¿Quién dicen que ganó en Bolivia? (I)
Evo Morales asumirá la Presidencia de Bolivia acosado por todas partes, especialmente será acosado brutalmente por todos sus “amigos”, aliados coyunturales que – cada cual – exigirá perentoriamente la realización de un paraíso diferente. La víctima, otra vez, será el pueblo boliviano, especialmente los más pobres.
Evo Morales tiene problemas con los teléfonos.
El presidente de Chile (saliente) el socialista Ricardo Lagos le habló por teléfono para felicitarlo por su triunfo del 18 de diciembre; un colaborador de Morales tomó el aparato y le dijo al mandatario chileno que el recién electo Presidente de Bolivia no podía atenderlo. Unas horas después Evo se quejaba ante la prensa de que sólo el gobierno chileno NO lo había felicitado por su victoria. De inmediato fue desmentido, cortés pero firmemente, por la cancillería chilena: No sólo dejó “colgado” en la línea a Lagos, también recibió por escrito una calurosa congratulación, que ignoró, de sus vecinos chilenos. Primer problema.
Más tarde, Evo Morales cortó abruptamente una entrevista telefónica con un periodista de la BBC, cuando éste le pidió explicar “con claridad” su postura acerca de las autonomías que buscan algunos de los nueve departamentos (provincias) de Bolivia – especialmente la relativamente próspera provincia de Santa Cruz donde sólo un tercio de los electores votaron por Evo y donde se alzó con el triunfo Rubén A. Costas ferviente partidario de la autonomìa y adversario de Morales. La breve entrevista telefónica no sólo fue cortada de improviso (Morales le dijo al periodista que no tenía por qué repetirle las cosas) sino que fue poco favorecedora para Evo, quien, entre otras cosas, se equivocó al decir que la Coca-Cola sigue utilizando la coca que obtiene de Bolivia como ingrediente en sus bebidas (algo que dejó de hacer la multinacional desde 1929, según le recordó el periodista). Segundo problema.
Al día siguiente, un grupo de irreverentes periodistas de la cadena radial española COPE – del Episcopado español- engañaron a Evo por teléfono imitando la voz del jefe de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, quien en la broma se congratulaba de que el triunfo de Evo consolidaba el eje La Habana-Caracas-La Paz en contra del neoliberalismo y del imperio yanqui. Después, el auténtico Rodríguez Zapatero (la verdadera víctima de la broma cruel de los periodistas de la COPE) hubo de llamar a Evo Morales para ofrecer disculpas por esa “broma inaceptable”. Tercer problema.
Son sólo tres anécdotas más o menos triviales que reflejan, sin embargo, la impreparación de Morales ante el inmenso desafío que supondrá tratar de gobernar Bolivia – con sólo dos de los nueve Prefectos departamentales recién electos pertenecientes al partido que lo llevó al triunfo-, en medio de expectativas desbordadas y contradictorias dentro y fuera del país.
La primera pregunta es: En realidad, ¿quién ganó las elecciones?, ¿el Movimiento Al Socialismo (MAS) llevó a Morales al triunfo o Morales llevó a ese partido de izquierda con acentos indigenistas al poder?.
Evo Morales tiene problemas con los teléfonos.
El presidente de Chile (saliente) el socialista Ricardo Lagos le habló por teléfono para felicitarlo por su triunfo del 18 de diciembre; un colaborador de Morales tomó el aparato y le dijo al mandatario chileno que el recién electo Presidente de Bolivia no podía atenderlo. Unas horas después Evo se quejaba ante la prensa de que sólo el gobierno chileno NO lo había felicitado por su victoria. De inmediato fue desmentido, cortés pero firmemente, por la cancillería chilena: No sólo dejó “colgado” en la línea a Lagos, también recibió por escrito una calurosa congratulación, que ignoró, de sus vecinos chilenos. Primer problema.
Más tarde, Evo Morales cortó abruptamente una entrevista telefónica con un periodista de la BBC, cuando éste le pidió explicar “con claridad” su postura acerca de las autonomías que buscan algunos de los nueve departamentos (provincias) de Bolivia – especialmente la relativamente próspera provincia de Santa Cruz donde sólo un tercio de los electores votaron por Evo y donde se alzó con el triunfo Rubén A. Costas ferviente partidario de la autonomìa y adversario de Morales. La breve entrevista telefónica no sólo fue cortada de improviso (Morales le dijo al periodista que no tenía por qué repetirle las cosas) sino que fue poco favorecedora para Evo, quien, entre otras cosas, se equivocó al decir que la Coca-Cola sigue utilizando la coca que obtiene de Bolivia como ingrediente en sus bebidas (algo que dejó de hacer la multinacional desde 1929, según le recordó el periodista). Segundo problema.
Al día siguiente, un grupo de irreverentes periodistas de la cadena radial española COPE – del Episcopado español- engañaron a Evo por teléfono imitando la voz del jefe de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, quien en la broma se congratulaba de que el triunfo de Evo consolidaba el eje La Habana-Caracas-La Paz en contra del neoliberalismo y del imperio yanqui. Después, el auténtico Rodríguez Zapatero (la verdadera víctima de la broma cruel de los periodistas de la COPE) hubo de llamar a Evo Morales para ofrecer disculpas por esa “broma inaceptable”. Tercer problema.
Son sólo tres anécdotas más o menos triviales que reflejan, sin embargo, la impreparación de Morales ante el inmenso desafío que supondrá tratar de gobernar Bolivia – con sólo dos de los nueve Prefectos departamentales recién electos pertenecientes al partido que lo llevó al triunfo-, en medio de expectativas desbordadas y contradictorias dentro y fuera del país.
La primera pregunta es: En realidad, ¿quién ganó las elecciones?, ¿el Movimiento Al Socialismo (MAS) llevó a Morales al triunfo o Morales llevó a ese partido de izquierda con acentos indigenistas al poder?.
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