Democracia en déficit
La política económica no se desarrolla en el vacío o en una especie de medio estéril, sino dentro de un marco institucional (arreglos o acuerdos) que influye decisivamente en las decisiones de gobiernos y de políticos. Esto se ve claramente en la política fiscal.
John Maynard Keynes parece suponer, en su Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero, un marco institucional que no es una democracia sino el gobierno autócrata de un grupo reducido de sabios benévolos. En ese marco artificial, de la elite de sabios gobernando sin someterse a los caprichos del populacho, puede confiarse en que el gobierno no abusará del expediente del déficit fiscal (deuda pública), sino que juiciosamente compensará, a lo largo del tiempo, los periodos de déficit con periodos más largos de superávit para mantener las finanzas públicas en orden.
Ese marco institucional, de la elite de sabios gobernando, no existe, porque no somos gobernados por ángeles o espíritus puros. Mucho menos dicho marco institucional - que está en los supuestos de Keynes, quien jamás se detuvo a examinar los arreglos políticos y jurídicos en los que se desenvuelve la política económica en el mundo real-, se aviene con lo que sucede en una democracia.
En una democracia, los políticos tenderán a incrementar el gasto antes que a reducirlo y tenderán a preferir el financiamiento del gasto mediante deuda, antes que incrementar impuestos. ¿Por qué? Porque eso complace a los electores y es popular. También por eso, los políticos, los periodistas, los académicos y, en general, los electores tienden a ser keynesianos más o menos silvestres, en la medida que suponen - desean suponer- que puede haber beneficios sin pagar costos. Un incremento en la deuda pública genera la ilusión de un ingreso sin costo, ya que el elector no ve de inmediato los costos, pero sí puede recibir de inmediato los beneficios, lo mismo que el político que genera la deuda probablemente no será quien tendrá que afrontar, en el futuro y como gobierno, los costos que implicarán su servicio y su eventual amortización. Así, Keynes y su apelación al déficit fiscal como herramienta para contrarrestar los ciclos económicos, resultan miel para los oídos de los políticos ávidos de popularidad.
Hoy en "Asuntos Capitales" se publica un insólito artículo de Juan Pablo Roiz (puede leerse haciendo clic aquí) que, me parece, debe ser resultado de un inteligente análisis del marco institucional en el que se desenvuelven la política económica y, específicamente, la política fiscal.
Es un análisis, conjeturo, tributario de las agudas observaciones de Knut Wicksell en 1896 y de los postulados de la escuela de la elección pública que encabeza James M. Buchanan. (Para leer un poco más sobre Wicksell recomiendo este sitio en la red. Y para mayor información sobre la escuela de la elección pública remito al lector a este otro sitio). Justamente, el título del comentario de hoy (Democracia en déficit) rinde homenaje a un gran libro de divulgación de Buchanan, escrito junto con Richard Wagner en 1977, que lleva ese título.
Roiz advierte que el programa económico para 2010 que está proponiendo el Presidente Felipe Calderón es, en términos de política fiscal, insólitamente responsable y, por ello, impopular. La responsabilidad fiscal - preferir los recortes al gasto público y los aumentos de impuestos para subsanar huecos fiscales, como el inmenso que ha dejado la caída de la producción petrolera en México -, no es popular. También los electores, en una democracia, tendemos a preferir el gasto sin costo, el recurso al déficit, no los impuestos.
Cada renglón de gasto tiene su clientela. Basta escuchar hoy, en la comparecencia del Secretario de Hacienda en la Cámara de Diputados, a los distintos legisladores hacer malabares retóricos para exigir que se gaste más en esto o en aquello a la vez que protestan, vehementes, contra los odiosos impuestos.
Una conclusión adicional a las que anota Roiz en su comentario, sería que, pese a su impopularidad, el programa económico propuesto por Calderón recibirá el apoyo de los priístas (al menos de los más inteligentes) porque es el programa ideal para que el gobierno de Calderón pague los costos y un futuro gobierno del PRI, acaso en el 2012, coseche los beneficios.
En todo caso, Calderón obtendría también el beneficio de pasar a la historia como un presidente reformador y valiente que no dudó en tomar decisiones impopulares pero responsables (aquí hay otro patrón interesante en México, los expresidentes recientes más respetados hoy no son aquellos que parecían muy populares en su momento, como Carlos Salinas o Vicente Fox, sino los que mal que bien, como Ernesto Zedillo o Miguel De la Madrid, tomaron decisiones impopulares, pero responsables).
