Basura política por la internet (I)
Gran indignación ha causado entre los usuarios de la red – especialmente en los “weblogs”- el mensaje basura (“spam”) que, firmado por Federico Arreola, llegó a miles de cuentas de correo pidiendo dinero para el “pobre” precandidato Andrés M. López. El mensaje no solicitado ni deseado no sólo ofende a los internautas, sino que está plagado de embustes.
Se le llama “spam” a los mensajes enviados masivamente a cuentas de correo electrónico que no son solicitados, ni deseados por quienes los reciben. Como bien señala “Wilkipedia”, la enciclopedia más popular de la red, el “spam” “perjudica al receptor (pérdidas económicas y de tiempo) y en general a internet, por consumirse gran parte del ancho de banda en mensajes basura”. Adicionalmente, muchos de los virus que se propagan a través de la red lo hacen mediante el envío de “spam", desde mensajes que ofrecen técnicas milagrosas para lograr el “alargamiento del pene” hasta quienes venden viagra o sucedáneos, pasando por los famosos fraudes nigerianos y otras recaudaciones tipo pirámide que prometen ganancias fabulosas a los incautos.
Siendo la política electoral un terreno propicio a los embustes y al aventurerismo no podian faltar los casos de “spam” particularmente tramposos disfrazados como mercadotecnia política.
Por cierto, el origen del término “spam” – señala la misma enciclopedia – tiene orígenes curiosos: En 1937 la empresa de charcutería Hormel Foods lanzó al mercado una carne en lata llamada “Hormel Spiced Ham”; a la vista del éxito que obtuvo el producto los fabricantes acuñaron el nombre genérico “spam” para la carne enlatada. Durante la II Guerra Mundial tanto los soldados estadounidenses como los soviéticos se alimentaron, en los campos de batalla, con el popular “spam". Años más tarde, el grupo de agudos cómicos de la televisión británica conocido como Monty Phyton hizo de la carne en lata uno de los blancos favoritos de sus burlas; un célebre “sketch” de 1969 terminaba con un coro de vikingos cantando "Spam, spam, spam, spam. ¡Rico spam! ¡Maravilloso spam! Spam, spa-a-a-a-a-am, spa-a-a-a-a-a-am, spam. ¡Rico spam! ¡Rico spam! ¡Rico spam! ¡Rico spam! ¡Rico spam! Spam, spam, spam, spam" . (Fin del breviario cultural, cortesía de Wilkipedia).
En días pasados, el no muy prestigiado periodista Federico Arreola – que ha devenido en colaborador y propagandista importuno de Andrés M. López- envió miles de mensajes no deseados a correos electrónicos solicitando a los desprevenidos lectores llamar a un número telefónico dedicado a recolectar donaciones de $30 pesos para López – a un costo real, para el incauto que hace la llamada, de $60 pesos más IVA- argumentando que ese precandidato único del PRD carece de recursos para hacer una campaña electoral que lo lleve a la Presidencia.
La indignación que provocó este “spam” en la comunidad de internautas es impresionante. En el artículo de mañana transcribiré algunas muestras de este enojo, más que justificado. Más adelante, analizaré la colección de embustes y engaños que contiene el mensaje y, por último, comentaré por qué Arreola no es – para decirlo en términos suaves – un comunicador prestigiado o confiable.
Se le llama “spam” a los mensajes enviados masivamente a cuentas de correo electrónico que no son solicitados, ni deseados por quienes los reciben. Como bien señala “Wilkipedia”, la enciclopedia más popular de la red, el “spam” “perjudica al receptor (pérdidas económicas y de tiempo) y en general a internet, por consumirse gran parte del ancho de banda en mensajes basura”. Adicionalmente, muchos de los virus que se propagan a través de la red lo hacen mediante el envío de “spam", desde mensajes que ofrecen técnicas milagrosas para lograr el “alargamiento del pene” hasta quienes venden viagra o sucedáneos, pasando por los famosos fraudes nigerianos y otras recaudaciones tipo pirámide que prometen ganancias fabulosas a los incautos.
Siendo la política electoral un terreno propicio a los embustes y al aventurerismo no podian faltar los casos de “spam” particularmente tramposos disfrazados como mercadotecnia política.
Por cierto, el origen del término “spam” – señala la misma enciclopedia – tiene orígenes curiosos: En 1937 la empresa de charcutería Hormel Foods lanzó al mercado una carne en lata llamada “Hormel Spiced Ham”; a la vista del éxito que obtuvo el producto los fabricantes acuñaron el nombre genérico “spam” para la carne enlatada. Durante la II Guerra Mundial tanto los soldados estadounidenses como los soviéticos se alimentaron, en los campos de batalla, con el popular “spam". Años más tarde, el grupo de agudos cómicos de la televisión británica conocido como Monty Phyton hizo de la carne en lata uno de los blancos favoritos de sus burlas; un célebre “sketch” de 1969 terminaba con un coro de vikingos cantando "Spam, spam, spam, spam. ¡Rico spam! ¡Maravilloso spam! Spam, spa-a-a-a-a-am, spa-a-a-a-a-a-am, spam. ¡Rico spam! ¡Rico spam! ¡Rico spam! ¡Rico spam! ¡Rico spam! Spam, spam, spam, spam" . (Fin del breviario cultural, cortesía de Wilkipedia).
En días pasados, el no muy prestigiado periodista Federico Arreola – que ha devenido en colaborador y propagandista importuno de Andrés M. López- envió miles de mensajes no deseados a correos electrónicos solicitando a los desprevenidos lectores llamar a un número telefónico dedicado a recolectar donaciones de $30 pesos para López – a un costo real, para el incauto que hace la llamada, de $60 pesos más IVA- argumentando que ese precandidato único del PRD carece de recursos para hacer una campaña electoral que lo lleve a la Presidencia.
La indignación que provocó este “spam” en la comunidad de internautas es impresionante. En el artículo de mañana transcribiré algunas muestras de este enojo, más que justificado. Más adelante, analizaré la colección de embustes y engaños que contiene el mensaje y, por último, comentaré por qué Arreola no es – para decirlo en términos suaves – un comunicador prestigiado o confiable.
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