />
<br />
Por supuesto, hoy sabemos que Lord Kelvin estaba equivocado. Tan sólo cinco años después, en el "milagroso" año 1905, Albert Einstein publicaría sus famosos cinco ensayos que trastornaron la Física desde sus cimientos - aun cuando Einstein jamás pretendió iniciar tal revolución - y que sembraron la semilla de multitud de hallazgos científicos y tecnológicos que hoy disfrutamos. <br />
<br />
Más aún, parte de lo que provocó Einstein con tales ensayos (especialmente lo relacionado a los cuantos de energía y, por ende, a la física y mecánica cuánticas) conduciría a que en 1927 Werner Heisenberg formulase el principio de indeterminación o incertidumbre. Todo eso metió de lleno a la Física en el incómodo terreno de la probabilidad, algo que, por cierto, siempre pareció disgustar a Einstein quien, no sin razón, admiraba profundamente la grandiosa y eficaz síntesis científica que llevó a cabo Isaac Newton y que complementaron los descubrimientos de Michael Faraday y de James Clerk Maxwell, acerca del electromagnetismo y de los campos electromagnéticos. <br />
<br />
Tan deslumbrante y poderosa - en términos explicativos y funcionales- es la física newtoniana que el astrónomo Pierre Simón de Laplace pudo proclamar entusiasmado:"<b>Una inteligencia que conozca todas las fuerzas actuando en la naturaleza en un momento dado así como las posiciones de todas las cosas en el universo en dicho momento, podría resumir en una sola fórmula tanto los movimientos de los cuerpos más grandes como de los más pequeños átomos en el mundo; para él, para dicha inteligencia, nada sería incierto, tanto el futuro como el pasado estarían presentes ante sus ojos"<i></i></b>. Es decir: la omnisciencia divina al alcance de la mano...o casi.<br />
<br />
No es extraño que en medio de este exaltado optimismo acerca del poder de la ciencia un personaje tan serio, y seguramente poco dado a fantasear o a guiarse por meras creencias o supersticiones, como Lord Kelvin, se haya sentido confiado y seguro de que sólo le restaba, a la Física, "mejorar más y más los instrumentos de medición" para llegar a esa fórmula única que explicaría todo.<br />
<br />
En rigor la frase atribuida a Lord Kelvin nunca fue una afirmación científica, sino una mera creencia, una superstición, una convicción cercana a la que manifiesta quien está "seguro" de que el extracto de veneno de alacrán es eficaz para curar el cáncer de hígado. (Una de las acepciones de superstición que consigna el diccionario es "fe o valoración excesiva respecto de algo"). <br />
<br />
Fue el mismo rigor científico, ayudado por las matemáticas, el que llevó sin embargo a los grandes físicos del siglo XX a la negación del determinismo justo en el umbral de lo que, se pensaba, podría explicarnos el origen de la energía y del universo: el átomo. <br />
<br />
Curiosamente, mientras la física moderna nos regresó a la humildad de la incertidumbre y a la constatación de que hay barreras infranqueables para el conocimiento (no podemos conocer al mismo tiempo la posición y la velocidad de un electrón; en la física atómica la intervención del observador, el solo hecho de "observar", perturba lo observado), las ciencias sociales parecen ancladas en el optimismo científico de los siglos XVIII y XIX, se diría que aspiran a revestirse de carácter científico imitando, por así decirlo, las leyes de la física newtoniana.<br />
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Pongo un ejemplo actual y particularmente importante para la vida diaria de todos nosotros: ¿qué evidencia tenemos de que los estímulos monetarios y fiscales de carácter extraordinario que se han aplicado en los Estados Unidos han propiciado la recuperación de la actividad económica, medida por diversos indicadores, como ventas, producción, inventarios, índices de confianza de productores y de consumidores? No la tenemos en rigor. No sabemos. <br />
<br />
Tampoco sabemos si dicha recuperación se pondría en riesgo en caso de que tales estímulos cesaran hoy o mañana. Sin embargo, todos los días políticos, funcionarios sumamente ilustrados y encargados de decidir las políticas públicas, comentaristas y una legión de académicos (economistas) formulan sentencias taxativas al respecto. <br />
<br />
En realidad, la única forma que tendríamos de saber más al respecto sería experimental: dejando todo lo demás igual (lo cual es de suyo bastante difícil, si es que no imposible tratándose del asunto de que se trata), ¿qué pasaría si se retirasen de una vez y completamente tales estímulos?, ¿alguien está dispuesto a correr el riesgo de provocar una nueva recesión, el famoso "double dip"? o, a la inversa: ¿algún político será tan osado como para demostrar en la práctica que la intervención del Estado, en este caso mediante las políticas fiscal y monetaria, es no sólo innecesaria sino perjudicial? Nunca lo sabremos. <br />
<br />
Acaso, estamos ante una auténtica superstición neokeynesiana como aventuran algunos, o acaso estamos ante una prueba genuina de que sin la intervención gubernamental la economía seguiría postrada. No lo sabemos, ni podemos saberlo. Yo creo - y subrayo "creo"- que hay más ingredientes de superstición "científica" acerca de la capacidad del gobierno y del banco central para reanimar la economía, que de relación causa-efecto; al menos, es cierto que no hay quien pueda medir con certeza dicha correlación, ni mucho menos establecer sin dejar lugar a dudas que la dirección de tal causalidad es unívoca. Pero, lo admito, eso es lo que yo "creo" que no es lo mismo que decir: "yo sé".<br />
<br />
Empecemos, al menos, por reconocer que no sabemos lo que definitivamente no sabemos.Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-67793833218007201222011-04-17T11:21:00.000-05:002011-04-17T11:21:15.396-05:00Capo de mi guarda, mi dulce compañía...En mi otra bitácora (semana inglesa) conté hace unas horas cómo apareció en mi vida, de forma efímera y sorpresiva, una supuesta hija pidiéndome ayuda. Puede leerse <a href="http://laotracolumna.blogspot.com/2011/04/pedirle-perdon-los-criminales.html">aquí la historia</a>. Minutos después en Twitter, José Sánchez Zolliker ironizó al respecto: "Es sacrílego pedirle perdón a los criminales, lo que hay que hacer es rogarles que nos protejan". Pues, sí. Puestos a hacer tratos con la delincuencia, pidámosles lo que la gente muy piadosa le ruega a Dios, a los santos y al ángel de la guarda: protégenos de todo mal. Amén. Todo esto provoca asco. Los imbéciles que en los medios propagan la defensa tácita de la delincuencia - lo que sea con tal de atacar groseramente al gobierno- ¿no se dan cuenta de lo bajo que han caído?Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-50709693327773416462011-04-01T07:01:00.000-06:002011-04-01T07:01:25.368-06:00Dichos y gestos de un profesorLos dichos y gestos del belicoso profesor Humberto Moreira han provocado divertidos análisis de parte de sendos especialistas en los usos y los abusos de la lengua española.<br />
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Que el presidente de un partido político, como es el caso de Moreira (quien estudió para profesor de educación primaria en la benemérita Escuela Normal de Coahuila), despierte un vivo interés en investigadores de la valía de Guillermo Sheridan y del enigmático Gil Gamés resulta por sí sola una noticia sorprendente.<br />
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El primero, Sheridan, confeccionó un hilarante análisis lingüístico acerca de la inopinada alegoría que usó Moreira en días recientes. La alegoría consistió en invocar la perturbadora visión de una sábana blanca con puntos negros que un torpe e hipotético conductor obtendría a través del espejo retrovisor de su automóvil. Tal alegoría, como escribió Sheridan, habría ganado el premio mundial como la más confusa de todas las alegorías confusas que la historia registra. Se supone, a la vez, que tal alegoría indescifrable describe – según el dicho del profesor Moreira- a los gobiernos federales “de derecha” que México ha tenido de diciembre de 2000 a la fecha.<br />
<br />
Es tan enrevesada la alegoría que en un diálogo inventado por Sheridan uno de los personajes ficticios, deslumbrado por la retórica del flamante presidente del PRI, conjetura algo así: ¿se tratará acaso de que el conductor ha visto por el espejo retrovisor a un miembro del Kukuxklán cubierto por una sábana blanca que contrasta con los dos puntos negros que podrían ser los ojos del perturbado racista?<br />
<br />