John Maynard Keynes parece suponer, en su Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero, un marco institucional que no es una democracia sino el gobierno autócrata de un grupo reducido de sabios benévolos. En ese marco artificial, de la elite de sabios gobernando sin someterse a los caprichos del populacho, puede confiarse en que el gobierno no abusará del expediente del déficit fiscal (deuda pública), sino que juiciosamente compensará, a lo largo del tiempo, los periodos de déficit con periodos más largos de superávit para mantener las finanzas públicas en orden.
Ese marco institucional, de la elite de sabios gobernando, no existe, porque no somos gobernados por ángeles o espíritus puros. Mucho menos dicho marco institucional - que está en los supuestos de Keynes, quien jamás se detuvo a examinar los arreglos políticos y jurídicos en los que se desenvuelve la política económica en el mundo real-, se aviene con lo que sucede en una democracia.
En una democracia, los políticos tenderán a incrementar el gasto antes que a reducirlo y tenderán a preferir el financiamiento del gasto mediante deuda, antes que incrementar impuestos. ¿Por qué? Porque eso complace a los electores y es popular. También por eso, los políticos, los periodistas, los académicos y, en general, los electores tienden a ser keynesianos más o menos silvestres, en la medida que suponen - desean suponer- que puede haber beneficios sin pagar costos. Un incremento en la deuda pública genera la ilusión de un ingreso sin costo, ya que el elector no ve de inmediato los costos, pero sí puede recibir de inmediato los beneficios, lo mismo que el político que genera la deuda probablemente no será quien tendrá que afrontar, en el futuro y como gobierno, los costos que implicarán su servicio y su eventual amortización. Así, Keynes y su apelación al déficit fiscal como herramienta para contrarrestar los ciclos económicos, resultan miel para los oídos de los políticos ávidos de popularidad.
Hoy en "Asuntos Capitales" se publica un insólito artículo de Juan Pablo Roiz (puede leerse haciendo clic aquí) que, me parece, debe ser resultado de un inteligente análisis del marco institucional en el que se desenvuelven la política económica y, específicamente, la política fiscal.
Es un análisis, conjeturo, tributario de las agudas observaciones de Knut Wicksell en 1896 y de los postulados de la escuela de la elección pública que encabeza James M. Buchanan. (Para leer un poco más sobre Wicksell recomiendo este sitio en la red. Y para mayor información sobre la escuela de la elección pública remito al lector a este otro sitio). Justamente, el título del comentario de hoy (Democracia en déficit) rinde homenaje a un gran libro de divulgación de Buchanan, escrito junto con Richard Wagner en 1977, que lleva ese título.
Roiz advierte que el programa económico para 2010 que está proponiendo el Presidente Felipe Calderón es, en términos de política fiscal, insólitamente responsable y, por ello, impopular. La responsabilidad fiscal - preferir los recortes al gasto público y los aumentos de impuestos para subsanar huecos fiscales, como el inmenso que ha dejado la caída de la producción petrolera en México -, no es popular. También los electores, en una democracia, tendemos a preferir el gasto sin costo, el recurso al déficit, no los impuestos.
Cada renglón de gasto tiene su clientela. Basta escuchar hoy, en la comparecencia del Secretario de Hacienda en la Cámara de Diputados, a los distintos legisladores hacer malabares retóricos para exigir que se gaste más en esto o en aquello a la vez que protestan, vehementes, contra los odiosos impuestos.
Una conclusión adicional a las que anota Roiz en su comentario, sería que, pese a su impopularidad, el programa económico propuesto por Calderón recibirá el apoyo de los priístas (al menos de los más inteligentes) porque es el programa ideal para que el gobierno de Calderón pague los costos y un futuro gobierno del PRI, acaso en el 2012, coseche los beneficios.
En todo caso, Calderón obtendría también el beneficio de pasar a la historia como un presidente reformador y valiente que no dudó en tomar decisiones impopulares pero responsables (aquí hay otro patrón interesante en México, los expresidentes recientes más respetados hoy no son aquellos que parecían muy populares en su momento, como Carlos Salinas o Vicente Fox, sino los que mal que bien, como Ernesto Zedillo o Miguel De la Madrid, tomaron decisiones impopulares, pero responsables).
Etiquetas: déficit fiscal en México, Ernesto Zedillo, Felipe Calderón, México hoy, Miguel De la Madrid, responsabilidad
18 Comentarios:
Es esperanzador para mí ver que más personas perciben la gran oportunidad para el país que yo percibo. Veo que la mesa está puesta para lograr reformas de verdad, por un lado tienes al PRI con mayoría en la cámara (contando al verde), ellos estarán en buena disposición de aceptar reformas impopulares (como la propuesta fiscal que se está discutiendo) porque saben que el costo lo pagará en mayor medida el PAN y el presidente; por el otro lado tienes a Calderón que está dispuesto a proponer cambios profundos, o por lo menos eso dijo en el informe.
Si el presidente es inteligente y responsable (que creo que es tanto lo uno como lo otro) se estará dando cuenta de la gran oportunidad que México tiene. Claro el tomar este camino le va a traer costos muy fuertes, la pregunta es si Calderón está dispuesto a pagar esos costos en lo personal por el bien de México.
Es que no hay de otra. Vaya daño que le hizo al país el Tata Cárdenas, al condenarnos a la inmadurez y al conformismo al atar nuestro destino, nuestra cultura y nuestra psique a un recurso, si bien demandable, también escaso y finito. Somos un pueblo de inmaduritos criticones que sólo exigimos, más no aportamos realmente al crecimiento de nuestro país, ya que nunca hemos reparado en la responsabilidad como primer medio para crecer. Ningún país puede soñar en crecer económicamente si primero no lo hace cultural y psicológicamente. Y nosotros no lo haremos mientras sigamos creyendo que, cual pequeños berrinchuditos, lo merecemos todo, y que si no lo tenemos, eso se debe a los políticos, a nuestra historia o a la mafia capitalista. Somos un país tan irresponsable que, lejos de ser desarrollados, tenemos la tasa más alta de servicio doméstico en los hogares del mundo, así como la tasa más alta de contaminación no industrial per cápita del mundo. Lo mejor que puede pasarle a México para que tengamos un mejor futuro es que se nos acabe el petróleo, y que nos demos cuenta de que para crecer necesitamos ser más maduros y responsables. O al menos, que una generación de brillantes mexicanos empiecen a liderar un cambio precisamente hacia la responsabilidad. Parece que la segunda tiene más oportunidad de suceder. Ojalá.
Esto va para Roiz
¿Así que ya se (auto)reformó el Presidente? Antes era populista, pero ahora, de repente, se ha vuelto "valiente, inteligente y responsable"?
Subir impuestos desalienta las inversiones. Y sin inversiones no hay empleo ni riqueza ni bienestar. Punto. (¿O ya cambiaste tú las leyes de la economía?)
Lo inteligente y responsable es que baje sus gastos el gobierno, no que ahuyente a los capitalistas. Y lo valiente es que denuncie públicamente -y claramente- a quienes no le permiten bajar esos gastos. Nada ganamos conque Calderón haya dejado el populismo, si no se atreve a dejar el clientelismo... si no se atreve siquiera a denunciar a esa clientela que mencionas, "poderosa, privilegiada, enchufada y con buenas agarraderas".
De veras que sí: dan ganas de preguntarte ¿cuànto te pagan? Pero me conformaré con preguntarte ¿en qué pi... universidad aprendiste economía?
Ciertamente cambiar el modelo fiscal de golpe no es difícil... es imposible, aunque mis propios deseos, los de Calderón y los de Gilmore digan misa. Sin embargo, opino que la propuesta no se quedó corta por los ajustes para el 2010, sino porque ahí se quedó... y eso sí me preocupa. Qué les costaba dejar así la propuesta, pero progresiva en el tiempo, es decir, pasar de 15% de iva, 2% de ccp, y un isr de 30% para el 2010, a que se vaya ajustando en 1% cada año... hacia abajo el iva, hacia arriba el ccp y hacia abajo el isr... y así para el 2020 tendríamos un sólo impuesto al consumo generalizado del 12%, y un isr del 18%... es paulatino, no generaría reacciones sociales graves, y dibujaría un futuro fiscal más responsable, transparente y justo... Esto no creo que sería mucho más difícil de aprobar políticamente hablando que lo presentado, y seguramente sería mucho mejor calificado y premiado en el corto plazo por las calificadoras (y potencializaría la inversión, que es lo que necesitamos, como ciertamente dice Gilmore)...RMM: tu que los conoces, porqué no se los dices?... jajaja... saludos!
¿Y mientras, Antar? ¿Cómo tapan el boquetote?
Lo que propones es buena idea. Pero tiene que acompañarse de un reducción DRÁSTICA e INMEDIATA, del gasto público (para tapar el boquete). Sólo que "el valiente y responsable" Calderón no se atreve...
