Liberación del azúcar: Ganadores y perdedores
Una total liberalización del mercado mundial del azúcar dejaría ganancias netas – para los consumidores en países importadores y para los productores eficientes de países exportadores que actualmente no subsidian la producción- cercanas a los 80 mil millones de dólares en el lapso de ocho años. Salvo por Australia, todos los ganadores netos serían países en desarrollo o francamente pobres.
Hay cuando menos una docena de modelos realizados por investigadores de distintos países que han proyectado los efectos que tendría una liberalización, parcial o total, gradual o inmediata, del mercado mundial del azúcar. Los resultados son similares en todas las proyecciones: Habría una ganancia neta global de varios miles de millones de dólares (ganancias menos pérdidas) y los mayores beneficiarios serían consumidores y productores de países en desarrollo o pobres y los productores de Australia, que cuenta con una industria azucarera muy eficiente sin subsidios ni barreras comerciales.
Uno de los más completos estudios es el del Centre for International Economics de Canberra y Sidney, Australia ( “Sugar, the taste test of trade liberalization”, Septiembre de1999, Brent Borrell y David Pearce), basado en el modelo Global Sweetener Markets (GSM) desarrollado por CSR Ltd., Australia, que anticipa los siguientes efectos, para 2008, en caso de que en 2000 se hubiese concretado una liberalización total del mercado mundial del azúcar:
Elevación de 34% en el precio nominal del azúcar en el mercado libre; lo que para la mayoría de los consumidores significa una notable disminución del precio ya que el nuevo precio libre se aplicaría al 100 por ciento del azúcar en el mundo y por tanto entre 85% y 93% del azúcar mundial, hoy protegida, bajaría de precio para los consumidores respecto de sus niveles actuales.
La disminución efectiva en el precio para la mayoría de los consumidores del mundo estimularía una mayor demanda, lo que sería aprovechado por los países y productores más eficientes (Brasil, India, Australia, Cuba, República Dominicana, Thailandia, Medio Oriente, Norte de Africa, Sudáfrica, entre otros) e incentivaría inversiones para modernizar y hacer más productivos los cultivos.
Países cuyos consumidores de azúcar más ganarían con la liberalización: Japón, Unión Europea, Estados Unidos, México, Indonesia, China y Este de Europa.
Como advierte el estudio las cifras específicas que arroja el modelo deben tomarse con cautela, debido a múltiples factores (por ejemplo, ¿qué tan rentable resultaría con un precio libre para el azúcar la producción de etanol a partir de caña?) que es imposible cuantificar con precisión en un modelo.
Pero tan importante o más que las ganancias globales netas de la liberalización sería el efecto ejemplar que una liberalización del mercado mundial del azúcar podría tener para fortalecer el libre comercio en el mundo.
El actual mercado mundial del azúcar es una vergüenza para la Organización Mundial de Comercio y daña gravamente la credibilidad de los países desarrollados.
Este aspecto de la geopolítica del azúcar merece tratarse en el siguiente artículo.
Hay cuando menos una docena de modelos realizados por investigadores de distintos países que han proyectado los efectos que tendría una liberalización, parcial o total, gradual o inmediata, del mercado mundial del azúcar. Los resultados son similares en todas las proyecciones: Habría una ganancia neta global de varios miles de millones de dólares (ganancias menos pérdidas) y los mayores beneficiarios serían consumidores y productores de países en desarrollo o pobres y los productores de Australia, que cuenta con una industria azucarera muy eficiente sin subsidios ni barreras comerciales.
Uno de los más completos estudios es el del Centre for International Economics de Canberra y Sidney, Australia ( “Sugar, the taste test of trade liberalization”, Septiembre de1999, Brent Borrell y David Pearce), basado en el modelo Global Sweetener Markets (GSM) desarrollado por CSR Ltd., Australia, que anticipa los siguientes efectos, para 2008, en caso de que en 2000 se hubiese concretado una liberalización total del mercado mundial del azúcar:
Elevación de 34% en el precio nominal del azúcar en el mercado libre; lo que para la mayoría de los consumidores significa una notable disminución del precio ya que el nuevo precio libre se aplicaría al 100 por ciento del azúcar en el mundo y por tanto entre 85% y 93% del azúcar mundial, hoy protegida, bajaría de precio para los consumidores respecto de sus niveles actuales.
La disminución efectiva en el precio para la mayoría de los consumidores del mundo estimularía una mayor demanda, lo que sería aprovechado por los países y productores más eficientes (Brasil, India, Australia, Cuba, República Dominicana, Thailandia, Medio Oriente, Norte de Africa, Sudáfrica, entre otros) e incentivaría inversiones para modernizar y hacer más productivos los cultivos.
Países cuyos consumidores de azúcar más ganarían con la liberalización: Japón, Unión Europea, Estados Unidos, México, Indonesia, China y Este de Europa.
Como advierte el estudio las cifras específicas que arroja el modelo deben tomarse con cautela, debido a múltiples factores (por ejemplo, ¿qué tan rentable resultaría con un precio libre para el azúcar la producción de etanol a partir de caña?) que es imposible cuantificar con precisión en un modelo.
Pero tan importante o más que las ganancias globales netas de la liberalización sería el efecto ejemplar que una liberalización del mercado mundial del azúcar podría tener para fortalecer el libre comercio en el mundo.
El actual mercado mundial del azúcar es una vergüenza para la Organización Mundial de Comercio y daña gravamente la credibilidad de los países desarrollados.
Este aspecto de la geopolítica del azúcar merece tratarse en el siguiente artículo.
Etiquetas: azúcar, geopolítica. OMC (WTO), liberalización comercial, proteccionismo comercial
2 Comentarios:
Ricardo,
Te felicito por los artículos que has escrito en torno al Azúcar. Me endulzan el día.
Yo esoy convencido de que México podría ser una potencia mundial en la producción de Caña, tanto para azúcar como para etanol.
Una parte importante del suelo del territorio que mi empresa sirve tiene vocación cañera y aunque buena parte de él se utliza en dicho cultivo, pero ineficientemente.
¿Porqué las ineficiencias? Sencillo, porque no hay incentivo para la eficiencia. Mientras sea más rentable cerrar una carretera exigiendo un mayor precio para la caña que, por ejemplo, utilizar más o mejores fertilizantes no habrá oportunidad para una mayor productividad.
La situación actual del azucar definitivamente es un insulto al libre comercio. Hay esperanza?
Saludos desde Colombia,
Carlos
liberalcolombiano.blogspot.com
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