martes, 20 de mayo de 2008

Einstein y el ministerio público

Mientras esperaba en la agencia del ministerio público para denunciar un delito no muy relevante – el robo sin violencia de una computadora- el planeta tierra se desplazó alrededor de su eje más de diez mil kilómetros y giró alrededor del sol unos 864,000 kilómetros. En términos usuales para medir el tiempo: el trámite dilató poco más de ocho horas.

No todo es fumar ni criticar al prójimo, tengo algún hábito saludable, creo, como el de llevar a todas partes un libro. Eso me salvó durante la tarde y buena parte de la noche del viernes pasado de caer en la desesperación o de abandonar mi deber ciudadano.

Llegué a la agencia del ministerio publico, para denunciar el robo de una computadora portátil de una oficina, poco antes de las cinco de la tarde del viernes y salí – casi pletórico de felicidad al ver concluido un trámite que llegó a parecerme más difícil que conquistar la cumbre del Everest sin oxígeno suplementario – poco antes de las dos de la mañana del sábado.



Albert Einstein – o más bien un librito sobre Einstein escrito por Lincoln Barnett en 1948 – ahuyentó de mi atribulada imaginación las suposiciones atroces de que acabaría encarcelado por presunta falsedad de declaraciones o por algún motivo digno de figurar en "El proceso" de Franz Kafka (sí, soy algo paranoico).

No me quejo. Entre otras cosas, releí el librito de Barnett – buenísimo para quienes no somos doctos en física - de 104 paginas de apretada tipografía ("El universo y el doctor Einstein", breviarios del Fondo de Cultura Económica), y entendí un poquito más de las teorías especial y general de la relatividad. No está mal a cambio de ocho horas.

Durante ese tiempo pude haber cruzado el océano Atlántico cómodamente sentado en un avión y aterrizar en Madrid. Durante ese tiempo la tierra siguió girando sobre su eje imaginario a una velocidad de 1,600 kilómetros por hora y se desplazó alrededor del sol a una velocidad de 30 kilómetros por segundo, mientras todo el sistema solar se movía dentro de la Vía Láctea a unos 300 kilómetros por segundo y la propia Vía Láctea se alejó de las remotas galaxias externas a una velocidad de 160 kilómetros por segundo. Ni siquiera me causó vértigo tanto meneo.

¿Ocho horas? Bueno, todo es relativo al observador y a su convencional sistema de medición.

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2 Comentarios:

Blogger La Voz Liberaltaria de Tijuana dijo...

Yo lamento dos cosas, Don Ricardo: (1) El robo de tu laptop; (2) De ser informado que la burocracia del D.P.("Distrito Progresísta") sigue de operar en el "Mexican time".

:(

mayo 20, 2008  
Blogger Ricardo Medina Macías dijo...

Gracias, lo del "mexican time" es genial...al final el MP (agente del ministerio público) me pidió llebar una encuesta en donde me insinuó que sería bien visto que hablase del magnífico servicio...después me pidió que escribiera en el acta, de mi propia mano, que estaba advertido que tendría que acudir presto a cualquier llamado de ellos - MP y policía judicial- para aportar nuevas declaraciones. Por supuesto, le dije que sería un placer...como no tengo otra cosa que hacer.

mayo 20, 2008  

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