Hillary, ¡prepárense!
Hay muchas razones para detestarla, pero es una profesional de la política y por eso va directo, hasta ahora, a la presidencia de los Estados Unidos. Su principal patrocinador lo es muy a su pesar y se llama George W. Bush. ¿Será bueno para el mundo, será bueno para México que por primera vez una mujer encabece el poder ejecutivo en los Estados Unidos?
Para bien o para mal en la política electoral las percepciones son realidad. Y si hay una percepción firme en la voluble opinión pública en los Estados Unidos es que George W. Bush ha sido la encarnación de la incompetencia. Esto conduce a que uno de los principales valores que buscarán los electores estadounidenses en las elecciones de noviembre de 2008 será que en la Casa Blanca despache alguien que sea, ante todo, un político competente.
Sea cierto o no, la percepción popular es que los más competentes de los políticos en liza por la candidatura a la presidencia se llaman Hillary Rodham Clinton, demócrata, y Rudolph Guliani, republicano.
Guliani tiene en contra ser republicano – gracias a George W. Bush hoy ser republicano es equivalente a ser incompetente, conservador recalcitrante, fundamentalista religioso, chauvinista y enemigo velado del libre comerio y de la libre migración- ser un italiano aficionado a las trucos, ser voluble, ser un divorciado reincidente y haberse colgado al pecho muchas más medallas ajenas de las que el buen sentido aconsejaría.
Por supuesto, Hillary también acumula muchos puntos negativos a los ojos del elector medio: ser mujer, haber despachado con más cálculo que dignidad el escabroso asunto de los devaneos de su marido con Monica Lewinsky, ser demasiado ambiciosa, haber fracasado estrepitosamente en sus desorbitados y dispendiosos planes para reformar la seguridad social. De hecho tiene un 45% de opiniones negativas entre los hombres, contra un 36% de opiniones positivas, y un 45% de opinones positivas contra un 31% de opiniones negativas entre las mujeres.
Pero Hillary se está esforzando, con mayor fortuna que sus competidores, en limar asperezas con el electorado conservador – el sur y el medio oeste- de los Estados Unidos.
Detesto admitirlo, pero Hillary está llevando bien su carrera hacia la Casa Blanca y tiene altas probabilidades de conseguir su propósito. Y eso, pese a todo, no parece ser tan malo. Mañana trataré de explicar por qué.
Para bien o para mal en la política electoral las percepciones son realidad. Y si hay una percepción firme en la voluble opinión pública en los Estados Unidos es que George W. Bush ha sido la encarnación de la incompetencia. Esto conduce a que uno de los principales valores que buscarán los electores estadounidenses en las elecciones de noviembre de 2008 será que en la Casa Blanca despache alguien que sea, ante todo, un político competente.
Sea cierto o no, la percepción popular es que los más competentes de los políticos en liza por la candidatura a la presidencia se llaman Hillary Rodham Clinton, demócrata, y Rudolph Guliani, republicano.
Guliani tiene en contra ser republicano – gracias a George W. Bush hoy ser republicano es equivalente a ser incompetente, conservador recalcitrante, fundamentalista religioso, chauvinista y enemigo velado del libre comerio y de la libre migración- ser un italiano aficionado a las trucos, ser voluble, ser un divorciado reincidente y haberse colgado al pecho muchas más medallas ajenas de las que el buen sentido aconsejaría.
Por supuesto, Hillary también acumula muchos puntos negativos a los ojos del elector medio: ser mujer, haber despachado con más cálculo que dignidad el escabroso asunto de los devaneos de su marido con Monica Lewinsky, ser demasiado ambiciosa, haber fracasado estrepitosamente en sus desorbitados y dispendiosos planes para reformar la seguridad social. De hecho tiene un 45% de opiniones negativas entre los hombres, contra un 36% de opiniones positivas, y un 45% de opinones positivas contra un 31% de opiniones negativas entre las mujeres.
Pero Hillary se está esforzando, con mayor fortuna que sus competidores, en limar asperezas con el electorado conservador – el sur y el medio oeste- de los Estados Unidos.
Detesto admitirlo, pero Hillary está llevando bien su carrera hacia la Casa Blanca y tiene altas probabilidades de conseguir su propósito. Y eso, pese a todo, no parece ser tan malo. Mañana trataré de explicar por qué.
Etiquetas: corrección política, Elecciones Presidenciales EU, George W. Bush, Hillary Clinton, políticos "transitivos", Rudolph Guliani
4 Comentarios:
¿Y que pasaría si Obama se uniera a Hillary para competir por la vicepresidencia?
¿Sumaría o restaría votos?
Ramón, gracias por el comentario. Ése sería un escenario probable una vez que terminen las primarias y si en la Convención de los demócratas Hillary se alza con el triunfo haciendo mancuerna con Obama, es lo que indicaría la lógica...pero tal vez la negociación no sea tan fácil. ¿Oabama querrá esperar en una posición subordinada y decorativa de VP?, ¿Hillary será compatible con Obama? Me parece que para la perspectiva de Hillary, quien está dispuesta a todo para ganar, ella buscaría sumar los votos de Obama, haciendo todos los malabarismos necesarios. Esa fórmula sería un trabuco que los republicanos, que atraviesan por uno de sus peores momentos en la historia (aunque no tanto como después de Ricky Tricky Nixon).
Saludos
Perdón, se quedo trunco el final de mi comentario: "Esa fórmula - decía- sería un trabuco que los republicanos...difícilmente podrán vencer".
(Es que se atravesó mi tramposo favorito, Richard Nixon, que cualquier día de estos será superado por Robertico Madrazo como el político más tramposo de todos los tiempos)
Yo predigo que Hillary ganará la presidencia y que Barak Obama o John Edwards será el vicepresidente.
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