lunes, 20 de julio de 2009

Ni para las ficciones son verosímiles

Una regla elemental de la buena narrativa de ficción es la verosimilitud.

Hasta para contar cuentos, hay que saber contarlos de forma creíble. Por ejemplo, si vamos a confeccionar una ficción acerca de jornaleros agrícolas muy pobres en los albores de la Revolución Mexicana no podemos hacerlos hablar como si acabaran de leer a John Maynard Keynes, discutiendo sobre la relación entre las tasas de interés y el pleno empleo.

Del mismo modo, es ridículo escribir que el Secretario de Hacienda de México paladea en Los Pinos un vino tinto Merlot australiano mientras comenta los últimos indicadores acerca de la pobreza, aun cuando se quiera impresionar a los lectores dibujando el gastado cuadro de los poderosos viviendo en medio de lujos, indiferentes a las penalidades de los miserables.

El error es doble, porque los vinos australianos de la variedad Merlot suelen ser muy baratos; más baratos que la mayoría de los vinos mexicanos (gracias a que Australia es una de las economías más abiertas del mundo con una elevada productividad agropecuaria), como lo sabe cualquiera que suela comprar vinos y porque, debido a un prurito nacionalista, desde épocas inmemoriales en la residencia presidencial de México sólo se sirven vinos mexicanos (como lo sabe cualquier periodista mexicano medianamente informado).

Por no anotar algo aún más obvio: Cualquier periodista mexicano debería saber que el Secretario de Hacienda no tiene sus oficinas en Los Pinos.

Por supuesto, estos garrafales errores periodísticos deben ser pasados por alto, se supone, por tres poderosas razones:

1. La ficción la escribió una "víctima consagrada" y en México nadie osa criticar ni a los recién fallecidos ni a las "víctimas consagradas"

2. La ficción la escribió una persona que, se dice, es "pareja" del director del periódico donde se publica su columna.

3. La ficción es políticamente correcta porque, se supone, está del lado de los pobres, de los "buenos" por definición.

Se trata de la columna de hoy en "El Universal" de la señora Lydia Cacho.

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6 Comentarios:

Blogger ulisesyuman dijo...

:O ¡Bravo Señor Ricardo, Bravo!! este articulo es un ejemplo de como el poder de la pluma puede darle un poderoso sopapo a una persona, y de como hay niveles en cuanto a periodismo se refiere. ¡Bravo Señor Ricardo, Bravo!

julio 20, 2009  
Blogger Ramón Mier dijo...

Lo bueno de ser fan de Lydia es que puedo reconocer la verdad en lo que dices y pasarla por alto.

Creo que padezco una debilidad probablemente incurable por las periodistas. ¡ay de mi! Ojalá y no se entere mi narradora.

saludos.

julio 20, 2009  
Blogger Jaime dijo...

Ricardo:

Me tomé el atrevimiento de copiar tu entrada en los comentarios de la columna de la Sra. Cacho en El Universal. Claro, citando la fuente.
Espero no te moleste.

julio 20, 2009  
Blogger Wm Gille Moire dijo...

Las única parte creíble de los periódicos es la sección deportiva y la de bodas, quinceañeras y bautizos. Hay que leer más libros, señores. Para no enfermarse de "realismo".

julio 20, 2009  
Blogger Ricardo Morgan dijo...

Así es señor Ricardo, su esfuerzo por mostrarnos la verdadera cara de la oligarquía sólo es comparable con el Manual de la gente bien de Loaeza o Ricas y Famosas de Rossell. Saludos:->

julio 20, 2009  
Anonymous Anónimo dijo...

Estimado Ricardo: Entiendo tu punto de preceptiva literaria (aunque pedirle preceptiva literaria a estas personas es como pedirle cortesía y civismo a un chofer de microbús), pero desde el primer párrafo de su columna la señora Cacho incurre en contradiciones flagrantes (por no hablar del "súper" de 1,900 pesos, ¿pues qué compró, en dónde y para cuántos meses?) como la acusar al gobierno de Calderón de difundir "cifras alegres" cuando las pocas cifras, y mal entendidas, que en su columna se refieren al incremento en el porcentaje de pobres en México ¡las dió a conocer el gobierno de Calderón!, ¿de dónde cree que salieron esas cifras la señora Cacho?, ¿de alguna ONG? En fin, me encanta que desenmascares a estas "víctimas consagradas"..., pero te viste muy benévolo. Saludos,

Juan Pablo Roiz Maldonado

julio 20, 2009  

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