Si no, para tapar el boquete tendrán que endeudarse afuera o emitir bonos o de plano fabricar dinero de mentiritas.
Gracias por sus valiosos comentarios.
Antar: Desde luego que una mejor propuesta en materia de impuestos habría sido la que sugieres. Que, por cierto, va en la misma línea de lo que han dicho Damm y, en otra forma, Roiz acerca de la reforma fiscal ideal: Un solo impuesto al consumo con tasa única y basta (que es lo que menos distorsiona el funcionamiento de los mercados y menos perturba las inversiones). A mayor complejidad del sistema tributario - y ése es el caso de México y de Estados Unidos - hay mayores distorsiones y, por lo tanto, mayores obstáculos a la inversión productiva. Ahora bien, en el mundo real, de ahí mi insistencia en el marco institucional, esa propuesta no se antoja viable porque aún en la eventualidad de que el actual gobierno federal quisiese hacerlo, carece del poder para lograrlo: La aduana por la que tiene pasar cualquier cambio es el Congreso y ahí quien tiene la sartén por el mango es el PRI. Y el PRI, a su vez, basa buena parte de su poder territorial y sectorial justamente en la complejidad del sistema fiscal, un sistema complejo y enredado le permite tener clientelas variadas que, a la vez, son su sostén político. De ahí que sólo en los discursos propongan corregir los huecos que los tratamientos especiales (excenciones, tasas diferenciadas, subsidios implícitos y otros) que tiene el sistema tributario en México, pero a la hora de la verdad son los primeros en oponerse (ejemplo: ¿qué partido se va a oponer a quitarle el tratamiento impositivo especial a los transportistas o a las llamadas organizaciones campesinas, o a los sindicatos, o a los partidos políticos, o a las universidades públicas? ¡El PRI! Por cierto, que me conozcan en esos lares no significa que me vayan a hacer caso...
Gilmore: 1. Si tu comentario "va para Roiz" mándaselo a Roiz; puedes escribir lo que desees al respecto en el sitio de Asuntos Capitales donde apareció el comentario de Roiz.
2. El punto central de mi comentario es acerca de la inconveniencia del déficit público como presunto mecanismo para estimular el crecimiento de la economía y la generación de empleos. ¿Qué opinas acerca de la deuda?, ¿prefieres financiar el gasto con deuda o con impuestos? Ese es el asunto a discutir, no lo eludas.
3. No encuentro en ningún lugar, en el articulo de Roiz o en el mío, la afirmación de que Calderón se convirtió, como una especie de San Pablo que se cae del caballo camino de Damasco, en responsable por virtud o por bondad. Por el contrario, lo que dice Roiz es que ello ha sido producto de la conveniencia, una vez que el PAN perdió las elecciones intermedias. No podemos saber lo que pasa en el fuero interno de Calderón, pero podemos constatar que hay un viraje entre un Calderón que en 2008 presumía de congelar los precios de la gasolina y un Calderón que en septiembre de 2009 dice que los subsidios generalizados a los energéticos (y el mejor ejemplo son los subsidios a la gasolina vía el precio) son una mala política económica, porque propician el desperdicio de los recursos, son subsidios regresivos (benefician más a quienes más tienen) y además propician el deterioro del ambiente (esta crítica a los subsidios generalizados se encuentra en los Criterios Generales de Política Económica para 2010, que entregó el gobierno de Calderón al Congreso y que puedes consultar en el sitio de la SHCP en la red). Constatado el viraje en el planteamiento de Calderón lo que intenta Roiz es encontrar una explicación racional para el cambio. Y la hipótesis que propone me parece plausible: Una vez que ha fracasado la estrategia de querer rebasar a la izquierda por la izquierda, y dado que no tienes reelección ni un escenario electoral, mejor le apuestas a ser un buen presidente o a pasar a la historia como un expresidente mejor calificado que Fox o que Carlos Salinas. Fue justamente esta hipótesis de Roiz la que me hizo reflexionar sobre cómo curiosamente los dos expresidentes vivos que tomaron en su momento decisiones impopulares, pero responsables desde el punto de vista fiscal, son más respetados que los populares, en su momento, Fox o Salinas.
