Las cuatro lecciones del maíz
El alza en los precios internacionales del maíz, y sus repercusiones en México – que los medios de comunicación han magnificado hasta la histeria- encierran cuatro valiosas lecciones de economía que, mucho me temo, vamos a desperdiciar.
Lección uno: La ley de la oferta y la demanda funciona, aun para aquellos que voluntariosamente se afanan en negarla, atenuarla, distorsionarla, aislarse de sus efectos, posponerla. Cuando los inventarios totales de maíz en Estados Unidos han bajado nueve por ciento de diciembre de 2005 a diciembre de 2006 y cuando la oferta mundial de maíz cayó 0.9 por ciento en 2006 respecto de 2005, en tanto que la demanda mundial de maíz aumentó 3.5 por ciento en el mismo periodo (ver reporte de la Universidad Estatal de Dakota del Sur), ¿qué sucede? Sencillo, que los precios suben.
Lección dos: Los mercados – la gente, alguien, algunos- reaccionan inteligentemente ante los precios altos (en este caso del petróleo y de sus derivados) y buscan alternativas para ajustarse a la nueva situación, por ejemplo: generar combustibles mediante insumos diferentes al petróleo, como el maíz. En 1986 se destinaron poco menos de 300 millones de bushels de maíz a la producción de etanol en Estados Unidos, para 2006 se estima que se usaron para producir etanol (bio-combustible) más de 2000 millones de bushels. En los seis años que han transcurrido de este siglo (2001 a 2006 inclusive) el consumo de maíz en Estados Unidos para producir etanol se ha más que cuadruplicado. Asi pues, los precios del maíz seguirán creciendo a menos que rápidamente la oferta se ajuste al aumento de la demanda (poco probable) o que los precios del petróleo se desplomen, desalentando relativamente la demanda de maíz para producir etanol (evento incierto). Lo inteligente es entender y atender lo que sucede en los mercados; lo estúpido es ignorar los mercados, para entretenerse en fantasías demagógicas.
Lección tres: La liberalización o apertura comercial es el mejor aliado de los consumidores en busca de precios bajos. La globalización es benéfica para quienes menos tienen. Los políticos mexicanos, salvo excepciones, han estigmatizado durante diez años la apertura comercial plena al comercio de maíz – entre otros bienes- que habrá de darse en 2008, gracias al TLCAN. Hoy esa apertura es su mejor aliado para bajar los precios. Ojalá hubiésemos tenido dicha apertura desde 1994.
Lección cuatro: Los precios bajan por productividad, no por decreto. La productividad promedio por hectárea de maíz en México es ridiculamente baja respecto de la productividad en esa materia en Estados Unidos y en el mundo. Aún en un hipotético escenario sin subsidios agrícolas en Estados Unidos, los productores mexicanos – también generosamente subsidiados- seguirían en desventaja. Lo que, por cierto, comprueba palmariamente la existencia y los efectos de las ventajas competitivas y de las ventajas comparativas.
Pregunta: ¿Estamos aprendiendo estas lecciones básicas o estamos lidiando el problema “políticamente”, a periodicazos?
Lección uno: La ley de la oferta y la demanda funciona, aun para aquellos que voluntariosamente se afanan en negarla, atenuarla, distorsionarla, aislarse de sus efectos, posponerla. Cuando los inventarios totales de maíz en Estados Unidos han bajado nueve por ciento de diciembre de 2005 a diciembre de 2006 y cuando la oferta mundial de maíz cayó 0.9 por ciento en 2006 respecto de 2005, en tanto que la demanda mundial de maíz aumentó 3.5 por ciento en el mismo periodo (ver reporte de la Universidad Estatal de Dakota del Sur), ¿qué sucede? Sencillo, que los precios suben.
Lección dos: Los mercados – la gente, alguien, algunos- reaccionan inteligentemente ante los precios altos (en este caso del petróleo y de sus derivados) y buscan alternativas para ajustarse a la nueva situación, por ejemplo: generar combustibles mediante insumos diferentes al petróleo, como el maíz. En 1986 se destinaron poco menos de 300 millones de bushels de maíz a la producción de etanol en Estados Unidos, para 2006 se estima que se usaron para producir etanol (bio-combustible) más de 2000 millones de bushels. En los seis años que han transcurrido de este siglo (2001 a 2006 inclusive) el consumo de maíz en Estados Unidos para producir etanol se ha más que cuadruplicado. Asi pues, los precios del maíz seguirán creciendo a menos que rápidamente la oferta se ajuste al aumento de la demanda (poco probable) o que los precios del petróleo se desplomen, desalentando relativamente la demanda de maíz para producir etanol (evento incierto). Lo inteligente es entender y atender lo que sucede en los mercados; lo estúpido es ignorar los mercados, para entretenerse en fantasías demagógicas.