Por su parte, el siempre reflexivo Gil Gamés cavila, en su “amplísimo estudio”, acerca de los métodos audiovisuales a los que tan afecto parece el profesor Moreira quien, cuando dice que sostiene algo, de veras lo sostiene en un sentido físico y literal. Es por ello que Moreira, para ilustrar a los desprevenidos mexicanos acerca de las penurias que sufrimos en materia de bienestar, sostiene un cartón de huevos que muestra sonriente a reporteros y fotógrafos.<br />
Moreira pretende que tales penurias, si las hay, son causadas por los gobiernos de Fox y de Calderón. Antes de ello, en los tiempos del PRI, “dichosos tiempos que los antiguos llamaban dorados” (podría haber dicho el profesor copiando, mal, al Quijote) todo era abundancia y jolgorio. Los datos no avalan estas lucubraciones del coahuilense, más aun los datos contradicen tales consejas de propaganda, pero ¿qué importa?, lo del profesor Moreira no son los datos, ni los hechos, sino las imágenes. <br />
<br />
“La letra sólo con imágenes entra” dirá para sus adentros este adelantado de los recursos audiovisuales. <br />
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Imagino que esto lo habrá aprendido el profesor Moreira durante las horas que dedicó a cursar un diplomado en Sociología Comunitaria Aplicada (así se llama) en la Universidad Iberoamericana, como consigna su currículum. <br />
<br />
Gamés no dudó en titular “Sostiene Moreira” su divertida reflexión acerca de la escenificación montada por el profesor en beneficio de chicas y chicos de la prensa y, a través de ellos, para ilustración de los sufridos mexicanos, evocando el título de la muy recomendable novela “Sostiene Pereira” del italiano Antonio Tabucchi. La diferencia es que el Pereira de Tabucchi es sólo un viejo periodista lusitano que sostiene, en el sentido de atestiguar, que tales acontecimientos que son el objeto del relato sucedieron así o asado, en tanto que nuestro mexicanísimo Moreira cuando quiere hablar de los precios de los huevos literalmente los sostiene y eleva (los huevos, por supuesto, no los precios) para educar al pueblo. <br />
<br />
Y si Moreira, didáctico el individuo, desea describir cómo elijen a los candidatos en su partido, ¿cuál será el recurso visible y contundente al que recurrirá?, ¿un dedo enhiesto?Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-4680813795241580202011-03-25T18:49:00.000-06:002011-03-25T18:49:13.529-06:00La lengua de la nota rojaA Jorge Ibargüengoitia le gustaba leer y analizar eso que llamamos “la nota roja” en los periódicos. Nos dejó en varios de sus inolvidables artículos publicados en Excélsior (y después reeditados como libros gracias a Guillermo Sheridan) agudas observaciones acerca de dicho género periodístico que bien podrían llamarse: “apuntes para una historia comparada de la nota roja en los años 70”, de los cuales cito uno especialmente divertido:<br />
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<i>“En las mañanas compro un periódico inglés y en las tardes un periódico francés y en ambos leo, entre otras cosas, las notas rojas. Son periódicos respetables que nadie podría tachar de amarillistas”. <br />
</i><br />
<br />
Se refería a <i>The Guardian</i> y <i>Le Monde</i>. Sigue el apunte de Ibargüengoitia: <i>“Cada periódico tiene su estilo, pero los dos son discretos y hay que aprender ciertos giros de frase para entender lo que está pasando. Por ejemplo nunca ‘cayó el presunto asesino’ o ‘arrestaron al sospechoso’. Cuando tal cosa ocurre en el periódico inglés dice: ‘un hombre está ayudando a la policía en la investigación’, y en el francés, ‘una persona ha sido interpelada’. Esta presentación incolora no se hace por ganas de desinflar el drama, sino para no echar a perder el juicio, dándole al abogado defensor la oportunidad de alegar que el público – y por consiguiente el jurado- ha sido prejuiciado por la información de prensa”.<br />
</i><br />
<br />
El comentario de Ibargüengoitia tiene más sustancia de lo que parece en una primera lectura: la lengua de la nota roja está determinada, en gran medida, por el respeto que el medio de comunicación se tiene a sí mismo, a sus lectores y a las instituciones de la sociedad en la que el medio existe. Si el medio – en último término: sus dueños- desprecia el sistema judicial del país le tendrá sin cuidado echar a perder un juicio a cambio de inflar el drama apelando sin rubor al morbo y al escándalo. Llevado ese caso hipotético al extremo tal medio de comunicación no tendrá empacho en cantar aparentes victorias de los delincuentes, si conjetura que con ello desnuda la incompetencia de un gobierno al que detesta. <br />
<br />
Esta semana numerosos medios de comunicación y periodistas en México firmaron una especie de declaración de principios y criterios generales acerca de la cobertura de episodios violentos. Uno de los puntos de la festejada declaración de propósitos se refiere al uso del lenguaje, si mal no recuerdo, y específicamente en él se comprometen los firmantes a no utilizar la jerga de la delincuencia, lo que, a la postre, equivaldría a darle carta de naturaleza lingüística a las sandeces expresivas de los criminales quienes, por ejemplo, llaman “levantones” a los secuestros.<br />
<br />
No me hago ilusiones acerca de la pureza de intenciones de todos y cada uno de los firmantes de la declaración; tampoco espero que algunos de ellos muten de la noche a la mañana de zafios iletrados a escritores o locutores capaces de valerse de un léxico y de una sintaxis decorosas, ya que sus deficiencias en la materia se antojan insalvables. Pero la propuesta es buena por sí misma. <br />
<br />
Es de lamentar, en cambio, que dos o tres medios hayan logrado adquirir efímera notoriedad al abstenerse de firmar el acuerdo de buenos propósitos y es peor aún que se jacten de ello. Se trata, me parece, de una estúpida forma de singularizarse. <br />
<br />
Ese es mi parecer, sólo eso. El juicio definitivo acerca de tales presunciones lo harán lectores, oyentes y videntes, con el correr de los días.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-50977490959928074392011-03-03T17:21:00.002-06:002011-03-03T19:56:13.421-06:00El engañoso “déspota benévolo”El temperamento de mi amigo Gateau se ha dulcificado ya que contempla varias veces al día el hermoso lago Léman (fonética en francés: lak le ma). Tal vez por eso me compartió, generosamente, una peculiar idea:<br />
“Este mundo estaría mejor si fuese gobernado por un déspota benevolente; a condición, desde luego, de que tal déspota fuese yo”.<br />
<br />
No nos engañemos, muchos de los lectores comparten en su fuero interno la primera parte de la tesis de Gateau. Salvo casos raros, todos tenemos una magnífica impresión de nuestra propia benevolencia y de nuestra gran sabiduría (como decía el Gordo Basurto: “solemos estar encantados de habernos conocido”) y pondríamos gustosos tanta virtud al servicio de la humanidad. Cuán diferentes serían las cosas –pensamos- si la gente dejase en nuestras benditas y sabias manos la hechura de las leyes y la autoridad coercitiva para que esas magníficas leyes se cumpliesen siempre. <br />
<br />
Al llegar a la segunda parte de la idea las discrepancias brotan y se enredan en millones: ¿por qué Gateau habría de ser el déspota admisible? Cada cual cree que el mejor de los déspotas benevolentes posibles es él mismo, nadie más.<br />
<br />
Hasta Iósif Vissarióvich Dzhugashvili, conocido como Stalin, llegó a creer que él era el mejor de los posibles déspotas benevolentes. Supongo que las decenas de millones de seres humanos que fueron directa o indirectamente sus víctimas tuvieron otra opinión. Y les asistieron de veras buenas razones para ello. <br />
<br />
El vehemente coronel Gadafi (que semeja, según Guillermo Sheridan, una cruza de Lady Gaga con un perro rottweiller) seguramente tiene una espléndida opinión acerca de sí mismo y de sus actos. Sin embargo, a muchos, a millones tal parece, los actos y palabras de Gadafi nos parecen abominables.<br />
<br />
Sí, no me cabe duda que Gateau sería un déspota menos destructivo que Stalin o Gadafi, pero no por ello su ocurrencia del déspota benévolo deja de ser temible y aberrante.<br />
<br />
Tal vez porque no nos hemos puesto de acuerdo acerca de quién sería, dentro de los posibles, el más benevolente y el más sabio de los déspotas es que se inventó la democracia. Sí, la democracia que Chesterton describía como el gobierno de la gente ordinaria, que decide sonarse la nariz por sí misma, en lugar de encomendar esa tarea a una niñera; por más hábil que tal niñera resultase para sonar narices ajenas.<br />
<br />
Más: el hecho de que cada cual tienda a creer que posee la exorbitante cualidad de ser el mejor, el más bueno y el más sabio de los déspotas posibles, nos previene precisamente contra el peligro de soñar en autocracias virtuosas. No existen.<br />