4. Sí hay una reducción del gasto del gobierno central, que es lo que le corresponde directamente a Calderón, en el proyecto de presupuesto para 2010. No es poca cosa eso de 218 mil millones de pesos de recorte bruto y de 10 mil plazas burocráticas menos. A lo mejor aún puede cortarse más (seguramente...), pero habrá que preguntarse por qué no le han seguido el ejemplo gobiernos de los estados, de los municipios, del DF, el poder legislativo, el poder judicial, la UNAM, el IFE, el IFAI, la Comisión de Derechos Humanos y hasta el Banco de México...En todos los casos mencionados, los presupuestos para 2010 o las solicitudes de recursos para 2010 son mayores de las que se aprobaron para 2009. Y eso también lo pagamos con impuestos o con deuda o con inflación...
Lo mío es envidia...
¡Cómo me gustaría que alguien me llamara "reformador y valiente" por hacer lo mínimo necesario para mantener mi negocio a flote.
Porque eso es lo que intenta hacer Calderón, mantener su negocio y el de el resto de la clase política a flote.
¿Qué hay de heroico o gallardo en lo que ha hecho Calderón? ¿Dónde está la acción esforzada y vigorosa que excede lo que se puede esperar del hombre común? ¿Qué peligro enfrenta Calderón para ser llamado valiente?
¿Dónde está la reforma del "reformador"?
Lamentablemente, guste o no, el último en hacer reformas verdaderas, profundas y necesarias en este país fue el impopular Carlos Salinas de Gortari... así de mal están las cosas.
Ramón:1. Si tú como empresario luchas por sacar a flote tu negocio reduciendo costos, apretando la cobranza a los clientes morosos, trabajando más horas al día, estudiando para mejorar tus procesos o tus productos o incluso aliándote con alguno de tus competidores para ganar economías de escala, no veo porqué deba resultar inopinado calificarte con el adjetivo de "valiente", sobre todo si otros empresarios ante la adversidad optan por mover sus contactos y sus influencias y por buscar un rescate con dinero público, pretextando que si no les dan eso van a tener que cerrar y mucha gente se quedará sin empleo.
2. Valiente NO es sinónimo de heroico o de gallardo o de extraordinario. Todos o casi todos somos valientes en determinadas circunstancias y no lo somos en otras circunstancias. Yo puedo ser muy valiente si se trata de defender a una de mis hijas de una amenaza cierta, pero la valentía no me interesa si se trata de mediar en un pleito entre dos desconocidos.
3. Las reformas del reformador, tengo entendido que serán enviadas al Congreso en menos de un mes. Otras ya están ahí, pero el Congreso no ha atinado a decidir, por ejemplo las reformas para hacer más eficiente, menos costosa en su operación y más efectiva, la banca de desarrollo o, por ejemplo, la reforma para evitar que los grandes evasores se salgan con la suya abusando del juicio de amparo.
4. Proponer aumentos de impuestos y recortar el gasto (echándose encima a la burocracia federal) no es el único curso de acción que tenía enfrente Calderón. Podría proponer un incremento mayor de la deuda pública (entrados en gastos, ¿qué tanto es tantito?) sobre todo aprovechando que la crisis ha creado un ambiente más que complaciente con la irresponsabilidad fiscal. Este otro camino, simplemente le dejaría una crisis mayúscula a su sucesor, justo lo mismo que hizo CSG, que hizo LEA, que hizo JLP. Tanto mejor, en la hipótesis del político absolutamente cínico e irresponsable, si ese sucesor es el copetón del Estado de México..El torero Lorenzo Garza, que desafiaba al público y toreaba como se le daba la gana no como el público se lo pedía, era valiente. Se necesita ser valiente (o esa es mi forma de hablar) para mentarle la madre al público, y decirle: Ni modo, compadres, no quieren impuestos pero ahí les van.
5. En las elecciones junto con el PAN, me sospecho, perdieron los encuestadores de los Pinos que convencían al Presidente de "rebasar por la izquierda a la izquierda".
6. Llamar valiente (que NO gallardo,heroico o santo) a Calderón no supone llevarlo a los altares. Sólo es calificar un hecho (al que también conviene el adjetivo de responsable) y especular racionalmente a qué obedece ese hecho. Tanto Roiz como yo suponemos que ese hecho obedece a que el PAN perdió las elecciones intermedias y a que no hay reelección en México No estoy especulando sobre la bondad o sobre las virtudes morales de Calderón, sino acerca de incentivos y marcos institucionales.
De acuerdo, señor RMM. Su argumento de que los impuestos son "menos malos" que la deuda pública o la emisión de dinero inflacionario, me parece claro, impecable y contundente. Si además de eso el Presidente tiene el propósito firme y sincero de reducir una buena cantidad de gasto, pues todavía mejor.