Lección tres: La liberalización o apertura comercial es el mejor aliado de los consumidores en busca de precios bajos. La globalización es benéfica para quienes menos tienen. Los políticos mexicanos, salvo excepciones, han estigmatizado durante diez años la apertura comercial plena al comercio de maíz – entre otros bienes- que habrá de darse en 2008, gracias al TLCAN. Hoy esa apertura es su mejor aliado para bajar los precios. Ojalá hubiésemos tenido dicha apertura desde 1994.
Lección cuatro: Los precios bajan por productividad, no por decreto. La productividad promedio por hectárea de maíz en México es ridiculamente baja respecto de la productividad en esa materia en Estados Unidos y en el mundo. Aún en un hipotético escenario sin subsidios agrícolas en Estados Unidos, los productores mexicanos – también generosamente subsidiados- seguirían en desventaja. Lo que, por cierto, comprueba palmariamente la existencia y los efectos de las ventajas competitivas y de las ventajas comparativas.
Pregunta: ¿Estamos aprendiendo estas lecciones básicas o estamos lidiando el problema “políticamente”, a periodicazos?
Etiquetas: demagogia, precios, productividad
4 Comentarios:
Primero decir que estoy convencido de que los subsidios son contra producentes.
Dicho esto, diré que de los subsidios al campo mexicano se pueden decir muchas cosas: que están mal enfocados, que no incrementan la producción, que existen abusos y anormalidades en su uso... podría extenderme mucho, pero no podría decir que son "generosos".
Sobre el periodicazo decir que es B.S.
La opocisión de los productores tiene que ver con su interés de que los precios se mantengan altos para el momento en que ellos cosechen.
La superficie de maíz que se sembrará en México en el próximo ciclo será notoriamente mayor, con o sin intervención del gobierno cortesía de la mano invisible.
Hay por lo menos una lección adicional que se podría inferir de las lecciones uno, dos y tres, sin eliminar, necesariamente la cuarta. La lección es que "la liebre brinca por donde menos se le espera" y actuar de acuerdo y congruentemente, hace la diferencia entre una entidad exitosa y un fracaso total, ya sea que se trate de una miscelanea o un país.
Abundo en el concepto. La explicada reacción a los elevados precios del petróleo ha llevado a una sobredemanda en estados unidos de maíz para producir la alternativa a corto plazo más viable: etanól. Lo que no se desprende de la sesuda disgresión es ¿por qué maíz y no otros productos agrícolas?, El etanól que también es la base de todas las bebidas alcohólicas se puede obtener -como todos lo sabemos-, de vegetales como maíz, cebada, caña de azucar, uvas, agave, etc. Entonces, pues, ¿por qué maíz?. Recomiendo analizar el cabildeo de los agricultores norteamericanos de la zona agrícola del medio oeste y la presión al congreso para comenzar a producir y utilizar etanol del maíz y "desplazar" así los excedentes de los productores.
Por otro lado, si bien esto beneficia a los agricultores americanos y a los exportadores mexicanos, impacta negativamente a la industria taquera nacional.
El mejor etanól -y más barato-, se obtiene de la caña de azucar; en Estados Unidos no hay regiones con clima para sembrar extensivamente la caña de azucar. La lección aprovechable para México: Si hubiese por ahí un "visionario" inteligente podría concluir que si el valor intrínseco real detrás de la demanda del maíz lo impulsa la producción de etanól, generar la producción de nuestro etanól para exportación, a partir de caña de azúcar al tiempo que se incrementa la producción de maíz para consumo humano, darían un doble beneficio a favor de la economía con consecuencias positivas en mucho más que un simple renglón. Pero las lecciones son para que nadie las entienda y, parece, las aplique.
zócrates,
Lamentablemente la producción de caña en México padece de los mismos problemas estructurales que la producción de Maíz y si se mira con cuidado la situación es aún peor.
La productividad por hectárea es baja por falta de tecnología, la fragmentación de la superficie dificulta la implementación de la tecnología y existe un componente político que dificulta la modernización del sector.
Lamentablemente no hay soluciones fáciles ni a corto plazo para el cmapo mexicano. Deshacer las pifias de 70 años tomará bastantes años.
r. mier:
Existe un área de oportunidad y así lo menciono. Los problemas estructurales, esos ahí están y requerirían un posgrado para comentarlos y vislumbrarles una salida.
Por cierto, las pifias, particularmente con la caña de azúcar, ya cumplen 77 años
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