viernes, 4 de agosto de 2006

Resistencia contra la obcecación incivil

¿Hasta dónde puede llegar la obcecación de los inciviles? Hasta donde
los civilizados quieran.


Primero, las palabras. No le llamemos "resistencia" a lo que es
obcecación irracional y no le llamemos "civil" a lo que es despliegue
de incivilidad y vil chantaje en el que, precisamente, se ha tomado a
los civilizados como rehenes.
Segundo, la no cooperación. Si la autoridad local se ha quitado la
máscara y se ha puesto al servicio de los inciviles obcecados – y por
lo tanto en contra de los ciudadanos-, lo que corresponde es la
no-cooperación con esa autoridad. Lo mismo corresponde, no-cooperación
o legítimo boicot, hacia las empresas y negocios que – a cambio de
algún beneficio pecuniario-, participan pasiva o activamente en la
promoción de los obcecados inciviles, ya sea prestándoles servicios o
difundiendo sus chantajes.


¿Quién mata a civiles en Líbano?


Hablando del uso perverso de la palabra "resistencia" no puedo pasar
por alto la terrible desinformación de algunos respecto de los
conflictos armados que hoy afligen a Medio Oriente. Decir que Hezbolá
es "un movimiento de resistencia para poner fin a la ocupación de
Israel en Líbano" es decir una tremenda mentira. Es difícil incluir
tantas falsedades en tan pocas palabras. Primero, Hezbolá es una
milicia multinacional, fundada, financiada y promovida por la
teocracia chiíta de los ayatolás iraníes, su objetivo manifesto – lo
mismo en Líbano que en Bosnia, donde también participó criminalmente-,
es la instauración planetaria del islam (que quiere decir sumisión),
la exterminación de "cerdos infieles", empezando por los judíos y el
Estado de Israel, pero siguiendo por los cristianos, ateos, y todos
aquellos que no acepten el dictado del Corán como ley suprema en todas
las esferas de la vida. (Corán además cuya única interpretación
corresponde a los ayatolás chiítas).
Segundo, Israel abandonó Líbano desde hace más de cinco años.
Tercero, la estrategia criminal y cobarde de Hezbolá consiste, lo
mismo ahora en Líbano que antes en Bosnia, en usar a la población
civil como escudo en los enfrentamientos armados, lo cual no sólo
inhibe a los atacantes (y protege a los milicianos de Hezbolá) sino
que permite exhibir, en astutas campañas mediáticas, a los muertos
civiles como muestra de la presunta barbarie de sus adversarios, hoy
de la presunta barbarie de Israel como antes fue la presunta barbarie
de los serbios.
No es causal que los milicianos de Hezbolá ubiquen sus lanzaderes de
misiles y su infraestructura de guerra detrás, dentro o al lado de
orfanatos, hospitales y zonas residenciales densamente pobladas.
No es casual que los civiles en esas zonas sean amenazados de muerte
por los terroristas para que no abandonen esos énclaves. Tampoco es
causal que los "valientes" luchadores de Hezbolá eviten confrontar en
Líbano directamente a los soldados isarelíes y prefieran la estrategia
de lanzar misiles contra ciudadaes de Israel, como Haifa o Nazaret.
Hezbolá no defiende a Líbano ni a los libaneses. Hezbolá usa a Líbano
y a los libaneses como escudos para su actividad criminal.

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