Un comienzo impecable
Donde se proponen algunas “lecturas” acerca de un alentador inicio de gobierno.
Otra vez fallaron la mayoría de los analistas instantáneos y comentaristas: Los momios cada vez son más desfavorables para quienes apuestan por el fracaso de México. Felipe Calderón Hinojosa llegó, vio, venció y convenció. Bien por él, mejor para México y para los mexicanos.
No sé usted, estimado lector, pero yo compro sin dudas ese México que se impuso el viernes pasado con el nuevo Presidente Constitucional, legal, legítimo y auténtico.
Una cita. Escribe la cáustica Clotilde en sus “dardos” (ver en la red): “Hace seis años había más esperanzas y menos realidades; más ilusiones y menos certezas. Hace seis años estrenamos un Presidente del tamaño de nuestras ilusiones, hoy estrenamos un Presidente del tamaño de nuestras realidades y con los tamaños para hacerles frente y mejorarlas. El que tenga entendederas para entender que entienda.”
Se ha criticado “de bulto” a los legisladores que “tomaron” la tribuna de la Cámara de Diputados, pero hay una diferencia abismal entre quienes lo hicieron para defender la legalidad y quienes quisieron quitarlos de ahí para provocar otro fracaso de la institucionalidad y de la ley.
No es bonito ni deseable que los legisladores en lugar de discutir racionalmente, dialogar, llegar a establecer acuerdos y legislar en consecuencia, tengan que convertirse en escudos humanos para resistir empujones, insultos, provocaciones y tengan que tomar, como si se tratase de una trinchera en tiempos de guerra, la tribuna de la Cámara. No es bonito, pero fue necesario. Los diputados del PAN – y algunos del PRI, hay que reconocerlo- se ganaron en estos días a pulso, y centavo a centavo, su salario. Defendieron la normalidad, defendieron la ley y lo hicieron con gran eficacia como lo demuestra el resultado final: Felipe Calderón rindió su protesta de ley, en donde debía hacerlo, cuando debía hacerlo y sin negociar lo que no es negociable: la ley. Recurrieron a medios extraordinarios ante desafíos extraordinarios y salvaron la legalidad. Gracias.
El nuevo Presidente y su equipo lograron el viernes pasado – con serenidad y firmeza en el compromiso con la ley- lo que en años de simulados “diálogos” y negociaciones lastradas de ilegalidad jamás habría podido lograrse: Imponer la normalidad sobre el triste espectáculo de pandilla como forma espuria de la política. (Pandilla: Liga que forman algunos para engañar a otros o hacerles daño).
El medio es el mensaje: ¿No hubo un alma inteligente y caritativa entre los directivos de Televisa que le dijese a Víctor Trujillo que es una total falta de respeto al público televidente salir a cuadro, en la transmisión de la ceremonia solemne del cambio de gobierno, vestido como ranchero en día de asueto? Camisa roja, chamarra de cuero… ¿Confundió la toma de posesión de Felipe Calderón en México con la de un Evo Morales cualquiera – enfundado en un suéter multicolor- en Bolivia?
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