<br />
Reconozcamos que hay grados de tiranía y despotismo (hasta la fecha el campeonato histórico del más abominable déspota parecen disputárselo Hitler, Stalin y Mao) y que, vistos bajo cierta luz y en determinadas circunstancias, déspotas hay que hasta beneficios producen. Admitamos, incluso, que podría haber algún déspota tan políticamente correcto que fuese promotor de la ecología o de las justicieras reivindicaciones de las mujeres, o el principal protector de la salud de la humanidad capaz de borrar de la faz de la tierra el vicio de fumar (hay varios aprendices, que gozan al criminalizarnos a los fumadores). <br />
<br />
Pero no; no, gracias. Déspotas no queremos, ni al más benévolo.<br />
<br />
Gateau escucha las objeciones y contempla el lago azul. Se acaricia los bigotes y dice: “Tienes razón; olvida mi descabellada idea. Pero ¡apaga ese asqueroso cigarro!”.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-34875864074479588592011-02-25T11:21:00.001-06:002011-03-01T14:29:50.085-06:00Saber preguntar, saber responder (en semana inglesa)En mi otra bitácora "semana inglesa", hurgando en <a href="http://laotracolumna.blogspot.com/2011/02/saber-preguntar-saber-responder.html">los orígenes del enredo de los seis mil pesos </a>o ¿a preguntas mal formuladas, respuestas descabelladas?<br />
<br />
ACTUALIZACIÓN (con motivo de un "comentario" anónimo que eliminé):<br />
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Es bienvenido en esta bitácora todo comentario y/o crítica, por despiadada que sea, con la condición de que NO sea anónimo. No establecí la opción de filtro previo a los comentarios, pero automáticamente elimino aquellos que aparecen y no vienen identificados con un nombre y un apellido. La razón es muy sencilla: me opongo a que el destino de los espacios de expresión libre en la red sea el de convertirse en un remedo de las paredes de los baños públicos donde algunas personas carentes de valor civil dan rienda suelta a sus frustraciones, resentimientos, envidias y traumas de forma anónima y cobarde.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-64274795352593425602011-02-25T09:16:00.002-06:002011-02-25T09:16:26.361-06:00Balanza de pagos 2010<a href="http://www.banxico.org.mx/informacion-para-la-prensa/comunicados/sector-externo/balanza-de-pagos/%7B9CC827A7-BF60-4A7A-8016-02305AE61C2C%7D.pdf">Balanza de pagos 2010</a>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-74018304902711122182011-02-20T18:38:00.002-06:002011-02-20T18:38:29.450-06:00Subsidiar la demanda educativaTuve oportunidad de escuchar, en sendos noticiarios de la radio el miércoles por la mañana, al líder de la sección 22, Oaxaca, del sindicato de maestros. Concluí: si así es la mayoría de los maestros es una bendición el hecho de que con tanta frecuencia las niñas y los niños oaxaqueños se queden sin escuela.<br />
<br />
Me recordó una frase de Mark Twain: “Nunca he permitido que la escolaridad impida mi educación”.<br />
<br />
Y no lo digo porque el líder pareciese tonto, por el contrario mostró en sus declaraciones gran habilidad para llevar las aguas agitadas al molino de sus intereses gremiales. Lo digo precisamente porque tales intereses gremiales, los de la sección sindical que encabeza, van en la dirección opuesta al beneficio de los educandos. No podía ser de otra manera: los intereses gremiales van encaminados a la apropiación de más rentas para el gremio, el de los maestros sindicalizados, y colisionan con el interés de alumnos y padres de familia, que es obtener la mejor educación posible, como plataforma de desarrollo pleno.<br />
<br />
En México, como en muchos otros países, nos hemos empeñado durante décadas en subsidiar la oferta educativa. Al hacerlo, al otorgar cuantiosos recursos públicos a los maestros y a la burocracia gubernamental que suponemos dedicada a las tareas educativas, hemos alimentado a inmensos elefantes blancos, parasitarios incluso, cuyo principal objetivo es acrecentar sus rentas y consolidar tal estado de cosas, refractario a toda competencia.<br />
<br />
Subsidiar la oferta educativa deja a los supuestos beneficiarios finales (que debieran ser los educandos y sus familias) sin libertad para elegir las que consideren las mejores opciones. <br />
<br />
Mientras tanto, los auténticos beneficiarios del gasto, que son los sindicatos y la burocracia, tienen sus incentivos alineados en la dirección opuesta: ganarán más no en la medida que mejor eduquen sino en la medida que puedan presionar al administrador – el gobierno en sus diferentes niveles- a incrementar la dotación de dinero que reciben. Así, a mayor “problemática” educativa tiende a haber mayores recursos para dichos gremios y grupos. Es lógico que la generación de problemas sea, para ellos, un jugoso negocio.<br />
<br />
No es malo que parte del gasto educativo que erogan las familias destinándolo a escuelas privadas sea deducible de impuestos, pero ése es sólo un pequeño paso hacia la verdadera solución que debe ser: subsidiar la demanda educativa, reorientar el gasto público corriente destinado a la educación para que lo reciban las familias sin intermediarios y elijan aquella que consideren que es la mejor oferta educativa disponible. Esa es la esencia del llamado “voucher” o cheque educativo que tan buenos resultados ha dado en países como Chile. <br />
<br />
No se trata, en lo absoluto, de que el Estado renuncie a invertir en la educación, por el contrario. <br />
<br />
Con el cheque educativo – que las familias sólo podrán gastar en pagar una oferta educativa supervisada y autorizada por las autoridades- el caudal de recursos públicos destinados a pagar los sueldos de maestras y maestros será el mismo y previsiblemente seguirá creciendo. Lo que cambia es quién tiene en sus manos la decisión para premiar, mediante el pago, las mejores ofertas educativas. Los buenos maestros, cuyos incentivos estén alineados con el beneficio de los educandos, ganarán más y podrán desarrollarse. Los incompetentes serán desplazados; nadie o casi nadie querrá pagar sus servicios.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-89131087526322012452011-02-20T18:35:00.000-06:002011-02-20T18:35:02.331-06:00El “súper cuento” del “súper peso”Si Gateau, mi amigo filósofo que vive a las orillas de un hermoso lago en Suiza, hubiese accedido a ir a Davos, al Foro Económico Mundial que todos los años se celebra en esa población alpina, tal vez habría escuchado declaraciones como la siguiente que la agencia Notimex le atribuyó el domingo 30 de enero al economista Guillermo Ortiz Martínez:<br />
<br />
“Una apreciación excesiva del peso (mexicano) es inconveniente”.<br />
<br />
Supongo que a Gateau, filósofo agudo, no le habría pasado inadvertida la burda tautología de la frase citada: ¿Alguien sabe de algo que siendo excesivo no sea inconveniente?, ¿puede algo ser excesivo sin convertirse por ello mismo en inconveniente?<br />
<br />
Y supongo, conociendo a Gateau, que mi amigo filósofo se habría encogido de hombros ante la presunta declaración y habría dicho: “Ya ves porque no quise acercarme a ese campamento invernal de celebridades mundiales, ¿para qué?, ¿para escucharles bordar en el vacío?”.<br />
Gateau parecería tener razón, pero debo advertir que tal vez no se dijo ahí lo que dicen que se dijo…No sería la primera vez que alguien reportase de forma equívoca lo que otro dijo y que nos encontrásemos en la penosa situación de estar discutiendo acaloradamente sobre lo que nunca existió.<br />
<br />
Por ejemplo, algo que los fríos datos demuestran es que la conseja, tan repetida últimamente por algunos negociantes mexicanos, de que el peso experimenta una peligrosa apreciación frente al dólar – y que ya se ha motejado como el terrible caso del “súper peso” – es tan sólo un “súper cuento” alimentado por la ignorancia, el descuido al hablar y el interés de unos cuantos por aumentar sus ganancias a costa de infligir a los demás una pérdida en el poder adquisitivo de sus salarios.<br />
<br />
¿Qué dicen los fríos datos?, que el poder de compra del peso mexicano frente al dólar es hoy entre 17 y 18 por ciento menor de lo que era en agosto de 2008, justo en vísperas de la terrible crisis global que desató la quiebra de Lehman Brothers al mes siguiente. Los fríos datos nos dicen, también, que el peso es la moneda más depreciada frente al dólar entre un amplio conjunto de monedas de economías emergentes: Chile, Perú, China, Colombia, Brasil, India y Corea; la lista es en orden de las más a las menos apreciadas frente al dólar en el periodo que va de agosto de 2008 a enero de 2011.<br />
