La crisis del ensayo y el error
"Siempre puedes contar con que los americanos harán lo correcto; después de haber intentado todo lo demás": Winston Churchill.
Es el Troubled Asset Relief Plan (TARP, Plan de Alivio de los Activos en Problemas) o, si usted prefiere, el Gigantesco Fondo Público de Paulson & Co. para Administrar Activos Financieros Tóxicos. Decir que no es "la solución" a esta crisis global es decir una obviedad. En el mejor de los casos, y con mucha fortuna, servirá para poner algunos precios provisionales que podrían ayudar a combatir la parálisis de los mercados de crédito.
El TARP ha recibido tres tipos de críticas, pertinentes y contundentes:
1. Incrementa la pedagogía de la irresponsabilidad (riesgo moral) para los agentes económicos que incurrieron en las conductas temerarias que provocaron la actual crisis. Estos agentes económicos son: A. Los políticos que impulsaron – e impusieron en varios casos- el otorgamiento de créditos hipotecarios a personas no solventes, B. Los banqueros centrales que, por miedo a la recesión, inundaron el mundo de liquidez, C. Los intermediarios financieros que empataron artificiosamente deudas de largo plazo – sustentadas en un valor inflado de los bienes raíces y no en la capacidad de pago de los acreditados- con activos financieros de muy corto plazo, D. Las agencias calificadoras (¡otra vez fallaron las "murallas chinas" entre intermediarios financieros y calificadoras!), E. Los reguladores omisos, y F. Los acreditados que aprovecharon las gangas hipotecarias sin detenerse a evaluar su capacidad de honrar tales deudas.
2. El TARP no va a la raíz del problema, que es el precio inflado de las viviendas. Martin Feldstein ha propuesto un programa más sólido: apoyar la reestructura de las hipotecas, a partir de una revaloración, con descuento, del mercado de los bienes raíces; hoy, cerca del 30% de las viviendas hipotecadas en Estados Unidos tiene un valor de mercado inferior al valor nominal de la misma hipoteca…, y contando.
3. Tampoco atiende a otra raíz del problema, que es la insuficiente capitalización de las instituciones financieras. Urge que los bancos globales elevan su cociente de capital contra activos.
Haciendo caso a la sabia frase de Churchill no hay que perder la esperanza. Tarde o temprano aplicarán la receta correcta, después de intentar (casi) todo lo demás. Esperemos que sea más temprano que tarde.
Es el Troubled Asset Relief Plan (TARP, Plan de Alivio de los Activos en Problemas) o, si usted prefiere, el Gigantesco Fondo Público de Paulson & Co. para Administrar Activos Financieros Tóxicos. Decir que no es "la solución" a esta crisis global es decir una obviedad. En el mejor de los casos, y con mucha fortuna, servirá para poner algunos precios provisionales que podrían ayudar a combatir la parálisis de los mercados de crédito.
El TARP ha recibido tres tipos de críticas, pertinentes y contundentes:
1. Incrementa la pedagogía de la irresponsabilidad (riesgo moral) para los agentes económicos que incurrieron en las conductas temerarias que provocaron la actual crisis. Estos agentes económicos son: A. Los políticos que impulsaron – e impusieron en varios casos- el otorgamiento de créditos hipotecarios a personas no solventes, B. Los banqueros centrales que, por miedo a la recesión, inundaron el mundo de liquidez, C. Los intermediarios financieros que empataron artificiosamente deudas de largo plazo – sustentadas en un valor inflado de los bienes raíces y no en la capacidad de pago de los acreditados- con activos financieros de muy corto plazo, D. Las agencias calificadoras (¡otra vez fallaron las "murallas chinas" entre intermediarios financieros y calificadoras!), E. Los reguladores omisos, y F. Los acreditados que aprovecharon las gangas hipotecarias sin detenerse a evaluar su capacidad de honrar tales deudas.
2. El TARP no va a la raíz del problema, que es el precio inflado de las viviendas. Martin Feldstein ha propuesto un programa más sólido: apoyar la reestructura de las hipotecas, a partir de una revaloración, con descuento, del mercado de los bienes raíces; hoy, cerca del 30% de las viviendas hipotecadas en Estados Unidos tiene un valor de mercado inferior al valor nominal de la misma hipoteca…, y contando.
3. Tampoco atiende a otra raíz del problema, que es la insuficiente capitalización de las instituciones financieras. Urge que los bancos globales elevan su cociente de capital contra activos.
Haciendo caso a la sabia frase de Churchill no hay que perder la esperanza. Tarde o temprano aplicarán la receta correcta, después de intentar (casi) todo lo demás. Esperemos que sea más temprano que tarde.
Etiquetas: banco central, bancos, el apretón del crédito o credit crunch, gran fondo de inversiones tóxicas Paulson and Co., hipotecas "subprime", precios de la vivienda en Estados Unidos, TARP
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