jueves, 8 de noviembre de 2007

China como vendedor y como “tax-eater”

A pesar del descenso del dólar, China seguirá invirtiendo sus reservas en valores del gobierno de Estados Unidos, porque ese es un requisito para que los consumidores estadounidenses puedan seguir comprando mercancías chinas, lo cual, a su vez, es un requisito – en el modelo chino- para elevar el nivel de vida de millones de chinos.

Fréderic Bastiat (1801-1850), uno de los mejores escritores de ensayos cortos de gran poder argumentativo (panfletos), ridiculizó la arraigada creencia mercantilista – que ve como el máximo logro de un país las exportaciones y considera nocivas las importaciones – diciendo que, de acuerdo con tal creencia, la solución para que todos los países fuesen prósperos sería que todos enviasen sus respectivos barcos cargados de mercancías a la mitad del océano…y ahí los dejasen.

China sigue un modelo de acelerado crecimiento sustentado en las exportaciones, pero ése es el sustento del modelo, no la finalidad del mismo. La finalidad es elevar el nivel de vida de los chinos. De ahí que lo importante no sea tanto cuánto venden los chinos, sino cuánto pueden comprar gracias a lo que venden.

De forma muy esquemática, el modelo funciona así: 1. Incrementos en la productividad orientados a satisfacer las necesidades de los consumidores del exterior, 2. Consecuente crecimiento de las exportaciones, 3. Consecuente crecimiento de las importaciones, primero de bienes de capital – para incrementar más la productividad- y después de bienes de consumo, para empezar a generar bienestar interno, 4. Acumulación de excedentes (reservas) a causa de las crecientes exportaciones, 5. Inversión de los excedentes en la moneda y en instrumentos de deuda de su cliente más voraz, Estados Unidos, lo que permite…6. Que su voraz cliente pueda financiar, con las inversiones de las reservas chinas entre otras inversiones extranjeras, su déficit en cuenta corriente y seguir importando…mercancías chinas.

Por eso China seguirá invirtiendo sus cuantiosas reservas en deuda del gobierno de Estados Unidos y, si seguimos la llamada equivalencia ricardiana (por David Ricardo) de que la deuda pública de hoy serán los impuestos de mañana, los chinos no sólo quieren ser los principales proveedores de los ávidos consumidores estadounidenses, sino uno de sus principales acreedores ya que, más temprano que tarde, esos consumidores, como contribuyentes, pagarán impuestos que servirán para dar servicio a la deuda y disminuir el déficit fiscal de Estados Unidos.

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