<br />
Al respecto, le recomiendo al lector buscar en la red la presentación que hizo el subgobernador del Banco de México, Manuel Sánchez González, a economistas del sector privado el pasado miércoles 9 de febrero, titulada “Consideraciones sobre el tipo de cambio en México” (hacer clic <a href="http://www.banxico.org.mx/publicaciones-y-discursos/discursos-y-presentaciones/presentaciones/{B07972D7-82FB-A9FA-2840-77DF88416A89}.pdf">aquí</a>). Estudiar y entender lo que ahí se dice es buena vacuna contra muchas tonterías que pululan en el ambiente, como son los torpes exhortos a que el banco central “actúe” para evitar que el peso se fortalezca.<br />
<br />
Si, como hemos visto, este asunto del “súper peso” es un “súper cuento” (superlativo por la magnitud de la mentira), me parece prudente dudar de la exacta veracidad de las declaraciones que se atribuyen a economistas tan rodeados de prestigio.<br />
Gateau desdeña noticiarios y periódicos y sentencia: “Cuando quiero deleitarme con ficciones prefiero leer a Flaubert”. <br />
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Por supuesto, Gateau es injusto: Las verdades son tan necias que a veces hasta se cuelan en las páginas de los periódicos.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-89783868091684914842011-02-04T06:31:00.000-06:002011-02-04T06:31:01.817-06:00Las idiotas carreras a la lunaPara el público que le escuchó, el pasaje más memorable del mensaje de Barack Obama sobre el estado que guarda su país fue la crítica que el presidente de los Estados Unidos hizo a la proliferación de instancias gubernamentales burocráticas, que no sólo son dispendiosas e improductivas sino absurdas.<br />
<br />
A pesar de que las cuatro palabras más mencionadas por Obama en su mensaje fueron “gente”, “empleos”, “nuevo” y “trabajo”, la palabra que más recordaron los oyentes – de acuerdo con un sondeo realizado por National Public Radio (NPR) entre cuatro mil estadounidenses que atendieron el discurso-, fue “salmón”. Sí: salmón. Esto es, el pasaje del discurso en el que Obama hizo mofa de la burocracia. Y cito:<br />
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<i><blockquote>“Vivimos y hacemos negocios en la era de la información, pero la última gran reorganización del gobierno sucedió en la era de la televisión en blanco y negro. Hay doce agencias gubernamentales diferentes que tienen que ver con las exportaciones. Hay al menos cinco entidades diversas en el gobierno que atienden asuntos de la vivienda. Y este es mi ejemplo favorito: el Departamento del Interior está a cargo del salmón mientras éste está en agua dulce, pero el Departamento de Comercio es el que está a cargo del salmón cuando está en agua salada y he escuchado que el asunto es aún más complicado cuando los salmones están ahumados”.<br />
</blockquote></i><br />
<br />
El pasaje es cien por ciento el delicioso humor ácido de Mark Twain. Lo cual parece comprobar que Obama no sólo dice excelentes discursos, sino que éstos resultan tanto más empáticos para el pueblo cuanto más se alimentan de la gran tradición literaria de ese país.<br />
<br />
La segunda observación es que al estadunidense medio de hoy le sigue gustando, como hace 30 años, que su Presidente sea un crítico despiadado de la burocracia y de la irrefrenable y odiosa afición de los gobiernos a meterse en todo lo divino y humano, incluso con los pretextos más descabellados. Por eso, entre otras cosas, Ronald Reagan era un “gran comunicador”, porque sabía mofarse del intervencionismo gubernamental. Verbigracia: “las palabras más aterrorizantes que uno puede escuchar son ‘soy del gobierno y estoy aquí para ayudarle’”.<br />
<br />
El tercer punto: Obama quería emocionar al pueblo estadounidense infundiéndole otra vez el entusiasmo por ocupar el primer lugar en otra de esas artificiosas carreras entre naciones, con ganadores y perdedores. De ahí toda la palabrería sobre “los momentos Sputnik”; la cual, además, resultó un poco enrevesada, ya que se recordará que el “Sputnik” fue un duro revés que le asestó la entonces Unión Soviética a los Estados Unidos en la carrera espacial; revés del que por cierto, lanzados por John F. Kennedy, los Estados Unidos más que se repusieron poniendo al primer hombre en la luna. Fue palabrería de Obama que no hizo mella en el ánimo de sus oyentes.<br />
<br />
Esto de las carreras entre países les encanta a políticos y medios de comunicación; ¿en los últimos meses cuántos veces hemos leído o escuchado las más variopintas comparaciones, la mayoría de ellas impertinentes, entre México y Brasil? Pero son competencias que nos dejan fríos a los simples mortales.<br />
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Las carreras a la luna o las carreras por ser “el país del momento” nos importan un comino, cuando un puñado de manifestantes idiotas, a quienes políticos y burócratas complacen como si fuesen la niña de sus ojos, nos impide llegar puntuales al trabajo.<br />
<br />
Lo primero, diría el maestro Pero Grullo, sigue siendo lo primero.Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-52137068437463923852011-01-29T11:48:00.000-06:002011-01-29T11:48:30.993-06:00Atrapados en el dólarHace unos días Martin Wolf hacía esta sugerente pregunta en las páginas de <i>Financial Times</i>: ¿Por qué China detesta tener que amar al dólar?<br />
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De forma ilustrativa, pero no concluyente, podría responderse: China detesta amar al dólar por las mismas razones por las que sólo había algo que Charles de Gaulle odiaba más que la supremacía del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial y eso era tener que resignarse a que así fuesen las cosas.<br />
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También hace poco salió a la luz un interesante libro del historiador Barry Eichengreen que desmenuza la historia de cómo llegó el dólar estadounidense a ser la moneda hegemónica. El largo título del libro de Eichengreen describe algo del asunto: <i>“Exorbitante privilegio: El auge y la caída del dólar y el futuro del sistema monetario internacional”</i>.<br />
<br />
<b>“Exorbitante privilegio”</b>, como recuerda el mismo historiador, fueron las palabras con las que Valery Giscard D’Estaign, ministro de finanzas de De Gaulle en los años 60, expresaba su profundo disgusto ante dicha situación de dominio del dólar. Es una situación que le otorga a Estados Unidos un cúmulo de ventajas económicas (y también políticas) que, obviamente, irritaban y siguen irritando a muchos, no sólo al soberbio general De Gaulle.<br />
<br />
Ante la airada queja, el secretario del Tesoro de Richard Nixon, John Connaly, respondía a los franceses: <b>“Sí, es nuestra moneda; pero es vuestro problema”</b>.<br />
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El gobierno chino, directamente o a través de sus emisarios disfrazados de académicos o de estudiosos del sistema financiero, lamenta con frecuencia tener invertida la mayor parte de sus cuantiosas reservas de divisas en valores denominados en dólares que hoy día, amén de producirle sólo una irrisoria y ruinosa tasa de interés, sirven para financiar los déficit gemelos de Estados Unidos: su estratosférico déficit fiscal y su abultado déficit en cuenta corriente. Esto significa, en breve, que millones de chinos trabajan muy arduamente por salarios muy bajos – y sin ninguna seguridad de permanencia laboral como la que estamos acostumbrados a tener en las “odiosas” economías libres- para que millones de consumidores estadounidenses tengan abundantes productos baratos fabricados en China y además tengan, “cortesía” principalmente de China vía sus reservas de divisas, el financiamiento barato para seguir comprando tales productos y poder “vivir por encima de sus medios”.<br />
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Lo lamentan de veras los chinos, pero no pueden hacer mucho para cambiar tal estado de cosas. Al menos, no pueden hacerlo en el corto plazo. No es tan sencillo salirse del dólar. Las alternativas para invertir sus reservas (si acaso pueden llamarse, en sentido estricto, alternativas) son peores: ¿yenes?, ¿euros?, ¿derechos especiales de giro?<br />
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Tampoco es tan sencillo que alguien – ni siquiera la Unión Europea a través del euro- entre al relevo del dólar estadounidense, como éste, el dólar, relevó a la libra esterlina en las primeras décadas del siglo XX. Europa primero tendría que poner en orden su casa, ardua y larga tarea que sólo Alemania, entre los socios grandes de la UE, parecería estar haciendo.<br />
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Moraleja: detrás de la paradoja de que el dólar siga siendo la moneda mundial de reserva y refugio, a pesar del terrorífico endeudamiento del gobierno y de los ciudadanos de Estados Unidos, está la gran fortaleza y flexibilidad que un sistema de libertades auténticas le ha dado a la economía de Estados Unidos a lo largo de su historia.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-91598742676030271712011-01-21T11:48:00.000-06:002011-01-21T11:48:34.653-06:00La inflación y los presagios errados¿Qué tan buena memoria tiene usted? A ver, hagamos una prueba: ¿Se acuerda cuál fue la inflación en México en el mes de enero del año pasado? <br />
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Lo más probable es que la inmensa mayoría de los mexicanos hayamos olvidado el dato, si es que alguna vez lo conocimos y le prestamos atención. Sin embargo es un dato muy interesante cuando se contempla a un año de distancia. Terminemos con la incógnita: en el mes de enero de 2010 México tuvo una inflación muy elevada, el Índice Nacional de Precios al Consumidor creció en ese mes 1.09 por ciento. Mucho, de veras mucho.<br />
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¿Quiere usted hacer hoy el 22 de enero de 2011 una apuesta segura? Apueste que la inflación de este mes será notablemente menor a la que tuvimos hace un año. No tiene riesgo: ganará la apuesta. <br />
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No está por demás recordar muchos de los comentarios de alarma y de los pronósticos de sombrío pesimismo que el crecimiento de los precios suscitó por aquellos días entre no pocos políticos y periodistas.<br />
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¿Después de conocer el dato de la inflación mensual de enero de 2010, cuántos habrían apostado que la inflación anual en ese año terminaría siendo sólo de 4.4 por ciento? Casi nadie. <br />
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Por el contrario, sin rubor alguno sesudos analistas y políticos de voz estentórea y dedo flamígero (nota: el dedo flamígero es hermano gemelo del “dedo-en-la-llaga”), desdeñaron lo que entonces advirtió la Junta de Gobierno del Banco de México en su anuncio de política monetaria del 15 de enero de 2010: <i>“Si bien para 2010 se espera un incremento de la inflación como consecuencia del cambio en las tasas impositivas y en precios y tarifas del sector público, las condiciones de holgura de la economía contribuirán a atenuar el traslado de dichos cambios a los precios al consumidor…Como los impactos directos sobre la inflación de modificaciones tributarias así como de correcciones a los precios y tarifas públicos son típicamente transitorios, los bancos centrales usualmente no los contrarrestan.”</i> Y, en efecto, el Banco de México no pretendió contrarrestar, con decisiones de política monetaria, tales alzas. Y el tiempo le dio sobradamente la razón. <br />
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Hoy, en 2011, sorprendentemente algunos analistas (no muchos, por cierto, lo que indica que la mayoría de ellos sí tiene buena memoria), y muchos más políticos (un poquitín más desmemoriados o menos escrupulosos al momento de formular vaticinios), vuelven a levantar el dedo flamígero anticipando, con aire doctoral, que “la realidad (en materia de precios) que se perfila para 2011 es dolorosa para las familias mexicanas, especialmente las de menores ingresos”. Bien, habrá que guardar en el archivo estas tristes admoniciones y desempolvarlas en enero de 2012 para comprobar si se cumplieron tan sombríos presagios. Ya veremos.<br />
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Otra vez, echemos para atrás la película hasta enero de 2010 y recordemos que ese mes la tarifa del Metro de la ciudad de México subió 50% de golpe y porrazo y que la tasa del IVA, aplicable a miles de bienes y servicios, subió un punto porcentual. También subieron las tarifas de transporte público en varias ciudades, subieron los impuestos especiales a la cerveza y a ciertos servicios de telecomunicaciones. Fueron “golpes” fuertes, pero de una sola vez como lo advertía desde entonces el Banco Central.<br />
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En 2011, les recuerdo a los estimados amigos del dedo flamígero y el presagio sombrío, no hay ni habrá tales ajustes de impuestos y de tarifas. Obtengan sus conclusiones.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-57325221255597720032011-01-15T14:54:00.000-06:002011-01-15T14:54:29.662-06:00Tres espectros que no cuajaronEn las primeras dos semanas de este año flamante detecto que algunos medios en México siguen buscando un asunto que nos conmueva hasta los huesos o que, al menos, nos produzca un escalofrío de horror que recorra nuestra espalda desde la médula espinal hasta la base del cráneo. Intento repetidamente fallido.<br />
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El problema para los encargados de conmover al mundo cada 24 horas o antes (eso, conmover al mundo, era lo que yo les pedía a los reporteros del periódico que dirigí en el agitado segundo semestre de 2008), es que no encuentran todavía el espectro capaz de sobrevivir a la intemperie de la opinión popular más de un día. La fabricación de fantasmas en este 2011 no será sencilla o tal vez los colegas periodistas llegaron con el instinto escandalizador un poco entumecido tras las efusiones del fin de año.<br />
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Menciono al vuelo, sin importar el orden cronológico, tres espectros que no han cuajado a pesar de los voluntariosos esfuerzos de sus creadores. Primero, se deseó desatar una epidemia de “hemofobia”, terror a la sangre derramada, con el estribillo de “no más sangre”. La consigna buscaba, saltó a la vista, convertir al gobierno federal y específicamente al Presidente en una especie de causa final de los cientos de muertes violentas acaecidas durante el 2010 en el país; pero no ha cuajado. Decir que en México estamos peor, en materia de hechos violentos, que en Afganistán es ya una temeridad improbable, pero es aún más increíble hacer responsable de todas y cada una de dichas tragedias al Presidente, cual si fuese un diosecillo cruel e insensible capaz de tripular a distancia millones de conciencias y de voluntades. Así, la epidemia de “hemofobia” no cuajó.<br />
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Después algún periódico capitalino probó suerte con el fantasma de la inflación recurriendo a una grosera falacia de composición: si suben algunos precios de alimentos el azote inflacionario está a la vuelta de la esquina. La estratagema fue desecha en cuestión de horas. Mi amigo el profesor Arturo Damm publicó un didáctico artículo que muestra con claridad que el alza en los precios de ciertos bienes y servicios – por entrañables que algunos de esos bienes parezcan, digamos: la tortilla-, no configura por sí misma la inflación; ello, porque la inflación es un fenómeno monetario. Otro amigo, Joel Martínez, les recordó a los aprendices de espantadores que la apreciación del peso más que neutraliza los efectos que dichas alzas aisladas pudiesen tener sobre la inflación. Y por si fuese poco Rodolfo Campuzano de plano desmintió el alarmista titular de primera plana en sus mismos términos: “La inflación no es una amenaza”, y explicó: la debilidad de la demanda interna impide que los aumentos de precios en los mercados internacionales se trasladen automáticamente a los precios locales. Estas explicaciones sí se conduelen con lo que dicen los números.<br />
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Un tercer fantasma diseñado para causar conmoción fue el tratamiento, carente no sólo de ética sino de un elemental decoro, que algún locutorcillo de la televisión le dio, en execrable entrevista, al tristísimo asunto de un cantante acusado de abusar sexualmente de una menor. Esta inmersión a fondo en el fango moral – que parece el medio de vida soñado por algunos – tampoco prosperó.<br />
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Será por eso que George Bernard Shaw decía: “<i>Por lo visto, los periódicos no saben distinguir un accidente de bicicleta del hundimiento de la civilización”</i>.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-22226669221013943832011-01-08T11:32:00.000-06:002011-01-08T11:32:06.849-06:00Propuesta disparatada: “usar” las reservasCon cierta regularidad aparecen en los medios de comunicación declaraciones de algunos políticos proponiendo “usar” parte (o la totalidad, incluso) de las reservas de divisas para fines tan encomiables como construir escuelas, hospitales e infraestructura de transporte o tan demagógicos como subsidiar (aún más) el precio de las gasolinas o la producción de películas mexicanas no comerciales (es decir: tremendamente aburridas). Estas propuestas revelan mucho acerca de la ignorancia, en materia económica, contable y financiera, de quienes las emiten.<br />
