viernes, 14 de marzo de 2008

Los tataranietos de Hegel

Axioma dialéctico para émulos de Hegel en el siglo XXI: "Todo lo que puedas etiquetar con un neologismo es real y todo lo real se reduce a neologismos que funcionan como etiquetas".


Alguna vez José López Portillo hablando de su personaje favorito – es decir, de José López Portillo – confesó: "Perdí la fe a los 13 años cuando leí a Hegel". Antes no perdió la razón leyendo a Hegel, ¿o sí?

El inolvidable maestro Miguel Manzur Kuri explicaba que el abuelo común de marxistas, neo positivistas, estructuralistas, marxianos, teólogos ateos y otras subespecies de la fauna ideológica no era otro que Hegel.

Por su parte, Schopenhauer describía a Hegel – con justicia- como "un charlatán". Cierto, un charlatán prolífico y sofisticado, tronco del que brotaron, a lo largo de décadas, numerosas ramas y ramitas de charlatanería ininteligible y sofisticada hasta llegar a la sofistería pedante de un Foucalt o de un Derrida.

Hegel llegó a ser en algún momento el sinónimo de la confusa y profusa "filosofía alemana", refiriéndose a la cual Goethe se mostraba asombrado de que pudieran entenderla – la filosofía alemana – en Francia o en la Gran Bretaña, cuando para los propios alemanes era ininteligible.

La filosofía de Hegel es una apabullante construcción de generalizaciones ampulosas y gratuitas a las cuales el filósofo bautizaba con algún neologismo de difícil comprensión. Tales generalizaciones sirven como etiquetas y, una vez que uno ha parido un número suficiente de etiquetas que denominan entidades abstractas y abstrusas, puede ponerlas a jugar mediante la dialéctica que sirve lo mismo para concluir que el Estado prusiano fue la encarnación de la razón absoluta, que para demostrar que el Estado prusiano fue una excrecencia repugnante del precapitalismo. Dicho en español: La dialéctica permite que las etiquetas sirvan lo mismo para un barrido que para un fregado.

Al tronco hegeliano le han seguido brotando retoños hasta la fecha. Los tataranietos de Hegel ejercen, como su ancestro, una charlatanería disfrazada de erudición que sigue pariendo neologismos-etiquetas para usos múltiples.

Ejemplos: "poderes fácticos", "imaginario colectivo", "árbitro mediático", "sociedad civil", "opinión pública", "sensibilidades progresistas", "inteligencia emocional", "luchadores sociales", "pensamiento único", "democracia popular", "nacionalismo revolucionario", "moral revolucionaria", "moral burguesa", "sensibilidad social", "darwinismo social", "capitalismo salvaje"…

Mézclense en una licuadora – dialéctica, por supuesto- y se obtienen bonitos textos, sub textos, meta-textos y pretextos para engañar incautos.

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10 Comentarios:

Blogger Martxele dijo...

¡Orale! Me encanta leer de la pluma de un filósofo, lo pernicioso que ha sido Hegel y sus descendientes en el pensamiento contemporaneo (¿será también un neologismo-etiqueta?).
Ya me parecia a mi que nunca llegaría al nivel de los "iniciados", para entender tanto sub-texto, meta-texto y tanta tarugada llena de soberbia intelectual. Lástima, que falta mucho para sacudirse a esos charlatanes que han llenado y llenan bibliotecas, museos, periódicos, etc.
Saludos
Martxele

marzo 14, 2008  
Blogger Ricardo Medina Macías dijo...

Martxele:

Muchas gracias por el comentario. Debo confesar que este texto es producto de dos influencias: 1. La provechosa segunda lectura de un libro formidable: "The dragons of expectation" del historiador Robert Conquest (sovietólogo, filósofo de la historia y poeta, entre otras cosas) donde encontré, ¡por fin!, alguien del mundo académico e intelectual con prestigio al que no le dio miedo decir que el rey anda encuerado, esto es: Que Hegel fue un charlatán de muy altos vuelos. Durante años nos han metido a Hegel con calzador y cualquier pedantillo pagado de sí mismo nos fulmina como retrasados mentales si osamos decir lo obvio: Hegel es ininteligible y nos esta tomando el pelo a placer. Lo grave es que Hegel hizo escuela...2. La segunda influencia fue constatar que cada vez que un intelectual o analista de la realidad política, al servicio de los intereses de políticos o grupos de presión, quiere disfrazar su defensa descarada de dichos intereses políticos, nos receta un texto, subtexto, metatexto o pretexto lleno de neologismos-etiquetas más o menos revueltos en una licuadora dialéctica. Conclusión: Nos toma el pelo a la hegeliana con palabras abstrusas.

Saludos y gracias de nuevo,

Ricardo

marzo 14, 2008  
Anonymous Anónimo dijo...

Fabuloso artículo. Seguro debe conocer el artículo publicado por Alan Sokal titulado "Transgressing the Boundaries: Towards a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity". Que provocó una gran discución posteriormente.Me lo recordó de inmediato. Solo le falto enviar saludos cordiales a los granados chapa, carmenes arstegui, sergios aguayo, carloses monsivaes, lorenzos meyer y un largo etc.

Saludos

marzo 14, 2008  
Anonymous Anónimo dijo...

hace ud muy bien en citar a Schopenhauer y es que fue incansable antihegeliano quien no soportaba ver como su enemigo ideológico tenía una popularidad tan apabullante (recuerdo que leí que cuando A.S. se metío de profesor en la univgersidad en su clase se matricularon unas 3 personas mientras que en la de Hegel - que era a la misma hora- el cupo estaba lleno) En fin. Saludos!
A. Durán

marzo 19, 2008  
Blogger Pietro Cadelli dijo...

En la noche del pensamiento todas las formas de superficialidad apresurada son grises!
Esto quiere decir que su post non tiene ni una brizna de argumentación a la cual uno se pueda agarrar para discutir. Noche de palabras, noche de ideas.
Saludos
genseki

marzo 22, 2008  
Blogger Ricardo Medina Macías dijo...

Genseki:

Buenas noches y buena suerte.

RMM

marzo 22, 2008  
Blogger Ricardo Medina Macías dijo...

José Trinidad:

¡Mil gracias!

RMM

marzo 22, 2008  
Blogger Ricardo Medina Macías dijo...

A. Durán:

La cita de Schopenhauer la conocí gracias a Conquest. Muy interesante lo que usted comenta sobre la "popularidad" de cada cual en la academia de su tiempo...¡Para pensarse!

marzo 22, 2008  
Anonymous G-Fer dijo...

Hace un año, en una charla, al filósofo Mario Bunge le preguntaron de qué estaba más arrepentido en su vida, y él contestó con la siguiente frase: "Haber perdido mi tiempo leyendo a Hegel"...

abril 18, 2009  
Anonymous HTC dijo...

La ignorancia es audaz. Si para opinar sobre Hegel bastara con leer 30 páginas de Popper y citar un comentario al vuelo de un profesor medievalista la filosofía sería mucho más sencilla.

Quienes se sientan incómodos con palabras como "espíritu" o "autoconciencia" pueden acercarse a la línea exegética de los últimos 20 años que considera a Hegel todavía dentro de la filosofía trascendental iniciada por Kant.

No soy un conocedor de Hegel ni siento filiación por las tesis hegelianas, pero me he acercado neutralmente y he encontrado que las acusaciones de charlatanería están basadas en prejuicios y malos entendidos.

noviembre 19, 2009  

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