Pero mire ud: nada más el día de hoy Calderón se gastó un buen dinero en el desfile militar. ¿Para qué? ¿Qué ganamos los mexicanos con ver a los soldaditos marchando, o ver aviones y helicópteros desperdiciando combustible? ---Antes que proponer más impuestos, Calderón darnos -al pueblo- señales claras de que realmente planea reducir el gasto... ¿no cree? ¿O debemos creerle sólo porque dice que quiere a hacerlo?
(¿No cree que sería bueno que algún periodista o comentarista -vgr, usted- se pusiera a examinar cada partida del gasto gubernamental? Apuesto a que hay miles de cosas que podrían ser eliminadas o reducidas. Roiz propone, por ejemplo, cobrar las comidas en Los Pinos. Yo propongo quitar personal en las embajadas, o cerrar algunas. O no gastar nada en propaganda. Cosas por estilo...).
Llamar valiente a Calderón (aunque eso no signifique héroe o santo) quiere decir: "Aplaudámosle". Yo no veo porque haya que aplaudirle: él mismo es culpable o causante de una parte de los males que ahora quiere corregir. Nada d eaplausos; que haga su trabajo, y punto. Que para eso le pagamos.
seria tambien muy "valiente" que periodistas (y de paso opinadores)hablaran de otros "ejecutivos", porque parece como si Calderon fuera el unico que se pone a gastar dinero publico. Ojala se supiera cuanto costaron esos desfiles militares a lo largo y ancho de TODO Mexico. Cuanto el del gob. federal, cuanto le costo al "copeton", al del DF, y un larguisimo etec.
Ok, Anónimo. Pero no olvidar que la billetera más gorda y abultada (y llena de dinero ajeno) es la de Calderón.
Olvidé lo principal: Es cierto -como ha demostrado RMM- que los impuestos son la opcion menos mala. Pero... un momento: ¿qué tal bajar drásticamente los impuestos? Según dicen, eso aumenta la recaudación fiscal en poco tiempo (curva de Laffer).
A grandes males, grandes remedios.
Ok... a lo que me refiero más que nada no es a cuál sería la fórmula fiscal más adecuada para estimular la inversión y lograr una mezcla de finanzas públicas lo bastante fuerte como para preoveer de la infraestructura física, tecnológica y social a dicha inversión, la cual sabemos que son los impuestos generales al consumo y los impuestos bajos a la producción... a lo que me refiero más que nada es a que siendo objetivos, lograrlo ahorita es imposible, punto. Creerlo es utópico, por más que pensemos que es lo desable más que lo posible. Pero dibujar un plan que vaya llevando a nuestro país hacia esa convergencia, no se me hace an difícil, si partiéamos precisamente de la base actual, que según entiendo, es coyuntural en términos del isr y del ide. Y cuando comento que los conoces, Ricardo, me refiero a los que lo propondrán... de los otros no podemos esperar gran cosa.. jaja. Ahora: por el lado de la reforma fiscal, creo que, independientemente de la recaudación que se logre, debe ser de una u otra manera una reforma que efectivamente obligue a todos a pagar a cambio de recibir. Como puse en mi primer comentario, nuestro país ha estado subsidiado desde 1938, y creemos los mexicanos que por haber nacido en este suelo tenemos derechos, más no obligaciones. Por lo mismo hay que ver la parte cultural de que los mexicanos empecemos a acostumbrarnos a pagar impuestos, y a exigir en consecuencia los resultados de dicho pago. Mientras el petróleo siga manteniéndonos, muy difícil será que crezcamos, ya que para crecer económicamente primero tenemos que crecer cultural, psicológica y socialmente. Y es que en México los pobres no pagan impuestos porque consumen productos que no gravan, los ricos tampoco porque recurren a estrategias fiscales para evadirlos ("eludirlos" le llaman), y la clase media se dedica y consume en su mayoría en el mercado ilegal y/o pirata... entonces, pues sí: que nos mantenga el petróleo!!! pero resulta que en consecuencia somos unos inmaduritos mocositos berrinchudos que creemos que merecemos todo, pero no estamos acostumbrados -ni por asomo- a ganárnoslo.
