jueves, 8 de mayo de 2008

Que no se enteren




(http://www.all4humor.com/images/)



El día que los igualitaristas a ultranza se enteren de lo que provoca la educación de calidad, la van a prohibir.

Uno de los fenómenos sociales más perturbadores en el mundo de la primera década del siglo XXI es comprobar cómo se ensancha la brecha de ingresos entre los trabajadores calificados y los no calificados.

Sucede en Estados Unidos, sucede en China, sucede en México. La demanda de trabajadores verdaderamente calificados supera la oferta y la oferta de trabajadores no calificados supera, con mucho, la demanda. La resultante de esta disparidad entre oferta y demanda se traduce, entre otras cosas, en una creciente disparidad de salarios entre el trabajador calificado y el no calificado. Conforme la actividad económica en el mundo se ha especializado, conforme la ciencia y la tecnología han liberado al hombre del mero esfuerzo físico y de las tareas repetitivas y rutinarias, la calificación laboral se ha centrado cada vez más en las capacidades cognitivas y en la aptitud para cifrar y descifrar con acierto y rapidez.

Hay una legión de personas no calificadas en busca de trabajo y, cuando lo obtienen (si lo obtienen) percibiendo salarios que consideran insatisfactorios y un grupo mucho menos numeroso de personas calificadas para desempeñarse en la nueva economía del conocimiento, con muchas más oportunidades de empleos de calidad y con salarios crecientemente satisfactorios.

Esta diferencia es, en el discurso político populista (que es el más común), exacerbada y dibujada como una terrible injusticia. El mensaje de Hillary Clinton, por ejemplo, durante su afanosa carrera en busca de la candidatura demócrata, es la promesa de que sólo ella puede cambiar ese estado de cosas, no invirtiendo en el desarrollo de las capacidades laborales, sino castigando y estigmatizando el bienestar de la minoría de trabajadores altamente calificados. Es el viejísimo recurso político de apelar a la envidia. Otro tanto hace Barak Obama.

Las políticas públicas derivadas de este tipo de discurso solamente agravarán el problema y la sensación de injusticia. Erigir barreras para el ingreso de trabajadores extranjeros calificados a Estados Unidos y seguir abaratando las exigencias de la educación escolar básica y preuniversitaria, provocarán estancamiento económico y pérdida de la productividad.

Un paso más, en ese resbalosa pendiente, y los igualitaristas a ultranza nos prometerán la "feliz" utopía de la ignorancia absoluta. ¿Eso es "progresismo"?

Etiquetas: , , , , , ,

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

"Sucede en Estados Unidos, sucede en China, sucede en México."

Sucede en Alemania, ¿sucede en España? tengo la sensación de que no, hay mucha más demanda de trabajadores no cualificados.

mayo 10, 2008  

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal