miércoles, 21 de marzo de 2007

¿Por qué 14 semanas y no 14 años?

En una sociedad de mujeres y hombres libres, éstos tienen plena propiedad sobre sus cuerpos. De ahí que sea criminal y aberrante pretender negar ese derecho a quienes desarrollan su propio cuerpo personalísimo – no el apéndice de otro cuerpo humano- dentro del vientre materno.

¿Tienen “derecho” los padres a disponer del cuerpo de sus hijos menores de edad? Desde luego que no. Si admitiésemos ese falso “derecho” tendríamos, en automático, que permitir el abuso infantil en todas sus execrables modalidades y nos veríamos ante el abominable dilema de determinar a partir de qué momento esa suerte de “esclavos” – los menores de edad- podrían considerarse jurídicamente “libertos”, dignos de que se les garantice su derecho elemental a la vida.

No hay evidencia científica que nos permita decir con absoluta certeza: “A partir de aquí comienza la vida auténticamente humana”. Sí tenemos en cambio abundantes evidencias de que un óvulo humano fecundado tiene una identidad específica y unívoca: Es un ser humano en proceso y tenemos la certeza de que el resultado de dicho proceso será con el paso del tiempo, en caso de no frustrarse, un ser humano autónomo y libre, al que todos los Estados medianamente civilizados le reconocen derechos inalienables.

Las sociedades civilizadas tienen su pilar fundamental en el carácter inviolable – sagrado- de la vida humana; de ahí que repugne la persistencia en algunos países (¡que se ostentan arrogantemente como civilizados!) de la pena de muerte. Ese carácter sagrado, reconocido también por las religiones monoteístas – especialmente las judeocristianas-, NO es un dogma de fe, sino el primer principio de la convivencia humana.

No estamos discutiendo si la mujer tiene o no derecho sobre su cuerpo, ¡claro que lo tiene! Estamos discutiendo qué diablos nos autoriza a dogmatizar que una mujer – o un hombre- no lo son todavía porque están en desarrollo dentro de otro cuerpo.

¿Por qué 14 semanas y no 14 años, visto que los seres humanos siempre estamos en proceso de hacernos plenamente seres humanos?

¿Por qué el aborto sí y la esclavitud infantil no, a cargo de la madre y/o del padre?

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5 Comentarios:

Blogger Ricardo Medina Macías dijo...

Incluyo, de entrada, tres comentarios de buenos e inteligentes amigos respecto del artículo original.

1. F.J.R. escribe:Hola Ricardo.

Veo que estas de acuerdo en que, en el fondo, el debate se centra en la duda de "en que momento el óvulo fecundado empieza a ser un ser humano". Puesto que no sabemos pero existe una probabilidad de que sea desde el primer momento de la fecundación, esa vida merece nacer. Es como en un naufragio, mientras haya la posibilidad de sobrvivientes, se deben buscar, o en el derrumbe de un edificio, etc. Por si esta lógica fuera poco, todos los que conozco que lo han hecho acaban con un sufrimiento devastador; no tengo duda de la justicia divina. Personalmente me opongo al aborto, yo nunca lo haría sin importarme las circunstancias.

Sin embargo tengo una duda. No se puede castigar por un crimen que no quede totalmente probado y la naturaleza de este caso presenta una icógnita por que tampoco estamos totalmente seguros de que se termine la vida de un humano. Segundo, no me parece que quien cometa un aborto sea una amenaza para la seguridad pública. Y por último, el que esté prohibido no impide que se haga.

Creo que el castigar abortos no debe ser una tarea del gobierno. Desde el punto de vista individual, debemos ser responsables de nuestros actos, no acercarnos a la tentación y menos dejarnos llevar por ella pues esta en una de sus concencuencias. Como padres de familia, debemos ser modelo para nuestros hijos y procurar mucha comunicación para prepararlos y que puedan tomar adecuadamente sus decisiones. Como sociedad debemos advertir a los demas todas las consecuencias de una acto tan terrible como este y ayudar en lo posible a las futuras madres que no tengan los medios para salir adelante.

El que un gobierno sancione el aborto le da una cierta comodidad al menos a mi conciencia, de alguna manera me engaño pensado que al estar prohibido no se va a hacer y esta comodidad ciega y distancia de las personas que enfrentan un embarazo invountario. Al imaginar que no hubiera esta proihibición del gobierno, siento que no sería tan indiferente con quien enfrente esta situación por que entonces no habría duda, la vida de un inocente esta en riesgo.

2. Bernardo Graue, por su parte, escribe lo siguiente:

Te felicito por tu texto ¿Por qué 14 semanas y no 14 años?. Está fregonsísimo. Sobre todo, porque basta leer los argumentos de nuestra "izquierda" que pretende legislar sobre disposiciones de vida, como para callar y dejar en manos de estos megapendejos funcionales estas desiciones.

Te envío un breve texto que escribí al respecto. Me encantará que lo leas.

Un abrazo
Y este es el artículo que menciona:
Aborto: Tortuguidad y Humanidad
¿Por qué si reconocemos la tortuguidad (su esencia) del huevo fecundado de tortuga, nos resistimos a reconocer la posibilidad de la humanidad del huevo fecundado humano desde la concepción?
Por Bernardo Graue Toussaint
La discusión en torno del aborto es una de las polémicas que mayores polarizaciones producen, sobre todo, porque el debate entre las distintas posiciones se centra -en buena medida- en la discusión sobre si el huevo fecundado en el seno materno es ya o no un ser humano.
Carlos Castillo Peraza (QEPD) hizo una maravillosa reflexión al respecto.
Decía el buen Carlos que las Fuerzas Armadas -concretamente nuestros marinos- y distintas dependencias públicas y privadas cuidan con sigilo y esmero los huevos de las tortugas marinas. No sólo cuidan esos huevos fecundados de la rapiña de quienes pretenden robarlos y comercializarlos, sino que, además, les brindan protección para su desarrollo en el interior del huevo, hasta que llegue el día en que la pequeña tortuga rompa el cascarón y camine rumbo al mar.
Las Fuerzas Armadas protegen esos huevos de tortugas, justa y precisamente, porque tienen la total y absoluta certeza que de ese huevo fecundado de tortuga no saldrá un elefante, un rinoceronte, un lobo, una gaviota, una iguana, un perro, un caballo. Saben que de ese huevo fecundado nacerá, efectivamente, una tortuga. Dicho en otras palabras, la Marina mexicana tiene absoluta certidumbre de la "tortuguidad" de ese huevo fecundado. Total certeza de su esencia. Reconocen en ese huevo una tortuga en potencia, desde el momento de su fecundación.
Incluso el mismo Código Penal Federal establece penas carcelarias severas para quien atente contra las tortugas vivas y contra sus huevos fecundados.
Visto todo lo anterior, el huevo fecundado de tortuga tiene pleno reconocimiento de su esencia (su tortuguidad) y toda la protección legal y física del Estado mexicano.
La duda: ¿Por qué si reconocemos la tortuguidad (su esencia) del huevo fecundado de tortuga, nos resistimos a reconocer la posibilidad de la humanidad del huevo fecundado humano desde la concepción?
Sé que algunas personas me replicarían el anterior planteamiento asegurando que la protección a las tortugas marinas se sustenta por el peligro de extinción que les amenaza. Este peligro de extinción resulta deplorable y latente; sin embargo, deseo insistir en el hecho de que esa protección del Estado y de los particulares que se dedican generosamente al cuidado de las tortugas parte del principio del reconocimiento de su tortuguidad. Nadie tiene duda de esa esencia, independientemente de que esté en peligro su sobrevivencia.
Castillo Peraza planteaba también el ejemplo del cazador que –escopeta en mano- busca a su presa en el bosque. Este cazador ve que el follaje de un arbusto se mueve. Detrás de esas ramas se podría encontrar su presa o, igualmente, un niño paseando por el monte. Ante la duda, ¿qué debe hacer el cazador? ¿Disparar y averiguar posteriormente el resultado de su tiro?
La duda en el debate en torno a la humanidad del huevo fecundado humano continuará, estoy seguro de ello. Ante ella, al igual que en el caso del cazador, yo preferiría no atentar contra esa maravilla que es la vida humana, sin reproches ni descalificaciones contra nadie, sea cual sea la posición personal que cada uno adopte. Ante la duda, abstención.
bgrauet@hotmail.com

3. A su vez, Alejandro Moreno Casillas me escribe:
Estimado Ricardo:

Como aun este artículo no está en tu blog, te mando este comentario. Desde luego, sí tú juzgas conveniente ponerlo mañana ahí, no tendría ninguna objeción.

El aborto me repugna. Yo no sería por ningún motivo un promotor del aborto, pero...

Entiendo que hay casos en los que todos, o casi todos, estaríamos de acuerdo en que el aborto se practicara: cuando hay un grave y ciertísimo riesgo para la vida de la madre y, con mayor razón, si su muerte pudiera dejar en la orfandad a otros niños. Probablemente también en los casos en que exista una grave enfermedad en el feto o cuando una mujer quede embarazada como producto de una violación.

Creo entonces que sólo muy pocas personas podrían decir que nunca, absolutamente nunca, aprobarían el que una mujer se practicara el aborto. Yo, por lo menos, no me contaría entre ellos.

Y entonces se abre algo así como la caja de Pandora: consideraciones utilitarias o coyunturales son las que determinan si el aborto es permitido (o hasta recomendable). Y si unas consideraciones de ese tipo resultan válidas en algunos casos o para algunas personas, entonces otro tipo de consideraciones pueden resultar válidas para otras personas.

Para mí, no siempre, no de manera absoluta, incontrovertible, vale la pena vivir la vida. Supongo, por ejemplo, que debe ser tremendo, al grado de volverse insufrible, ser hijo de unos padres que detestan o por lo menos rechazan al hijo. Debe ser espantoso, también, vivir con unas taras o limitaciones que imposibilitan el bastarse a sí mismo, y como ésas, algunas otras circunstancias en que, de plano, el saldo de vivir resulta extremadamente negativo: que no vale la pena vivir.

Así que si el feto aun no desarrolla lo que sería más adelante un cerebro o un sistema nervioso, y por lo tanto no siente ningún dolor, y dicen que eso es antes de las 14 semanas, yo posiblemente estaría de acuerdo en dejar -aunque con mucha repugnancia- en libertad a las mujeres ¿o a las parejas? la decisión de si abortar o no.

Saludos.

Alejandro.

4. Y yo le respondo:

Alejandro:

Por supuesto, me encantará incluir tu inteligente comentario en el blog.

Entiendo perfectamemte lo que dices. Por eso, precisamente, ésta discusión pública y política sobre el aborto me parece inútil y peligrosa. Trataré de explicar por qué:

1. No sé de ninguna mujer en México que esté encarcelada o haya sido perseguida judicialmente - ni siquiera por la vía civil- por abortar voluntariamente. Esto me parece muy bien, porque los gobiernos no son nadie para andar persiguiendo "pecadores" reales o supuestos. Si el aborto significa terminar con la vida de alguien es un asunto abominable - desde el punto de vista ético- que, sin embargo, NO suele tener ninguna repercusión social relevante que merezca la intervención de los gobiernos.

2. Respecto del argumento de que los "abortos clandestinos" causan muertes (adicionales a las muertes de los proyectos de ser humano, llamémosles así, que son los productos o fetos) y problemas de sald pública, soy profundamente escéptico: Hoy día la mayoría de los abortos voluntarios en México se realizan - aunque nadie quiera decirlo- en instituciones públicas y privadas de salud o en clínicas y consultorios más o menos establecidos, en condiciones razonables de asepsia y con razonable equipamiento y medicamentos. Se les llama de otra forma (por ejemplo, legrados) y hay una especie de código del silencio para que nadie ponga el grito en el cielo...Por supuesto, hay quien se rehúsa a practicarlos y hay quien lo hace aduciendo incluso razones de conciencia ("mejor que lo hagamos en condiciones higiénicas y bajo supervisión médica a que lo hagan con un gancho"...). Hay, pues, una legalización de hecho - que a mí y a otros nos puede parecer repugnante- pero que existe y opera.

3. Un francés que se dedicaba por lo visto a fabricar frases citables, Le Rochefoucald, dijo que "la hipocresía es el tributo que el vicio le rinde a la virtud". Exacto. La hipocresía implica un sustrato o resto de ética. Seamos, pues, razonablemente hipócritas y NO pongamos en las leyes escritas una suerte de "bendición laica" a una práctica terrible que tiene consecuencias psicológicas abrumadoras para la mujer que se somete a ella...Ponerla en la ley sería tanto como vulnerar el respeto inviolable a la vida humana que le debemos exigir - por encima de a los individuos- a los gobiernos y Estados. Por lo menos respetemos la vida en la letra de la ley. Quienes consideran que no tienen otro remedio que abortar lo seguirán haciendo, con o sin bendición legal, y quienes lo consideramos abominable no lo haremos ni lo promoveremos aunque nos fabriquen cien leyes a favor del aborto.

4. La política lo ensucia todo. El aborto es un asunto tan grave, tan humano, tan personal, tan difícil de juzgar en cada caso concreto (imposible, diría yo; sólo Dios y la conciencia de cada cual), que, por favor, no lo usemos como caballito de batalla partidista o electoral...Un mínimo de respeto a la conciencia, a la vida, a lo sagrado, a lo inefable, a lo que no controlamos.

5. Son estúpidos, a mi juicio, los políticos que proponen la despenalización del aborto como otra artimaña ideológico-partidista y después se asustan de que las iglesias - especialmente las judeocristianas- protesten y lo condenen. Ese sí es un asunto de la competencia moral de los pastores, rabinos, sacerdotes...Ni modo. Si no quieren toparse con la Iglesia, no se metan en terrenos que, para un creyente, significan literalmente la diferencia entre el cielo y el infierno. Dividen irremediablemente entre justos y pecadores y después se asustan...

Saludos,

Ricardo

marzo 21, 2007  
Blogger J.S. Zolliker dijo...

Estimado Ricardo:
Si bien es cierto que coincido con algunos puntos, creo que es necesario que se continúe con la libre discución del asunto. Esto, porque si bien es cierto que los abortos en algunas clases socioeconómicas se hacen en clínicas y consultorios, en otras, las que utilizan los servicios de salud pública, no tienen muchas veces acceso a ello. Implicando por supuesto, riesgos temibles y muertes brutales que no hubieran sucedido de ser realizado el procedimiento en hospitales y clínicas públicas. Y eso lo sé, porque lo he visto varias veces -recordarás que trabajo en el sector médico.

Coincido en que no pongamos en la ley, la legalización de esta práctica; pero deseo que sí se despenalice (una cosa es legalizar, otra, despenalizar); y quien quiera hacerlo, pueda hacerlo en instalaciones adecuadas, en manos de profesionales que quieran hacerlo también, sin temor a ser perseguidos ni acotados, salvo por sus creencias y dogmas personales.

¿Que viene con tirabuzón la propuesta? Claro está. Viene bien pensada y bien dirigida. Sin embargo, no creo que los mexicanos seamos más o menos si la incluimos en el debate. Creo de hecho, que podría hacer más bien que mal, en términos de salubridad pública. Aunque ciertamente, creo que además del tema del aborto, se debe incluir de manera importante en la agenda, el tema de la prevención, que el Sr. Luis Echeverría echó por los suelos al clausurar todas las clínicas publicas que ofrecían este servicio en cualquier parte del territorio nacional; pues si bien es cierto que mujeres de escasos recursos podrían salvar la vida de realizarseles el aborto en sitios adaptados para ello y en manos de profesionales, también es muy cierto, que teniendo acceso a medios de anticoncepción, podrían evitarse el embarazo desde un principio...

Saludos, y como siempre, un placer leerte.

marzo 21, 2007  
Anonymous Anónimo dijo...

Hola Ricardo,

Te escribo para felicitarte por tan excelente artículo.

Las personas que nos oponemos al abarto somos tachados de todo, menos de racionales.

A mí me han dicho que soy de ultraderecha, del yunque, de provida, arcaico e irracional.

La realidad es que mis argumentos a favor de la vida se alejan de todo precepto religioso, pues no profeso religión alguna.

Hay quienes creen que la mujer tiene derecho a abortar, porque el ser que tienen en su vientre no ha nacido aún. Me extraña que sean los más "progresistas" y supuestos "liberales" de izquierda, los que apoyan este pensamiento, pues no le veo el progresismo, ni la libertad por ningún lado. Me parece arcaico creer que un ser humano lo es hasta cierto punto de su vida o hasta el momento de su nacimiento. Es más dogmático creer que un ovulo fertilizado no tiene derecho alguno, pues la ciencia que estudia los procesos bilógicos afirma contundentemente que las celulas humanas provenientes de la fecundación tienen vida propia desde sus inicios; que digo la ciencia, el sentido común (aunque a falta de sentido común, mejor vamos a apoyarnos en la ciencia)

Como bien lo dices en tu artículo, por qué no a los 14 años o a las 14 semanas. ¿Qué pasaría si mañana por la mañana salgo a las calles con un cartel que diga "quiero tener derecho a matar a mis hijos menores de 12 meses"?. Según dicen algunos científicos, apoyados en la antropología, los seres humanos nacemos con un desarrollo cerebral incompleto, pues de nacer con el cerebro desarrollado, las madres --y posiblemente los bebés-- morirían en el parto (por el tamaño y dureza del cráneo). Entonces, al no nacer con un desarrollo cerebral óptimo ¿somos seres humanos al nacer o no? ¿son los bebés candidatos al infanticidio al nacer o no?

Pero hay algo más que debe estar a favor de estos seres humanos que aún no han visto la luz, esto es la controversia y la duda. Robarle la vida a alguien, es el acto más antiliberal que pueda existir (la exclavitud se queda corta), pues nadie puede regresar la vida, las disculpas no valen; entonces, ante la controversia, incertidumbre y la duda ¿es un acto liberal destruir un conjunto de celulas con el potencial para convertirse en una persona benéfica para la sociedad?, ¡claro que no!

La vida la debemos proteger desde el inicio, pues quién nos garantiza que en un futuro no seamos utiles para una sociedad dogmatizada (los dogmas pueden venir de religión, de filosofías o del Estado mismo) y seamos candidatos al sacrificio tan solo por pensar diferente y no ser "seres moralmente aceptables"

Peor aún, con la aprobación del aborto, se firma un cheque en blanco para aceptar, tal vez, el sacrificio de bebés con malformaciones o deficiencia cerebral. Exagero, no, en Alemania el partido NAZI hacía propaganda de sacrificio de niños "inútiles" para la sociedad.

Al robarle la libertad a un pequeñísimo ser humano, comprometemos nuestra propia libertad.

Pensemoslo bien.

¡Saludos!

marzo 21, 2007  
Blogger Ramón Mier dijo...

Felicidades por tu artículo y gracias por incluir en este espacio el artículo de Bernardo Graue lo disfruté mucho pues me hizo recordar al siempre lúcido Carlos Castillo y lo que dijo sobre el tema.

Yo estoy en contra del aborto y a favor de la despenalización. Creo que es condenable la práctica del aborto, pero no creo que el estadado deba imponer penas carcelarias a quienes practiquen una.

La educación sexual, el acceso a métodos anticonceptivos y la creación de sistemas efectivos que ofrezcan la oportunidad de dar en adopción a los hijos no deseados son las verdaderas herramientas para luchar contra el aborto.

marzo 22, 2007  
Blogger La Voz Liberaltaria de Tijuana dijo...

La mayor parte de las culturas indígenas de Mesoamerica creen que la vida humana no empieza hasta el primer aliento de la vida fuera de la matriz. Por eso ellos siempre han ejercitado el aborto durante el primer trimestre. Utilizan plantas de purgas y navajas especiales.

La religión de la Conquista y muchas otras religiones extranjeras creen que la vida humana empieza actualmente de la concepción.

No hay evidencia científica de cualquier creencia.

El hecho es que los fetos no pueden sobrevivir fuera de la matriz sin apoyo artificial antes del séptimo mes del desarrollo. La actividad fetal del cerebro no desarrolla completamente hasta el séptimo mes del desarrollo.

Las creencias teocráticas acerca del aborto deben ser quitadas de la ley secular. El aborto debe ser despenalizado hasta el segundo trimestre por lo menos.

marzo 22, 2007  

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