Atrapados en el dólar
Al parecer no hay otro lugar donde refugiarse, aun cuando la economía de Estados Unidos luzca indicadores desastrosos. Salirse del dólar cada vez es más difícil para todos, no sólo implicaría cuantiosos costos y conflictos cambiar de unidad de cuenta, sino que generaría pérdidas escalofriantes.
¿Y si, empezando por China, diversas economías emergentes cambian de moneda favorita (dólar) para invertir sus cuantiosas reservas soberanas y lo mismo hacen miles de inversionistas internacionales? Por “lógico” que parezca, a la vista de los desastrosos datos fundamentales de la economía estadounidense, eso no sucederá…
El costo de salirse del dólar es inmenso, eso explica a mi juicio porqué se ha convertido - ¡junto con el yen japonés!- en el refugio elegido por los inversionistas asustados.
¿Por qué sería tan caro abandonar el dólar? Por las pérdidas. La mayor parte de las reservas de las economías emergentes invertidas en bonos del Tesoro de Estados Unidos se construyeron con dólares “baratos” (digamos, en el caso de México, con dólares a menos de 11 pesos o, incluso, en mayo o junio de este año, con dólares a menos de diez pesos y cuando el precio de la mezcla mexicana de petróleo estuvo alrededor de los $130 dólares el barril) y en momentos en los que los precios de los “commodities” exportados por esas economías emergentes estaban por las nubes; hoy la situación es la inversa: el dólar está en su mejor nivel de los últimos 18 meses, comparado con una canasta ponderada de divisas, y los precios de los “commodities” han caído espectacularmente; la recesión ha desplomado las cantidades demandadas. ¿Para qué perder deliberadamente el “valor” de las reservas?
Además, el mismo movimiento de capitales huyendo del dólar ¡depreciaría en automático el “valor” de los activos de quienes huyan! Y, pequeño detalle: ¿Salirse del dólar para ir hacia dónde? Inevitablemente, cualquier divisa o cualquier activo sustituto (oro, plata, dinero electrónico, lo que sea) se valuaría ¡en dólares!
La imagen no es muy agradable, pero recuerda a la de esos pobres tipos que, en medio de una soporífera sobremesa con amigos más o menos ebrios, intentan abandonar la tediosa tertulia y de inmediato son reconvenidos: “¡Pero, Fulano, ¿a dónde vas que más valgas?”. Y Fulano se queda, resignado, porque después de todo su “amigo” (mister dólar) parece tener razón: ¿A dónde puede ir que más valga? Triste, pero cierto.
¿Y si, empezando por China, diversas economías emergentes cambian de moneda favorita (dólar) para invertir sus cuantiosas reservas soberanas y lo mismo hacen miles de inversionistas internacionales? Por “lógico” que parezca, a la vista de los desastrosos datos fundamentales de la economía estadounidense, eso no sucederá…
El costo de salirse del dólar es inmenso, eso explica a mi juicio porqué se ha convertido - ¡junto con el yen japonés!- en el refugio elegido por los inversionistas asustados.
¿Por qué sería tan caro abandonar el dólar? Por las pérdidas. La mayor parte de las reservas de las economías emergentes invertidas en bonos del Tesoro de Estados Unidos se construyeron con dólares “baratos” (digamos, en el caso de México, con dólares a menos de 11 pesos o, incluso, en mayo o junio de este año, con dólares a menos de diez pesos y cuando el precio de la mezcla mexicana de petróleo estuvo alrededor de los $130 dólares el barril) y en momentos en los que los precios de los “commodities” exportados por esas economías emergentes estaban por las nubes; hoy la situación es la inversa: el dólar está en su mejor nivel de los últimos 18 meses, comparado con una canasta ponderada de divisas, y los precios de los “commodities” han caído espectacularmente; la recesión ha desplomado las cantidades demandadas. ¿Para qué perder deliberadamente el “valor” de las reservas?
Además, el mismo movimiento de capitales huyendo del dólar ¡depreciaría en automático el “valor” de los activos de quienes huyan! Y, pequeño detalle: ¿Salirse del dólar para ir hacia dónde? Inevitablemente, cualquier divisa o cualquier activo sustituto (oro, plata, dinero electrónico, lo que sea) se valuaría ¡en dólares!
La imagen no es muy agradable, pero recuerda a la de esos pobres tipos que, en medio de una soporífera sobremesa con amigos más o menos ebrios, intentan abandonar la tediosa tertulia y de inmediato son reconvenidos: “¡Pero, Fulano, ¿a dónde vas que más valgas?”. Y Fulano se queda, resignado, porque después de todo su “amigo” (mister dólar) parece tener razón: ¿A dónde puede ir que más valga? Triste, pero cierto.
Etiquetas: commodities, crisis, devaluación, dólar, la economía del diablo, precios del dólar, precios del petróleo
2 Comentarios:
Estimado Ricardo: Como siempre muy lúcido tu artículo. El inversionista y el ciudadano standard no tienen mucho para "donde hacerse". ¡Ni hablar!
Conforme a lo conversado ayer miércoles al final de tu conferencia, te refrendo mi deseo de colaborar como articulista en El Economista.
Yo soy Lic. en Comunicación y he publicado cíclicamente en diversos periódicos; el más reciente fue EL PORTAL en Toluca, Estado de México, donde publicaba semanalmente mi columna "Bandera Ciudadana" y mucho me agradaría poder acordar con ustedes mi reactivación como editorialista.
Agadezco tu fina atención y permanezco pendiente de tus importantes noticias. Mis correos electrónicos son: eduardo.mendoza@impulsa.org.mx y getoriasocial@hotmail.com
Reitero el mejor de mis saludos.
Atte. Eduardo Mendoza Ayala
Estimado Ricardo: Hay una corrección a uno de mis correos electrónicos: debe ser: gestoriasocial@hotmail.com por favor
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