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Hay, entre otros, dos errores básicos en estas propuestas. <br />
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El primer error es creer que las reservas de divisas son una especie de “guardadito” que tiene la Nación – esto es: todos los mexicanos – para enfrentar necesidades apremiantes o satisfacer demandas emergentes. No es así. <br />
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Las reservas de divisas pertenecen al Banco Central, no al gobierno, ni siquiera a la Nación. El Banco Central, de hecho, se endeuda para adquirir las reservas. Las reservas no son un excedente que haya logrado el Banco Central, mucho menos el país, son la contrapartida de la moneda nacional en circulación o depositada por otros en el Banco Central. Lo cual nos lleva al segundo error, que proviene del desconocimiento de un principio contable básico aplicable también a los bancos emisores de moneda.<br />
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El principio básico de contabilidad al que me refiero se puede expresar de manera simple así: el activo (aquello que tengo o que me deben) es siempre equivalente a la suma de los pasivos (aquello que debo) más el capital contable.<br />
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Para un banco emisor de moneda – que eso es un Banco Central- sus pasivos son los billetes y monedas que emitió más los depósitos que otros agentes económicos, el gobierno y/o intermediarios financieros, le han confiado; en tanto que la mayor parte de su activo son precisamente las reservas de divisas (es decir, valores nominados en monedas distintas a la que emite el propio Banco). <br />
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Tomemos, como ejemplo, los datos del estado de cuenta del Banco de México al 31 de diciembre de 2010: Su activo fue de 1 millón 518, 485 millones de pesos (esto es: más de un millón de millones de pesos) que es exactamente lo mismo que el valor de sus pasivos más su capital contable. El 92.3 por ciento del activo fue, en dicha fecha, la reserva internacional o las reservas de divisas (1 millón 402, 872 millones de pesos) equivalentes a 113,597 millones de dólares.<br />
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Para que ese activo disminuya (a eso equivale “usar” las reservas al tenor de las propuestas de algunos políticos) tendría que disminuir exactamente en la misma cantidad el pasivo (pesos en circulación o depósitos del gobierno federal o de otros agentes económicos en el Banco Central) y/o el capital contable del propio Banco de México. Alguien tendría que pagar en pesos al Banco Central las divisas que se deseen usar y esos pesos sólo podrían salir o del dinero circulante (que obviamente tiene dueños que no son el Banco Central) o del dinero depositado por otros agentes en el Banco Central.<br />
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El gobierno federal podría usar sus depósitos en el Banco Central para adquirir divisas de las reservas, volverlas a cambiar a pesos y gastar ese dinero; pero ésa sería una operación absurda por innecesaria: ese dinero, en pesos, ya lo tiene el gobierno.<br />
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Así, quien propone “usar” las reservas de divisas para un propósito de gasto público sólo está proponiendo un disparate mayúsculo.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-84030372396536570432010-12-30T22:29:00.000-06:002010-12-30T22:29:40.117-06:00Apuntes escépticos para el 2011La primera anotación en la agenda de este flamante 2011 es que hay que desconfiar de los pronósticos. Le ofrezco al lector dos ejemplos, entre cientos, de previsiones económicas fallidas.<br />
Ejemplo uno. En México, al final de 2009, los expertos del sector privado que mes a mes responden la encuesta de expectativas del Banco de México esperaban un impacto inflacionario severo en 2010, a causa de los ajustes realizados en algunos impuestos federales, de las alzas graduales en el precio administrado de las gasolinas y el diesel y de los aumentos en las tarifas del transporte público en diversas ciudades, incluida la capital del país. De esta forma, su pronóstico de inflación anual para 2010 era en ese entonces (diciembre de 2009) de 5.04 por ciento. Las cosas no resultaron así: la inflación anual de 2010 sin duda será menor que dicha previsión.<br />
Por lo que hace a las expectativas de crecimiento económico se diría que los expertos también fueron particularmente pesimistas; según este grupo de analistas el PIB de México crecería durante 2010 sólo 3.1 por ciento. Hoy, nadie duda que dicho crecimiento resultará de 5 por ciento o ligeramente mayor.<br />
A lo largo del año los analistas mexicanos tuvieron que ir ajustando, a la baja en el caso de la inflación y a la alza en el caso de los crecimientos de la economía y del empleo, sus previsiones.<br />
Ejemplo dos. Un caso aún más dramático. En enero de 2010 las probabilidades que los mercados de deuda otorgaban a un “default” de la deuda de Irlanda – de acuerdo con los precios de los CDS, “Credit Default Swaps”, de la deuda gubernamental de ese país- eran de sólo 1.6 por ciento. Once meses después, en diciembre de 2010, tales probabilidades, medidas por el mismo indicador indirecto, se han elevado a 6 por ciento. Un brutal incremento de las percepciones de riesgo en ese caso concreto.<br />
En otros frentes las percepciones se mudaron hacia un ánimo que parece optimista.<br />
En días recientes ha vuelto a circular en los medios de comunicación el pronóstico más o menos generalizado de que los precios del petróleo en cualquier momento rebasarán la línea mágica de los $100 dólares el barril. Puede ser, desde luego. Sólo habrá que recordar, para el anecdotario, que similares previsiones de un alza imparable en los precios del petróleo se hicieron justo los días previos a que los precios iniciarán una caída libre en el verano de 2008. Y habrá que anotar, para atemperar a los profetas, que los dólares de enero de 2011 valen significativamente menos que los dólares de julio de 2008.<br />
Otra previsión que debe tomarse con mayor cautela es la que nos asegura que China está en un camino inexorable para ser la primera potencia económica mundial. Augurio que revela una excesiva ligereza de juicio, ya que hay indicios inocultables de que el modelo de crecimiento chino está cerca de su límite: o se hacen reformas a fondo dentro de China (incluidas en primer lugar reformas políticas) o el modelo puede reventar o cuando menos atascarse.<br />
Y aunque pocos incurramos en el atrevimiento de mencionar esa posibilidad, no habría que descartar el escenario de que en 2011, pese a todo, la recuperación económica en los Estados Unidos sea más vigorosa de lo esperado. Contradiciendo, de nueva cuenta, la “sabiduría” convencional o “políticamente correcta”.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-91669716056517889512010-12-23T14:40:00.001-06:002010-12-23T14:42:21.569-06:00La Navidad, el consumo y los amargosos¿Es malo que con motivo de la Navidad aumente el consumo? No. Podrá ser malo que se nos olvide lo que festejamos en la Navidad, pero ¿por qué habría de ser malo que al festejar un hecho tan notable, el nacimiento de Dios, comamos mejor que otros días, bebamos mejor que otros días, regalemos cosas lo mismo nimias que valiosas a quienes queremos y con quienes queremos compartir la dicha de tal noticia?<br />Los “amargosos” encontrarán siempre alguna razón para detestar estas fiestas. Si se consume mucho, porque a la gente le ha ido bien, lamentarán el tosco materialismo y el desenfreno consumista; por el contrario, si los tiempos han sido malos en lo económico, dirán que no hay nada que festejar. Que la mala economía fastidió la Navidad. <br />Nada les complace.<br />La actitud “amargosa” y anti-consumo de la que algunos pedantes hacen gala en la Navidad me recuerda un chiste que, al decir de Arthur Koestler, se contaba en voz baja en 1932 en la Unión Soviética. Para comprender plenamente el significado del chiste hay que advertir que en aquella época Stalin ya había decretado la existencia de dos “desviaciones abominables” que merecían la persecución, la prisión y, al final, el exterminio: a la izquierda existía la desviación de Trotski quien pugnaba que para beneficiar al proletariado industrial debería aplicarse una política severa en contra de los campesinos; la desviación a la derecha era la de Bujarin quien abogaba por dar concesiones a los campesinos a expensas de los obreros.