lunes, 13 de octubre de 2008

Déficit y malas inversiones públicas

A ver, se supone que vamos a poner un montón de dinero público (15 mil millones de pesos) para iniciar la construcción de una nueva refinería cuyo fin es disminuir las importaciones de gasolina. Lo que no se dice es que esa refinería, cuando se concluya, refinará petróleo importado.



Cuento uno: No es malo que aumente el gasto del gobierno, siempre y cuando ese gasto se destine a inversión, por ejemplo para iniciar la construcción de una nueva refinería.

La realidad: A diferencia de la explotación petrolera, que arroja altos márgenes de rentabilidad, el negocio de la refinación tiene márgenes muy estrechos y se requiere de una gran especialización para tener éxito. Hasta ahora las refinerías de PEMEX no han mostrado tener competitividad internacional.

Cuento dos: Es importante construir refinerías con dinero público porque así podremos disminuir las importaciones de gasolina; dado que es "malo" que hoy cuatro de cada diez litros de gasolina los importemos.

La realidad: No necesariamente es "malo" que importemos gasolinas si esos combustibles provienen de refinerías más productivas que las nuestras y a mejores precios. Lo malo, pésimo, es que subsidiemos el consumo de los combustibles, no que los importemos.

Cuando se concluya dicha refinería, dentro de ocho años en el mejor de los escenarios, México será probablemente importador neto ya no sólo de combustibles sino de petróleo crudo.

Cuento tres: El inminente déficit fiscal no debe preocuparnos, porque dicho déficit tendrá su origen en inversiones públicas productivas, no en mayor gasto corriente. Es decir, cada dólar de déficit público se transformará en el largo plazo en utilidades, por lo que ni siquiera debiera contabilizarse como déficit.

La realidad: ¿Alguien cree que la inversión pública es de veras más rentable que la inversión privada?, ¿cada peso invertido por PEMEX en petroquímica (y específicamente en refinación) ha generado alguna utilidad?, ¿cuándo?, ¿por qué ahora sí será un buen negocio para el país lo que en el pasado ha sido desastroso?

Este cuento no es nuevo. Se usó ampliamente en décadas pasadas para argumentar que el déficit generado por la banca de desarrollo (déficit de intermediación financiera) NO era en realidad déficit, porque dicho gasto, excedente de los ingresos, generaría recursos más que suficientes para cubrir la diferencia. ¿Alguien me puede decir dónde están esas utilidades públicas? La respuesta es NO, porque nunca se generaron.

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1 Comentarios:

Blogger Ramón Mier dijo...

Mis tías criticaron en su momento la decisión de mi papá de sembrar Granados en el pueblo. ¡Ay hermano, tu siembras lo que te gusta, no lo que deja!

Tenían razón, si mi papá hubiera sembrado en lugar de granados árboles de mameyes o sembrado pasto para hacer pacas le habría ido mucho mejor.

Lo mismo pasa con el tema de las refinerías, queremos hacer lo que nos gusta, no lo que conviene. Nos gusta sentirnos "soberanos" no "depender" de la gasolina importada sin cuestionarnos cuánto dejamos de ganar por darnos ese gusto.

¿Acaso yo soy menos soberano e independiente por acudir al dentista en lugar de intentar extraer por mi cuenta mis piezas dentales al primer dolor?

octubre 13, 2008  

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