Yo tengo un amigo a quien le dió cáncer y estuvo a punto de perder la vida. Afortunadamente se lo detectaron a tiempo y se salvó, pero su vida ha cambiado diametralmente para bien. Ahora el comenta que el mejor regalo que le ha dado la vida es, paradójicamente, dicho tumor, ya que su vida es otra, más completa, próspera y humilde. Precisamente eso sería lo mejor que nos podría pasar a los mexicanos: que mañana mismo se acabara el petróleo. Entonces sí: o nos ponemos a asumir los compromisos necesarios para desarrollarnos, prosperar y ser un mejor país desde el trabajo, el pago de impuestos y el cuidado de nuestra naturaleza, o simple y sencillamente morimos.
Pero bueno, de mientras, a lo nuestro...
Sobre lo del boquete, independientemente de que tengo entendido que está programado un gran ahorro sin precedentes a nivel federal, creo que eso podría reforzarse metiendo en cintura a los gobiernos estatales mediante contralorías independientes que reporten al senado, ya que el gasto corriente en las entidades ha crecido en promedio al triple que el federal en los últimos 9 años (porqué creen que los gobernadores del PRI no apoyaron a Madrazo, ni creo que apoyen al copetes?... porque antes les quitaban, y ahora les dán). Y por el otro, con una correcta reforma energética, en donde se deje de subsidiar la ineficiencia de LyFC, y en donde los recursos de PEMEX se dediquen más a la exploración, explotación y producción que a la refinación, que en términos netos es mucho menos negocio para el país. Esto es, que se permita la inversión privada en esa parte del sector.
En fin... estamos en la encrucijada para ver si seremos un país en serio y dejemos de ser un país de payasos.
Veremos.
Saludos!
Gilmore, el Gob Federal RECAUDA MAS (casi todo), quiza a eso te refieras, pero yo hable del GASTO que se hace, y ahi los demas gastan mas en su conjunto que el Gob Fed. Pero hay otro dato: Aparentemente el unico que adelgaza su gasto es el gob. federal, pero y las univs? los estados, el ife? la cndh? la croc? la cnop? imcine? bueno, no acabo y seguramente me faltarian muchisimas dependencias
Sobre la curva de Laffer no la conozco, solo se que segun cifras que leo en pag. de este tipo la recaudacion que no son producto del petroleo es de alrededor del 10% del PIB. hasta que nivel preguntaria deberian bajar, para hacer frente al boquete de las finanzas? Personalmente creo que 10% del PIB, sin ser experto ni mucho menos, es una cifra aceptable si fuera solo eso lo que gastara el gobierno
Dos anotaciones o precisiones sobre la curva de Arthur Laffer. La primera: Laffer postula que a partir de determinada tasa de impuestos (que NO conocemos de antemano, OJO), cualquier aumento marginal en la tasa del impuesto tendrá rendimientos decrecientes para la fisco o, incluso, disminuirá la recaudación neta. Es una idea de sentido común porque la tasa de los impuestos - especialmente en los impuestos directos, a la renta o a los ingresos- compite con la misma rentabilidad: a mayor tasa de impuesto, menos utilidad. No dice (como parece dar a entender Gilmore) que puedas bajar la tasa del impuesto sin límites y cada vez recaudarás más. Eso es tontería pura: es obvio que si tu tasa de ISR es, por poner un extremo, de sólo 8% por ciento no vas a recaudar más, aunque todos paguen, que con una tasa de 15% con la cual paga el 90% y el 10% evade. El 90 por ciento de cumplimiento en el pago de impuestos a una tasa de 15 por ciento te dará una recaudación neta del 13.5 por ciento sobre el total de lo gravable, en cambio el ocho por ciento de 100% de cumplimiento de la base de contribuyentes sólo te da una recuadación efectiva de ocho por ciento sobre el total de lo gravable. Obvio: 13.5 es MÁS que ocho.
2. No hay una demostración empírica concluyente sobre la efectividad de la curva de Laffer (aunque la idea es de sentido común: a una tasa de 80% de ISR tendrás una gran evasión o desalentarás cualquier esfuerzo productivo, por lo que recaudarás, neto, menos que a una tasa de 30% de ISR), dado que los límites hacia arriba o hacia abajo de la tasa (que te marcarían el rango ideal de tasas en el que obtienes la mejor recaudación neta) son cambiantes y dependen de muchísimas variables: país, rentabilidad promedio de las inversiones, diferencias de impuestos con otros destinos de inversión, facilidad en el pago de impuestos, eficiencia de la administración tributaria para cobrar y muchas más. Por eso no hay manera de determinar esa tasa óptima de recaudación neta.
