domingo, 18 de noviembre de 2007

Las muestras del desastre educativo

Si uno desea ver los frutos del desastre educativo en México, los más espeluznantes los puede encontrar en las páginas editoriales de los periódicos, en las cámaras legislativas, en oficinas gubernamentales, y sí, también en los salones de clase, pero de frente a los alumnos, y en las oficinas encumbradas de algunas universidades públicas que confunden lo grandote con lo valioso.


Con el famoso “grito de Guadalajara”, en 1934, proclamando que el Estado debería apoderarse de las conciencias de niños y jóvenes para consolidar la revolución, Plutarco Elías Calles marcó la pauta de lo que ha sido el “sistema educativo mexicano”: Un gigantesco aparato en el que, por un lado, entran toneladas de dinero público y, por el otro, salen generaciones troqueladas para medrar con las armas de un abigarrado conjunto de mitos, pretextos y lugares comunes; refractarios al conocimiento y a la crítica, incapaces de descifrar la realidad y aun menos capaces de cifrarla con acierto.

El sistema se reproduce y amplifica año con año exhibiendo sus miserias. Los herederos del desastre se convierten en sus promotores activos pidiendo más y más recursos para que la espiral descendente no cese.

Una escritora otoñal justifica, con pasmoso candor, el burdo plagio que hizo de un artículo ajeno contándonos que padece divertículos intestinales. Hizo lo que se espera de un aventajado alumno: que justifique haber copiado en un examen porque los tamales que cenó le sentaron mal.

Otro caso: Un periodista, que presume cuatro décadas en el oficio, argumenta que fue mala idea autorizar más bancos porque eso ¡inhibirá la competencia! Insatisfecho con este desafío a la lógica sugiere a continuación que, como los potenciales clientes de un nuevo banco serán de clase media baja, no se percatarán de que las tasas de interés que les cobren serán muy altas. Su achacoso “progresismo” le hace calificar como tontos irredentos a los pobres.

Uno más: Un economista sesentón, asesor de un candidato presidencial que no supo ni competir ni perder, escribió: dado que la energía se percibe como escasa habrá que bajar sus precios. ¿Para qué?, ¿para que se acabe más rápido?

Y estos son los “líderes de opinión” - ¡maestros!- de quienes se nutren aquéllas y aquéllos que están en las cámaras legislativas o en los partidos políticos o filmando insufribles piezas de propaganda sectaria o perorando ante un micrófono. Misión cumplida, Plutarco.

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4 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Yo soy un simple lector, pero por lo que veo que viene ocurriendo en Argentina puedo decir sin duda que el concepto de "Realismo Mágico" de la mano de la izquierda y el populismo latinoamericanos, ha saltado de la literatura fantástica a la vida cotidiana, ya que estamos llegando a un punto en que se puede decir cualquier cosa que sirva a la ideología y caiga medianamente simpática, independientemente de que sea una falacia bestial. Lo relevante es que sea afectivamente positiva, es casi una vision mágica de que si lo deseamos lo suficiente se hará cierta. Esto va a terminar muy mal.

noviembre 18, 2007  
Blogger Ramón Mier dijo...

Como heredero del sistema que tan atinadamente describes, no logro cifrar el nombre de la escritora otoñal... ¿de quien se trata? Ya sabes dónde responderme en privado.

noviembre 19, 2007  
Blogger Sentido Comun dijo...

Te referirás acaso a Denise Dresser?

Quien junto a Jorge Volpi, "escribió=plagio" el libro "MEXICO: LO QUE TODO CIUDADANO QUISIERA (NO) SABER DE SU PATRIA".

Sin darle suficiente crédito a su idea original publicado en USA.

Lamento mucho estar en total acuerdo contigo (no porque no me guste darte la razon, sino por las implicaciones para nosotros como nación).

Saludos

noviembre 19, 2007  
Blogger Ricardo Medina Macías dijo...

Max: En efecto, hasta donde sé, hemos llegado al punto, en Argentina y tal vez en México, en que cualquier cosa puede decirse con tal de que sea medianamente simpática y sirva a los propósitos políticos...Y sí, da miedo decirlo, pero esto va a terminar muy mal.

Ramón: Ya lo pensé mucho y creo que no tiene nada de malo decir los nombres de estos personajes, ya que lo que escribieron fue público y firmado por cada uno de ellos en días pasados en periódicos mexicanos: 1. La escritora otoñal es Guadalupe Loaeza, quien se fusiló un artículo del periódico argentino Página 12 sobre las elecciones y lo publicó con su firma en Reforma; cuando alguien le hizo notar el plagio, simplemente publicó otro artículo para justificar el plagio - que reconoció sin más- diciendo que ese día se sentía muy mal para escribir algo a causa de sus divertículos intenstinales y decidió "usar" un artículo editorial que le había gustado. El segundo personaje es Miguel Ángel Granados Chapa y el tercero Rogelio Ramírez de la O.

Juan Carlos: Gracias por el comentario y la visita. Sí, estoy de acuerdo: Es muy triste tener que reconocer que estamos fastidiados. Y no, como verás por lo que le digo a Ramón, no se trata de la profesora Dresser, quien también tiene lo suyo pero no ha logrado superar a la subcomandante Lupita - la niña bien otoñal- en esto del plagio descarado por diverticulitis...

noviembre 19, 2007  

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