Remedios contra el alza de precios
El alza en los precios mundiales de los alimentos continuará. El mejor remedio para enfrentar esta realidad es aumentar la oferta, lo que significa: Mayor apertura comercial y una política económica que busque, obsesivamente por así decirlo, incrementar la productividad. Los precios mentirosos sólo empeoran las cosas.
Los dos factores principales que están induciendo en el mundo un alza en los precios de los alimentos son: 1. La elevación de los niveles de bienestar en China e India lo que implica una mayor demanda de alimentos y 2. La perversa política de subsidios a la producción de combustibles a partir de maíz que lleva a cabo el gobierno de Estados Unidos.
México nada puede hacer para eliminar esos factores. El segundo es indeseable y económicamente irracional; el primero – el mayor consumo por persona de calorías, grasas y proteínas en China e India- es alentador porque muestra que la pobreza no es una fatalidad -ni para los países ni para las personas-, y que la productividad es la llave para salir de la trampa del subdesarrollo.
Para algunos países con grandes ventajas comparativas en la producción de granos y de carne, como Argentina, esta situación podría ser promisoria (tontamente el gobierno argentino, por razones demagógicas, ha tomado el camino erróneo de los precios mentirosos y de las restricciones comerciales; por ejemplo, al prohibir la exportación de carne), pero ése no es el caso de México. Admitamos que en la producción de granos – maíz y trigo, por ejemplo- NO tenemos las ventajas comparativas y competitivas de Estados Unidos, Argentina o Rusia.
Ante ello, el mejor remedio es aumentar la oferta mediante una liberalización comercial generalizada, al tiempo que se establecen condiciones básicas que incentiven la productividad, ésa, no otra, debe ser la tarea del gobierno en sus distintos órdenes y en todas sus áreas.
Lo peor que se puede hacer – en cambio- es ceder a la tentación de los precios mentirosos, mediante controles de precios, sean compulsivos o “pactados” mediante coerción, y ceder a las presiones de los grupos de buscadores de rentas que han vivido del proteccionismo comercial y que se oponen a una liberalización comercial sin reservas.
Sería terrible que el asunto de los precios también fuese víctima de las competencias entre políticos para ver quién es más populista.
Los dos factores principales que están induciendo en el mundo un alza en los precios de los alimentos son: 1. La elevación de los niveles de bienestar en China e India lo que implica una mayor demanda de alimentos y 2. La perversa política de subsidios a la producción de combustibles a partir de maíz que lleva a cabo el gobierno de Estados Unidos.
México nada puede hacer para eliminar esos factores. El segundo es indeseable y económicamente irracional; el primero – el mayor consumo por persona de calorías, grasas y proteínas en China e India- es alentador porque muestra que la pobreza no es una fatalidad -ni para los países ni para las personas-, y que la productividad es la llave para salir de la trampa del subdesarrollo.
Para algunos países con grandes ventajas comparativas en la producción de granos y de carne, como Argentina, esta situación podría ser promisoria (tontamente el gobierno argentino, por razones demagógicas, ha tomado el camino erróneo de los precios mentirosos y de las restricciones comerciales; por ejemplo, al prohibir la exportación de carne), pero ése no es el caso de México. Admitamos que en la producción de granos – maíz y trigo, por ejemplo- NO tenemos las ventajas comparativas y competitivas de Estados Unidos, Argentina o Rusia.
Ante ello, el mejor remedio es aumentar la oferta mediante una liberalización comercial generalizada, al tiempo que se establecen condiciones básicas que incentiven la productividad, ésa, no otra, debe ser la tarea del gobierno en sus distintos órdenes y en todas sus áreas.
Lo peor que se puede hacer – en cambio- es ceder a la tentación de los precios mentirosos, mediante controles de precios, sean compulsivos o “pactados” mediante coerción, y ceder a las presiones de los grupos de buscadores de rentas que han vivido del proteccionismo comercial y que se oponen a una liberalización comercial sin reservas.
Sería terrible que el asunto de los precios también fuese víctima de las competencias entre políticos para ver quién es más populista.
Etiquetas: apertura económica, control de precios, precios, precios de las gasolinas, precios de los granos, precios mentirosos, productividad
1 Comentarios:
Creo que alguna vez ya había tocado el tema. México como país no tiene ventajas competitivas para la producción de maíz, pero sí tiene ventajas comparativas.
México tiene ventajas comparativas para la producción de maíz blanco e incluso competitivas en diversas regiones.
Hay agricultores de Chiapas capaces de poner en el DF maíz a menor precio que un productor de IOWA.
Este comentario no tiene por objeto decir que "podemos hacerla" sin maíz importado. NO, eso sería suicida, simplemente no podemos producir suficiente maíz para abastecer las necesidades para la alimentación humana y para la producción pecuaria.
Lo que quiero poner en claro es que SI es posible mejorar sustancialmente nuestra productividad y los precios altos son un incentivo para hacerlo. Hoy los productores están dispuestos a comprar insumos para ese propósito que antes no compraban porque no había un premio que justificara la inversión.
Los controles de precios y los subsidios distorsionarían los incentivos y podríamos quedar en el peor de los mundos posibles: sin maíz barato que importar y sin maíz producido en México.
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