Un momentito... soy tonto, pero no tanto. Ya sé que una tasa de impuesto de 0% va a recaudar CERO, no "más" que una del 30 ó 40%.
Es cierto que no sabemos a partir de qué momento, a partir de qué tasa, la recaudación va a empezar a bajar (o a subir). Supongo que eso puede saberse sólo si ensayamos y erramos... hasta atinarle. Y estar pendientes, porque al mes siguiente algo pasa y todo cambia, incluida la curva. Aun así, la idea de Laffer contiene una enseñanza valiosa: "En algún momento los contribuyentes se cansarán y dejarán de pagar". Y una sugerencia también valiosa: "Para no cansar a esos contribuyentes, atraigan a otros ofreciéndoles una tasa más baja".
@ william: no hay una demostración empírica de la efectividad de la curva de Laffer, muy interesante. prueba y error es una buena manera de aprender. ¿pero dónde ponemos el IVA para empezar? ¿quién diseñará y correrá el modelo que permita predecir esos comportamientos? prueba y error a ciegas,sin fundamentos....mejor nada.
"en algún momento los contribuyentes se cansarán y dejarán de pagar" ¿hay datos duros acerca de ésto? tal vez haya una mala traducción, pero esta frase tal cual no parece tan razonada, un tanto emocional, más pasión que pensamiento.
en mi corta vida no he conocido a alguien que deje de pagar impuestos. a lo más, se le paga al contador, éste hace magia con los números y se pagan menos impuestos. la bronca son los mexicanos que nunca han pagado y si las cosas siguen así nunca lo harán.
Axa, en ciencias humanas (como la economía) no hay verificaciones ni falsaciones empíricas. El número de variables es inmenso; imposible ponerlas bajo control en un laboratorio, como hacen los físicos o los químicos. La única forma de justificar alguna teoría o hipótesis económica, y sobre todo justificar su aplicación en un país real, es el sentido común -como bien dice RMM-, siempre que sea un sentido común reflexivo, fundado en los principios de la acción humana (diría von Mises).
¿Còmo saber entonces con qué impuestos empezar y con qué tasas? Pues yo no sé; no soy economista ni tengo experiencia en estas cosas. Pero me imagino que tendrá que ser un poco al tanteo, un poco adivinando, otro poco arriesgando: habrá que ver qué hicieron otros países y cómo les fue, habrá que pedir su opinión a los expertos, habrá que consultarlo con la almohada o quizá con algún astrólogo. Y a ver qué sucede; si va bien, se deja como está; si va mal, se hacen ajustes. Si Calderón me preguntara a mí, yo le diría: baje el ISR al 10% rápidamente (me parece que así lo hicieron en Irlanda y no les fue tan mal); deje el IVA en 15%, pero ya sin excepciones; quite los subsidios a la gasolina (según Roiz, ésa es la causa de 2/3 del boquetote); elimine trabas para abrir empresas; explíquele al pueblo (no sólo al Congreso) claramente cuál es su estrategia, a través de una gran campaña por tv; y dígale que antes de un año habrá mucho empleo y los salarios irán rápidamente hacia arriba.
Dices
"en algún momento los contribuyentes se cansarán y dejarán de pagar" ¿hay datos duros acerca de ésto? tal vez haya una mala traducción, pero esta frase tal cual no parece tan razonada, un tanto emocional, más pasión que pensamiento.
No; sí está razonada. Si a ti te suben el precio de algo más y más cada vez, llega el momento en que dices "Ya no compro". Igual con los impuestos: si te van subiendo el ISR, llegará el día en que prefieras cerrar tu negocio, o prefieras seguir, pero ahora ocultándole muchas cosas a Hacienda. ---No tengo "datos duros", si con ello te refieres a estadísticas o datos empíricos. Pero no importa: el sentido común y la reflexión te permiten predecir (no predicción exacta, pero sí "pattern prediction", o predicción de tendencias) que si los impuestos suben y suben, un día los contribuyentes dejarán de pagar.
en mi corta vida no he conocido a alguien que deje de pagar impuestos. a lo más, se le paga al contador, éste hace magia con los números y se pagan menos impuestos. la bronca son los mexicanos que nunca han pagado y si las cosas siguen así nunca lo harán.
Una empresa que cierra, o una empresa que no factura todas sus ventas, es una empresa que deja de pagar impuestos. ---La bronca no somos los mexicanos. La bronca es un gobierno que te cobra impuestos de primer mundo y te da servicios de cuarto mundo.
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