sábado, 9 de agosto de 2008

¿Qué entendemos por competitividad?

Sería desastroso para la economía mexicana que, dentro de nuestra proclividad al ablandamiento de instituciones y conceptos, usásemos la palabra "competitividad" como un eufemismo para justificar que el gobierno otorgue subsidios a las empresas privadas.


La mejor ayuda que el gobierno puede dar a las actividades productivas del sector privado – que van desde los pequeñísimos negocios hasta las gigantescas corporaciones- es garantizar la seguridad física y patrimonial de las personas, el cumplimiento irrestricto de los contratos y mantener una política fiscal responsable; al tiempo que permite la ejecución de una política monetaria igualmente responsable por parte de un banco central autónomo.

Ese conjunto de elementos son necesarios y suficientes para que los verdaderos emprendedores alcancen una mayor productividad y enfrenten con éxito – mayor o menor, según las capacidades y los talentos empresariales de cada cual- la competencia en los mercados. Así pues, esos son los elementos necesarios y suficientes para la competitividad, siempre y cuando el gobierno no estorbe a la actividad productiva con asfixiantes regulaciones, ni con trámites tortuosos y promueva activamente, dentro de México y en el extranjero, el cumplimiento estricto de leyes, convenios y tratados.

Otra manera de decirlo es: El gobierno ayuda a la actividad productiva, a la generación de empleos y de riqueza, así como a la mejor distribución del ingreso, cuando cumple eficaz y eficientemente con su misión fundamental. En cambio, distorsiona y hasta obstruye la actividad económica cuando trata de manipular diversos precios en el mercado, aun cuando tal manipulación trate de justificarse con la más noble de las intenciones o con la retórica más emotiva.

Esto significa que la competitividad auténtica no se logra con subsidios, del tipo que sean o se disfracen como se disfracen, ni con controles de precios.

Al anunciarse el nombramiento de un nuevo Secretario de Economía en el gobierno federal no faltaron las voces de organismos y asociaciones, de etiqueta "empresarial" y honda raigambre mercantilista, que hicieron votos para que el cambio signifique un nuevo impulso a la competitividad de las empresas. Suena bien, pero si se les piden definiciones precisas acerca de qué entienden por competitividad suele comprobarse, lamentablemente, que otra vez estamos ante un eufemismo ablandador: "Competitividad es que me subsidies". Mal, muy mal.

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2 Comentarios:

Blogger Ramón Mier dijo...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

agosto 11, 2008  
Blogger Ramón Mier dijo...

Hace pocos días una banda de delincuentes armados asaltó uno de los almacenes de la empresa que dirijo.

El daño patrimonial fue grave. ¿En qué tareas se distrae el gobierno que debería habernos protegido?

En "apoyar" al "cine mexicano", a los atletas de "alto rendimiento", "fomentar" la lectura, las artes y la cultura, a "poner freno" a la "epidemia de obesidad", a "impedir" que los fumadores nos hagan respirar humo "de segunda mano"... ¿a "impulsar" nuestra "competitividad"? ¡sin duda! y todo ello con pésimos resultados.

¿Qué podemos esperar de un gobierno que asume tantas tareas y se olvida de su tarea fundamental?

Pues que protejan nuestra vida y nuestros bienes PEOR de lo que entregan el correo.

agosto 11, 2008  

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