"Lo que vale es la actitud, no la aptitud"
Obviedad: Los llamados líderes parlamentarios no llegaron a serlo por su afición a las argumentaciones racionales.
Uno aprende un montón de cosas leyendo los periódicos. El martes encontré que los llamados líderes parlamentarios – es decir, los "dadores de línea" de los partidos políticos en las cámaras legislativas- por fin se dignaron comentar algo acerca de las prevenciones y objeciones que algunos de los de afuera – simples ciudadanos- hemos hecho respecto de la reciente reforma electoral.
Las respuestas de estos tribunos – como en forma cursi se les llamaba por esa olvidada costumbre de argumentar desde la tribuna precisamente - reflejan con claridad que estos señores consideran que, para ellos, recurrir a la argumentación racional es algo tan poco recomendable como lo son tres cucharadas de azúcar para un diabético.
Veamos. El líder de los diputados del PAN, Héctor Larios, dijo: "En cada disposición legal habrá opiniones a favor o en contra, pero todos debemos estar a favor de que las leyes se vayan actualizando". Traducción: ¿Qué?
Otro del PAN, antes del PRI, que es Diódoro Carrasco, sentenció acerca de las objeciones que se han hecho a la reforma: "Me parece que son juicios anticipados, me parece que no están bien formados". Traducción: Yo les avisaré cuándo tendrán permiso para opinar, todavía no.
El del PRI, Emilio Gamboa, prometió: "No va a haber atropellos, al contrario: habrá una enorme apertura. Vamos, sin duda alguna, a manifestar lo que todos ahí quieran manifestar". Traducción: Somos buena onda, créanme, ¿cuándo les he echado una mentira?
Y al que entrevistaron del PRD, Ricardo Monreal, habló de algo que no venía al caso, pero que es lo que a él, por lo visto, le interesa: "Si se eliminan las coaliciones los beneficiados serán los partidos grandes". Traducción: ¿Opiniones de los ciudadanos?, ¿para qué?, lo que importa es lo que diga Andrés, a la una, a las dos y a las tres.
Respuestas iluminadoras respecto de la urticaria que les provoca un hábito tan pernicioso como defender intelectualmente ideas y propuestas: "Usted me quiere perjudicar, joven. Usted quiere que razone".
Qué bonito que los mexicanos seamos tan comprensivos y le demos tanto protagonismo y poder a quienes tienen capacidades que son, por decirlo de forma comedida, "diferentes" de las convencionales.
Uno aprende un montón de cosas leyendo los periódicos. El martes encontré que los llamados líderes parlamentarios – es decir, los "dadores de línea" de los partidos políticos en las cámaras legislativas- por fin se dignaron comentar algo acerca de las prevenciones y objeciones que algunos de los de afuera – simples ciudadanos- hemos hecho respecto de la reciente reforma electoral.
Las respuestas de estos tribunos – como en forma cursi se les llamaba por esa olvidada costumbre de argumentar desde la tribuna precisamente - reflejan con claridad que estos señores consideran que, para ellos, recurrir a la argumentación racional es algo tan poco recomendable como lo son tres cucharadas de azúcar para un diabético.
Veamos. El líder de los diputados del PAN, Héctor Larios, dijo: "En cada disposición legal habrá opiniones a favor o en contra, pero todos debemos estar a favor de que las leyes se vayan actualizando". Traducción: ¿Qué?
Otro del PAN, antes del PRI, que es Diódoro Carrasco, sentenció acerca de las objeciones que se han hecho a la reforma: "Me parece que son juicios anticipados, me parece que no están bien formados". Traducción: Yo les avisaré cuándo tendrán permiso para opinar, todavía no.
El del PRI, Emilio Gamboa, prometió: "No va a haber atropellos, al contrario: habrá una enorme apertura. Vamos, sin duda alguna, a manifestar lo que todos ahí quieran manifestar". Traducción: Somos buena onda, créanme, ¿cuándo les he echado una mentira?
Y al que entrevistaron del PRD, Ricardo Monreal, habló de algo que no venía al caso, pero que es lo que a él, por lo visto, le interesa: "Si se eliminan las coaliciones los beneficiados serán los partidos grandes". Traducción: ¿Opiniones de los ciudadanos?, ¿para qué?, lo que importa es lo que diga Andrés, a la una, a las dos y a las tres.
Respuestas iluminadoras respecto de la urticaria que les provoca un hábito tan pernicioso como defender intelectualmente ideas y propuestas: "Usted me quiere perjudicar, joven. Usted quiere que razone".
Qué bonito que los mexicanos seamos tan comprensivos y le demos tanto protagonismo y poder a quienes tienen capacidades que son, por decirlo de forma comedida, "diferentes" de las convencionales.
Etiquetas: Diódoro Carrasco, Emilio Gamboa, Héctor Larios, legisladores, partidocracia, políticos "transitivos", reforma electoral, Ricardo Monreal
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