domingo, 17 de abril de 2011

Capo de mi guarda, mi dulce compañía...

En mi otra bitácora (semana inglesa) conté hace unas horas cómo apareció en mi vida, de forma efímera y sorpresiva, una supuesta hija pidiéndome ayuda. Puede leerse aquí la historia. Minutos después en Twitter, José Sánchez Zolliker ironizó al respecto: "Es sacrílego pedirle perdón a los criminales, lo que hay que hacer es rogarles que nos protejan". Pues, sí. Puestos a hacer tratos con la delincuencia, pidámosles lo que la gente muy piadosa le ruega a Dios, a los santos y al ángel de la guarda: protégenos de todo mal. Amén. Todo esto provoca asco. Los imbéciles que en los medios propagan la defensa tácita de la delincuencia - lo que sea con tal de atacar groseramente al gobierno- ¿no se dan cuenta de lo bajo que han caído?

1 Comentarios:

Blogger Franz J Fortuny dijo...

Es que es tan evidente, tan lógico, tan claro. ¿Por qué insisten en creer que tomar la contra del gobierno es la forma de ser "valerosos"? El adjétivo "imbéciles" me parece que cae exactamente en el hueco del rompecabezas exacto. Me pregunto una y mil veces, cada día, en tanto veo la TV, incluso Milenio Noticias, cuando Ciro Gómez Leyva hace todo lo imposible por parecer neutro cuando, en realidad, ser neturo en este caso es estar de plano del lado de los criminales.

Un criminal es un ser que decide arrebatar en vez de ganar; decide romper la ley, en vez de obedecerla; decide ganar matando, en vez de ganar siendo mejor en la competencia.

Y es a esos a los que los medios, los Sicilias y los Martís en muchos casos están protegiendo porque no hablan claro cuando mencionan quién es culpable de lo que sucede.

Me provoca náuseas existenciales el escuchar, minuto a minuto cómo, sólo por el maldito y estúpido afán de parecer "valiente" porque se enfrenta uno a Calderón, el presidente (¡Huy, qué valiente eres, le dices eso a Calderón, cuidado que tienes huevos!) Sí, pero tienes huevos de pendejo: solo estás heredando la maldición que dejó el régimen anterior, en el que nadie podía abrir el pico en contra de los sacrosantos políticos, sobre todo de los presidentes, sin caer en los más recónditos espacios oscuros del retiro de la sociedad.

Lo que vivimos hoy, ese afán de confusión es parte de esa herencia maldita del fregado régimen autoritario que no respetó libertad o derecho humano alguno. Entonces, al brincar a un régimen que sí respeta los derechos humanos básicos abusamos de ellos para parecer los grandes machitos que tenemos el gran valor de enfrentarnos al poder.

Ya caen mal.

Sr. Medina: ¿qué le está pasando a la gente?

Y gracias por visualizar la realidad.

mayo 05, 2011  

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