jueves, 1 de noviembre de 2007

La lección del griego

Fuimos educados para ser príncipes del Renacimiento, emperadores aztecas o "señoritos" en cortijo andaluz. Modelos, los tres, a los que repugna el prosaico comercio, la fatigosa competencia en un mercado libre.


Primo Levi fue un judío de Turín, Italia, que fue deportado a Auschwitz en 1944, padeció los horrores indecibles del campo de concentración y milagrosamente sobrevivió. Sus experiencias las narró en una trilogía: "Si esto es un hombre", "La tregua" y "Los hundidos y los salvados".

Una de sus narraciones cortas – "El griego"- relata la relación que entabló con un griego, también sobreviviente de los campos de exterminio de los nazis, a los pocos días de haber sido liberado. Liberación desencantada, porque el ejército soviético los dejó librados a su suerte, sin recursos, en un país desconocido: Polonia.

Después de incontables penalidades Primo Levi y el griego encontraron acogida entre un grupo de italianos en un pobre campamento improvisado. Tras una noche en la que por fin pueden comer algo sustancioso, explayarse y hasta tomar vino, Primo es despertado bruscamente. Apenas despunta el día y el griego le ordena: "Levántate, ponte los zapatos, coge el saco (que contenía todas las escasas pertenencias del griego) y vámonos".

"- ¿Adónde vamos?
"- A trabajar. Al mercado. ¿Te parece bonito que te mantengan los demás?"

Y cuenta Primo: "Era un argumento que yo rechazaba de plano. Además de cómodo, me parecía muy natural que alguien me mantuviese y también bonito. Me había parecido bonita, exultante, la demostración de solidaridad nacional, y más aún de espontánea humanidad de la noche anterior. Además, lleno como estaba de conmiseración por mí mismo, me parecía justo, hermoso, que la gente, por fin, experimentase compasión por mí. Y además no tenía zapatos, estaba enfermo, tenía fiebre, estaba cansado y, en resumen, por los clavos de Cristo, ¿qué demonios tenía que hacer en un mercado?"

Dos preguntas: Si uno NO está recién salido de un campo de exterminio, ¿por qué puede parecerle "bonito y muy natural" que le mantengan y por qué puede repugnarle ganarse el pan en el mercado? y ¿qué modelo es eficaz para sustituir a los de príncipe del renacimiento, emperador azteca o señorito en cortijo andaluz? Ah, pues sí, el modelo de político. Por eso hay tantos…

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