<br />Hecha la anotación, va el chiste:<br /><em>“Pregunta: ¿Qué significa el hecho de que haya alimentos en la ciudad, pero no en el campo?<br />“Respuesta: Una desviación trotskista hacia la izquierda.<br />“Pregunta: ¿Qué significa el hecho de que haya alimentos en el campo, pero no en la ciudad?<br />“Respuesta: Una desviación bujaranista hacia la derecha.<br />“Pregunta: ¿Qué significa el hecho de que no haya alimentos ni en el campo ni en la ciudad?<br />“Respuesta: La correcta aplicación de las directivas generales del Estado.<br />“Pregunta: Y, ¿qué significa el hecho de que haya alimentos tanto en el campo como en la ciudad?<br />“Respuesta: Los horrores del capitalismo”.</em><br />Bien, los “amargosos” de la Navidad dicen que una Navidad pletórica de consumo y de intercambios de regalos significa una fiesta abominable, hedonista, superficial, agnóstica, amnésica y quién sabe cuántas cosas más. Todas cosas malas, desde luego. En resumen: una Navidad próspera es una Navidad engullida por el odioso capitalismo de libre mercado.<br />Pero también sostienen los “amargosos” que una Navidad austera, en la que debamos conformarnos con “regalar afecto” (como se decía en México en los aciagos tiempos de las prédicas “echeverríaco-moralistas” contra el consumo y la prosperidad) debido a que hay desempleo, pobreza e innumerables estrecheces económicas, sólo demuestra que la Navidad, una fiesta tan bella, fue engullida por los horrores que causa el capitalismo de libre mercado.<br />Total, hacen de la prosperidad un pecado; detestan el progreso; adoran ser víctimas sufridas y dolientes. Puritanos que tienen en los labios la frase perfecta para fastidiar cualquier celebración. <br />Ni modo, también con ellos, con los amargosos irremediables e irredentos, hay que contar. Y también a ellos, y muy a su pesar, hay que desearles una muy feliz Navidad. <br />Eso sí, que los amargosos no esperen muchos regalos porque les pueden dañar. ¡Qué horror, podrían volverse un poco optimistas! Nunca cambien.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-72506237699002592432010-12-18T23:46:00.000-06:002010-12-18T23:47:29.547-06:00Las llagas y el dedoRecibí por correo electrónico la pieza de propaganda de una televisora que anuncia así algunos de sus programas de opiniones:<br /><br /><span style="font-style:italic;">“El periodista Fulano de Tal pone el dedo en la llaga en el programa Equis sobre el tema sensible de los planes que había para habilitar una refinería en Hidalgo…”</span><br /><br />Dos párrafos más adelante encuentra el lector, en la pieza de propaganda de la televisora, esta otra joya:<br /><br /><span style="font-style:italic;">“El experto analista Perengano López pone el dedo en la llaga que tanto enfrenta a cineastas y escritores: llevar obras escritas a la pantalla grande…”</span><br /><br />La primera conclusión que obtuve de esta lectura fue que el anónimo redactor de tales anuncios, además de sostener una guerra sin cuartel contra la sintaxis, tiene serios problemas con los dedos y las llagas. Se le aparecen por doquier dedos entrometiéndose en llagas purulentas.<br /><br />Si dichos textos buscan entusiasmar a los desprevenidos lectores con los programas de opiniones que ofrece la televisora, sospecho que estamos ante un fracaso rotundo.<br /><br />No me apetece escuchar la perorata de un “experto analista” que describa al auditorio el doloroso enfrentamiento entre cineastas y escritores por la posesión de una llaga: “Esta llaga es mía, yo la vi primero”, “¡mentira!, la llaga es de quien la trabaja”.<br /><br />Mucho menos puedo imaginarme trémulo de expectación ante la pantalla de mi televisor para presenciar cómo un sesudo crítico universal mete su dedo índice (gordo y coronado por una uña lúgubre) en una llaga de aspecto nauseabundo: sangre coagulada y otras excrecencias asquerosas. Como la televisión es un medio “muy completo” en materia de sensaciones, que deja poco qué hacer a la imaginación, este dedo que se entromete en las llagas con singular fruición, debe ir acompañado de horrísonos gritos de dolor por parte del llagado.<br /><br />¿Qué se supone que hace el espectador anhelante ante esta exhibición? Pegar también gritos, pero de entusiasmo: “¡Bravo!, ¡bien hecho!, ¡ya era hora de que alguien mostrase a todo color y sin ahorrarnos detalles repugnantes las llagas!, ¡que se hunda hasta el fondo su dedo acusador en ellas!, ¡duro!, ¡no te detengas!, ¡que el llagado grite hasta exhalar su último suspiro!” <br /><br />Aquí debo hacer un paréntesis para adelantarme, si es posible, al regaño que me dispensará – no falla – algún avispado lector de esta columna sabatina: “No sea usted idiota, Medina, la frase ‘poner el dedo en la llaga’ es una metáfora; sólo un ignorante como usted la puede interpretar en sentido literal”.<br /><br />Aclaro que entiendo perfectamente que “poner el dedo en la llaga” es un símil. Lo que digo es que es un símil imbécil y retorcido que refleja el sueño más o menos secreto que abrigamos, desde nuestros primeros pinitos, miles de aspirantes a periodistas.<br /><br />Desde que estamos en la escuela, aburriéndonos con alguna clase de gramática para principiantes, soñamos que un día seremos los dueños privilegiados de un afilado dedo revelador y escrutador de llagas. “¿Qué quieres ser de grande Ricardito?” – pregunta la tía Hortensia. El niño – futuro periodista renombrado- responde con aplomo: “Lo mío, tía, será poner el dedo en las llagas; no quedará llaga que pueda ocultarse a mis inquisiciones y no habrá llaga que quede sin ser tocada por mi dedo acusador”. La tía Hortensia, caritativa, se ahorra un comentario cáustico sobre la afición de Ricardito a usar su dedo acusador más bien para hurgarse las narices.<br /><br />En fin, una vocación sublime. ¿No creen?Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-20980738142689969832010-12-11T12:36:00.001-06:002010-12-11T12:37:19.247-06:00Cultivar el talento, el caso Vargas LlosaEl joven Mario Vargas Llosa quería escribir historias, pero muy pronto descubrió que eso no es nada fácil: <span style="font-style:italic;">“Al volverse palabras, los proyectos se marchitaban en el papel y las ideas e imágenes desfallecían”.</span><br /><br />Por fortuna – continúa Vargas Llosa en uno de los pasajes iniciales de su hermoso y memorable discurso de aceptación del premio Nobel- <span style="font-style:italic;">“allí estaban los maestros para aprender de ellos y seguir su ejemplo. Flaubert me enseñó que el talento es una disciplina tenaz y una larga paciencia”</span> y sigue enumerando lo esencial que aprendió de la lectura atenta y esmerada de varios de sus maestros en el arte de narrar: Faulkner, Martorell, Cervantes, Dickens, Balzac, Tolstoi, Conrad, Thomas Mann, Sartre, Camus, Orwell, Malraux…<br /><br />Pero quedémonos con esta primera lección, la de Flaubert. Es una lección crucial no sólo para jóvenes narradores o para mentes inquietas que desean ser creadoras en cualquiera de las bellas artes. Es una lección del tamaño de una catedral para todos los que habitamos en el continente de las promesas talentosas echadas a perder, ese submundo de los sueños frustrados y de las ilusiones traicionadas que llamamos compasivamente “en vías de desarrollo”.<br /><br />Y la lección es esta: El talento no es lo que parece. Tal vez el primer verso genial, visto en un relámpago de intuición inmerecida, te lo regalaron los dioses, pero los versos que sigan serán basura si no nacen de una combinación que solemos detestar en estos lares: “disciplina tenaz y larga paciencia”.<br /><br />Este subcontinente habitado por quienes fueron “jóvenes promesas” y hoy deambulan como viejos marchitos y amargos, prestos a culpar a los demás, a la suerte, al destino, a tal o cual gobierno, a los padres, a los maestros, a los jefes, ¡al sistema!, de su llorado fracaso.<br /><br />Detestamos que nos prediquen cosas tales como la “tenaz disciplina” o la “larga paciencia”. No queremos la lección de Flaubert que tan puntualmente siguió Vargas Llosa. Reclamamos todos los dones, como hijos del Olimpo, por el solo hecho de nacer. Más tarde, cuando ello no suceda, voltearemos airados buscando quién nos la pague.