miércoles, 18 de octubre de 2006

Internet y el fomento a la lectura

¿Un libro específico puede competir contra sí mismo en precio? Por supuesto que sí.


Hay innumerables ediciones de El Quijote: Cuidadas, descuidadas, baratas, caras, ilustradas, sin ilustraciones, con valiosas citas a píe de página y prólogos preciosos, con erratas, en partes o en un solo volumen. Esto es posible no sólo porque quienes hacen esas ediciones no tienen que pagarle un solo centavo a Miguel de Cervantes Saavedra o a sus herederos – si los hubiere-, sino porque un libro de tal excelencia puede tener públicos y mercados innumerables.
Quienes promueven el precio único de los libros – la prohibición de los descuentos, con la peregrina ilusión de que ello hará que broten por doquier librerías pequeñas que sean negocios rentables- argumentan que un libro no puede competir contra sí mismo. Falso.
Si queremos otro ejemplo, basta pensar en quienes editamos y vendemos nuestros libros por Internet (cada día hay más) a precios muy bajos en comparación con los precios de una edición tradicional en papel que entra a la complicada cadena de distribución habitual, pero nos reservamos la opción, si así lo demanda el mercado, de hacer ediciones idénticas del mismo libro en papel que tendrán que venderse inevitablemente a mayor precio (no sólo por los costos de impresión, sino sobre todo por el amplísimo margen de ganancia que exigen los distribuidores – libreros- respecto del precio final de venta al público, en ocasiones el 50 por ciento). Hace unos meses lancé en la red mi libro “Populismo: Una cura milagrosa” exclusivamente en edición electrónica (puede adquirirse a sólo $2.90 dólares AQUÍ ) con alentadores resultados, considerando la casi nula promoción y la natural resistencia de los lectores tradicionales – típicamente los mayores de 30 años- a esta nueva presentación de ese producto cultural – una oferta cifrada que se ofrece a los lectores para ser descifrada- que llamamos libro. Es probable que ofrezca en breve la edición en papel a petición de muchos lectores y será inevitable que esa eventual edición tenga un precio más alto que la de Internet.
El problema del precio de los libros sólo pueden resolverlo la productividad y el mercado. Recuérdese que el mercado no es una abstracción – como suelen creer sus enemigos- sino la combinación de cientos, miles, millones de personas decidiendo libremente cómo asignar sus recursos escasos entre bienes en competencia.
Ese mecanismo, el mercado libre, es lo mejor que la humanidad ha encontrado para encontrar los precios óptimos de cada bien en cada lugar y cada momento determinado. Ese mecanismo también es el mejor que tenemos para aproximarnos a los volúmenes de producción “ideal” de un bien y para acercarnos al precio más bajo posible.
Por ello, la Internet está llamada a ser en un futuro próximo el mecanismo ideal de distribución y abaratamiento de los libros. En otras palabras, el mejor mecanismo para fomentar la lectura.

3 Comentarios:

Blogger J.S. Zolliker dijo...

Yo me apúnto con uno impreso!

octubre 18, 2006  
Blogger Ramón Mier dijo...

Nada se compara a la sensación que produce el árbol muerto en nuestras manos. Yo ya tengo la versión electrónica pero como José, también me apunto, no importa que sea con precio único.

octubre 19, 2006  
Blogger Ricardo Medina Macías dijo...

José y Ramón: Me tengo que apurar a ordenar la impresión. ¡Ya vendí dos ejemplares impresos, mil gracias! Ah, y para los "cuates" no hay precios únicos sino descuentos, faltaba más. Alguna ventaja les debo a dar a los primeros...

octubre 20, 2006  

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