Alegatos de borrachos y gasto corriente
La mayor parte de los políticos mexicanos, y sus voceros oficiosos, opinan sobre el gasto público corriente con la misma vehemencia, fijeza e incongruencia con las que los borrachos defienden las más disparatadas ideas fijas:
- Aquél tipo me está viendo con malos ojos.
- Compadre, ese señor ni siquiera lo ha visto.
- No trate de confundirme compadre, ese tipo me esta viendo feo y yo le voy a partir toda su…
Y así hasta el hartazgo: El borracho insistiendo en su idea fija, generalmente un agravio imaginado, y el interlocutor, sobrio, tratando de regresar al ebrio a la racionalidad. Tarea condenada al fracaso.
Durante los últimos diez años he leído y escuchado incontables veces el reclamo airado de políticos opositores acerca de lo mucho que ha crecido el gasto corriente. Y tienen razón.
Pero su análisis de los hechos no pasa de ahí, igual que el análisis de los hechos del borracho no pasa de que tal o cual persona lo vio “feo”.
Por una vez tratemos de analizar el asunto del gasto corriente con objetividad, no como ebrios mentalmente bloqueados. Veamos:
De 2000 a 2008 el gasto corriente del gobierno creció 42.3 por ciento. Una barbaridad, sin duda. Pero el gasto corriente es todo aquél que no tiene como contrapartida la creación de un activo, lo que significa que bajo esa denominación entran muchas más erogaciones que los míticos “altos” sueldos de funcionarios. Por ejemplo, está todo el gasto destinado a pensiones, todo el gasto “social” destinado a subsidiar directa o indirectamente el consumo, todo el gasto destinado a pagarle a policías, soldados, jueces, médicos, maestros, enfermeras.
¿Cuánto ha crecido el gasto destinado a sueldos y salarios de funcionarios del gobierno central de 2000 a 2008? NO ha crecido, ha disminuido 3 por ciento en términos reales. Pero, en cambio, el gasto destinado a pagar pensiones y jubilaciones ha crecido 53.3 por ciento; el gasto destinado a subsidios ha crecido 57.8 por ciento y el gasto destinado a programas sociales y a compensar, en PEMEX y en CFE, el aumento de precios de combustibles y otros insumos ha crecido casi 100 por ciento en el mismo periodo.
¿Será por eso, porque son rubros “políticamente intocables” aquellos en los que de veras ha crecido el gasto corriente, por lo que el análisis de los hechos que hacen los críticos se queda tan corto como el análisis de los hechos que hacen los borrachos?
- Aquél tipo me está viendo con malos ojos.
- Compadre, ese señor ni siquiera lo ha visto.
- No trate de confundirme compadre, ese tipo me esta viendo feo y yo le voy a partir toda su…
Y así hasta el hartazgo: El borracho insistiendo en su idea fija, generalmente un agravio imaginado, y el interlocutor, sobrio, tratando de regresar al ebrio a la racionalidad. Tarea condenada al fracaso.
Durante los últimos diez años he leído y escuchado incontables veces el reclamo airado de políticos opositores acerca de lo mucho que ha crecido el gasto corriente. Y tienen razón.
Pero su análisis de los hechos no pasa de ahí, igual que el análisis de los hechos del borracho no pasa de que tal o cual persona lo vio “feo”.
Por una vez tratemos de analizar el asunto del gasto corriente con objetividad, no como ebrios mentalmente bloqueados. Veamos:
De 2000 a 2008 el gasto corriente del gobierno creció 42.3 por ciento. Una barbaridad, sin duda. Pero el gasto corriente es todo aquél que no tiene como contrapartida la creación de un activo, lo que significa que bajo esa denominación entran muchas más erogaciones que los míticos “altos” sueldos de funcionarios. Por ejemplo, está todo el gasto destinado a pensiones, todo el gasto “social” destinado a subsidiar directa o indirectamente el consumo, todo el gasto destinado a pagarle a policías, soldados, jueces, médicos, maestros, enfermeras.
¿Cuánto ha crecido el gasto destinado a sueldos y salarios de funcionarios del gobierno central de 2000 a 2008? NO ha crecido, ha disminuido 3 por ciento en términos reales. Pero, en cambio, el gasto destinado a pagar pensiones y jubilaciones ha crecido 53.3 por ciento; el gasto destinado a subsidios ha crecido 57.8 por ciento y el gasto destinado a programas sociales y a compensar, en PEMEX y en CFE, el aumento de precios de combustibles y otros insumos ha crecido casi 100 por ciento en el mismo periodo.
¿Será por eso, porque son rubros “políticamente intocables” aquellos en los que de veras ha crecido el gasto corriente, por lo que el análisis de los hechos que hacen los críticos se queda tan corto como el análisis de los hechos que hacen los borrachos?
Etiquetas: gasto corriente, gasto público, México hoy, políticos "transitivos"
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