<br /><br />Perpetuos devotos de San Judas Tadeo, el de las causas imposibles y desesperadas, cientos de mexicanos cada día 28 de cada mes de cada año peregrinan con la esperanza inútil de que el santo logre contradecir el curso natural y lógico de las cosas. Hay quien desea escribir como Flaubert sin haber abierto un libro, quien desea revolucionar aún más la física moderna sin saber descifrar una ecuación, quien pretende prodigar el humor triste y sublime de Charles Chaplin en un escenario, ahorrándose las fatigas de horas y más horas de aprendizaje y de áridos ensayos. No se diga la legión de quienes sueñan que por los atajos de la política, de la lotería o del compadrazgo afortunado, se podrán incorporar a las filas de los millonarios de postín (por supuesto, hay ejemplos perniciosos de carne y hueso que parecerían avalar la pertinencia de tales estrategias).<br /><br />Llega Vargas Llosa y destroza sin piedad, con sólo diez palabras, tantas ilusiones: “el talento es una disciplina tenaz y una larga paciencia”. Si Vargas Llosa hubiese dicho, en cambio, que el talento es un regalo que recibiremos cada cual al nacer porque su obligatoriedad se ha plasmado en la Constitución…tal vez no lo hubiese derrotado Alberto Fujimori en 1990.<br /><br />Por supuesto, tampoco sería en tal caso el gran escritor que llegó a ser.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-74909535725657866182010-12-05T09:34:00.002-06:002010-12-05T10:07:32.815-06:00El diario "Reforma" y la novísima ortografíaLas academias de la lengua, tan complacientes a últimas fechas con los analfabetas funcionales, deben tomar nota de nuevos hallazgos ortográficos (antes se les conocía simplemente como errores ortográficos) que pueden poner el "buen español" al alcance de cualquier palurdo. <br /><br />El día de hoy el diario mexicano <span style="font-style:italic;">"Reforma"</span> ofrece un precioso ejemplo de lo que tal vez los académicos convertirán en nueva regla ortográfica de la lengua española en una próxima actualización. En su columna de chismes y lucubraciones llamada "Templo mayor" el anónimo redactor escribió lo siguiente:<br /><br /><br /><span style="font-style:italic;">"NO ES por intrigar, pero como que ya se está haciendo costumbre que, cada vez que hay un tema espinoso en el foco de la opinión pública, el gobierno informa que atrapó a un notorio narcotraficante o sicario.<br /><br />EL CASO más reciente es el de Édgar Jiménez Lugo, "El Ponchis", quien fue presentado justo el día en que las filtraciones en WikiLeaks sobre México fueron noticia de primera plana, incluso de periódicos europeos.<br /><br />UNAS HORAS después de que los duros juicios del gobierno de Estados Unidos sobre la lucha contra el narcotráfico en México se convirtieron en tema de debate nacional, vino la caída del niño sicario que había alcanzado notoriedad hace unas semanas.<br /><br />CON QUE en unos años no se<span style="font-weight:bold;"> rebele</span> que "El Ponchis" fue atrapado gracias al trabajo de inteligencia de la DEA, todo está bueno."</span><br /><br />Bien. Si para los académicos lo mismo da "sólo" (adverbio) que "solo" (adjetivo) y conviene eliminar el acento que distinguía una palabra de otra, ¿por qué habrán de resistirse a aceptar y bendecir la sagacidad ortográfica de dicho periódico para el cual lo mismo da "revelar" que "rebelar"? Que se escriban las palabras como les de la gana o, más bien, como sus precarios conocimientos y talentos les permitan. Eso es progresismo lingüístico y no bufonadas.<br /><br />Por cierto, el comentario sin gracia de "Reforma" revela (ojo, niños y niñas, se escribe con "v" cuando se trata del verbo que significa "dar a conocer", y se escribe con "b" cuando se trata del verbo que significa "sublevarse" u "oponer resistencia") que la estratagema de recurrir a las teorías paranoicas de la conspiración, para establecer relaciones descabelladas entre hechos totalmente desconectados entre sí, no es una estratagema exclusiva de "Proceso" o de AMLO.<br /><br />Epílogo. El cartón de Paco Calderón en el mismo diario señala: <span style="font-style:italic;">"Hasta ahora el verdadero escándalo es que el inglés de la prensa no pasa de 'pollito, chicken; gallina, hen'"</span>. Se quedó corto el caricaturista: el verdadero escándalo es que el español de cierta prensa mexicana no les alcanza para saber que "revelar" y "rebelar" no es lo mismo.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-14118107.post-11555266734588949532010-12-03T19:18:00.003-06:002010-12-04T23:00:25.047-06:00¿Cómo supiste lo que no sabes?Fue una excelente pregunta la que le hizo hoy viernes por la mañana Sergio Sarmiento a Rafael Rodríguez, de la revista “Proceso”, durante una entrevista radiofónica. <br /><br />Palabras más o menos fue esta la pregunta: <br />- ¿Cuál es la fuente en la qué la revista “Proceso” sustenta su afirmación de que hay una conspiración orquestada por el Gobierno Federal para atacar a esa revista?<br /><br />Y la respuesta de Rodríguez fue una delicia. Invocó “la lógica de los hechos”. Esto es: más que una fuente o un dato, los editores de la revista, el propio Rodríguez que es su director, “deducen” que así son las cosas. No necesitan más.<br /><br />Paréntesis indispensable: todo esto proviene de otro más de los episodios de dimes y diretes, dichos y contradichos, en los que está convirtiéndose cierto “periodismo”. En un noticiario de una televisora (Televisa) se difundió la declaración de un presunto narcotraficante actualmente preso quien señalaba que un reportero de la multicitada revista (Proceso) habría sido sobornado para que dejase de mencionar al mismo presunto narcotraficante en sus “investigaciones periodísticas”.El reportero y la revista reaccionaron indignados asegurando que las imputaciones, que rechazaron como falsas, forman parte de una campaña de persecución del gobierno contra la revista. Termina el paréntesis.<br /><br />Lo que hoy me ocupa, más que las acusaciones cruzadas, es el “razonamiento” (¿le podemos llamar así?) que esgrime Rodríguez para sustentar su tesis de la conspiración gubernamental en contra de su revista. Y me ocupo del asunto porque refleja con gran elocuencia que la lógica y el rigor deductivo que esa disciplina enseña son territorios ignotos para una gran parte de los mexicanos que opinan(opinamos) en los medios de comunicación.<br /><br />Rodríguez en este ejemplo invoca “la lógica de los hechos” para darle patente de verdad a una burda paranoia. No tiene forma de demostrar – pese a lo que dice- una relación de causa-efecto entre los hechos que relaciona. Su “razonamiento” es el siguiente:<br /><br />(1) El sujeto “A” (televisora) difunde que el sujeto “B” (presunto delincuente) dijo que el sujeto “C” (reportero de la revista e indirectamente la propia revista) fue corrompido para que callase lo que sabía y que podía perjudicar a “B”.<br /><br />(2) El sujeto “C” (reportero y director de la revista) responden que es “evidente” (Rodríguez usó ese adjetivo) que la causa detrás del hecho (1) es que “D” (el gobierno federal) está disgustado porque “C” ha denunciado reiteradamente la mala conducta de “D” en su combate al narcotráfico y, como conjetura, “C” ha insinuado una vinculación de “D” con algunos de los grupos criminales. <br /><br />En primer lugar, si eso es “evidente” como dice Rodríguez que lo es, habrá que recordar que lo evidente es indemostrable: no se deduce, se muestra y todo mundo ve la verdad que al mostrarse resplandece. Evidentes hay pocas cosas, como los axiomas: “dos es igual a dos”. <br /><br />En segundo lugar, confundir la suspicacia enfermiza con la perspicacia de un verdadero investigador en busca de la verdad, es uno auténtica idiotez y una gran mentira. Sospechar no es demostrar. Si así fuese, Otelo sería un personaje de Arthur Conan Doyle (Sherlock Holmes) y no el paradigma del enfermo de celos que es el personaje inmortal de Shakespeare.<br /><br />Por eso la pregunta de Sergio fue tan acertada. Es imposible que alguien sepa algo y que a la vez no sepa explicar cómo lo sabe.<br /><br /><span style="font-weight:bold;">Actualización a las 23 horas del sábado 4 de diciembre de 2010</span>:<br /><br />Ya supe cómo supieron "Proceso" y Rafael Rodríguez, su director, de la "conspiración" de los "malos" en su contra: vieron la foto de JLD y FCH, detectaron que JLD "dobla la cerviz" ante el maligno FCH y supieron - ¿acaso no es "evidente"?- que se reunieron para agredir a "Proceso" - ¿para qué más podían reunirse?, ¿de qué más podrían hablar?. En la clínica psiquiátrica se le da a esto un nombre preciso: delirio de persecución. Todo expresado en la portada de la revista que empezará a circular mañana y que algún propagandista subió a Twitter, Ver aquí:<a href="http://yfrog.com/2fefa0j">Yfrog Photo : yfrog.com/2fefa0j - Shared by carreononline</a>Unknownnoreply@blogger.com6