viernes, 1 de diciembre de 2006

El Presidente y los navegantes sin brújula

Tal vez el lector convendrá conmigo en que si los navegantes oficiosos hubiésemos dirigido de veras la nave ya habríamos naufragado.


En la etnia de los comentaristas sabelotodos tenemos un pésimo récord de bateo. Salvo excepciones, nos fallan los pronósticos y los augurios. Tal vez por eso cada día son más frecuentes, en los púlpitos virtuales de los comentaristas – que se llaman periódicos, radio, televisión, mesa redonda, conferencia-, las diatribas contra la realidad que, terca, no se acomoda a nuestras “sabias” reflexiones. Peor para la realidad…
Pongo un ejemplo. Ayer un prestigiado diario en su sección de Negocios publicaba: “Para sorpresa de todos, 38 mil trabajadores sindicalizados de Ford aceptaron el plan de jubilación adelantada propuesto por la compañía…”
A pesar de los datos duros – como ahora se dice – las cuatro primeras palabras de la “información” matan cualquier objetividad: “Para sorpresa de todos”. Si esto fuera cierto, si todos – absolutamente todos- NO esperaban ese resultado, la información debería narrarnos algunos fenómenos milagrosos, por ejemplo: El trabajador sindicalizado Fulano sigue sin entender qué pasó y declaró: “Llegué con la firme convicción de que no aceptaría ese absurdo y ofensivo plan de jubilación y de repente, no entiendo por qué, lo acepté, hice lo que no quería hacer; peor todavía: Hice lo que todos – yo incluido- sabemos que no iba a hacer”. La clave del asunto está en ese dogmático “todos”. ¿Quién es “todos”? “Todos” es quien redactó la “información” y tal vez las fallidas fuentes – los expertos comentaristas- en que abrevó para no tomarse la molestia de preguntarle a la realidad.
Llegamos hoy en México al inicio de un nuevo gobierno. La etnia de los comentaristas dispara los más alarmantes pronósticos. Menudean, en los púlpitos de la falsa “opinión pública”, todo género de advertencias sombrías y de anuncios catastróficos. Pero en realidad lo más probable es que mañana, dentro de un año o dentro de seis años, nos “informen”: “Para sorpresa de todos – es decir, del que lanzó los terribles malos augurios y de su cofradía- las cosas no pasaron como era previsible que pasaran”. Es decir: No llegó la catástrofe anhelada, la crisis tan predicada se desinfló, la realidad volvió a burlarse del “destino”.
No hago augurios porque no creo en el destino, sino en la libertad. No soy romántico y por eso no creo saber lo que nos depara un destino inexorable. Vaya, detesto a tanto Víctor Hugo disminuido metido a comentarista. Aunque se esfuerce la etnia de los comentaristas los medios siguen siendo, para bien o para mal, pésimas imitaciones fallidas de “Los Miserables”.
El futuro será lo que nosotros hagamos de él. La mayoría de los mexicanos tenemos la suficiente generosidad e inteligencia para que nos vaya bien. Empezando por el nuevo Presidente Constitucional, Felipe Calderón Hinojosa.
Ya nos dirán, en 2012, que “para sorpresa de todos” las cosas no fueron tan terribles como “todos” habían predicho.

1 Comentarios:

Blogger Ramón Mier dijo...

Para sorpresa de todos, en el 2008 el mercado mexicano no será inhundado por maiz y frijol barato.

Todo parece que lejos de ser así podríamos enfrentar el terrible escenario de altos precios de Maiz que si bien será motivo de alegría para los productores nacionales será una pesada carga para la mayoría de los consumidores.

Veamos cómo los partidiarios de mayores aranceles al maiz enfrentan ese problema. Seguramente para sorpresa de todos el que ya no entre maíz barato lejos de ser algo bueno será una tremendo problema.

enero 03, 2007  

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