miércoles, 12 de noviembre de 2008

“Por razones que guardo en mi real pecho”

¿Por qué las razones detrás de la decisión de cancelar o al menos postergar indefinidamente la consolidación de 70 áreas de telefonía local no deben ventilarse en la prensa?, ¿se considera que no somos capaces de entenderlas?

El 25 de junio de 1767 por órdenes del rey Carlos III los jesuitas fueron expulsados de España y de sus colonias al tiempo que fueron despojados de sus bienes. ¿Por qué? Según se lee en el decreto secreto de la Orden de Extrañamiento General dictada por el monarca, éste tomó la drástica decisión “por razones que guardo en mi real pecho”.

Los súbditos, por supuesto, deberían “creer” que el monarca, en su infinita sabiduría, había tomado tal decisión sorpresiva y sorprendente con fundamentadas razones que, empero, esos mismos súbditos no deberían conocer.

El lunes pasado apareció en varios diarios de México un desplegado de la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por Cable (Canitec) acusando a la Subsecretaría de Comunicaciones, cuya flamante titular es Purificación Carpinteyro Calderón, de haber actuado “con negligencia e irresponsabilidad” al haber dejado transcurrir inexplicablemente el término de ley para responder a unos recursos de revisión interpuestos por Telmex y Telcel en contra de la consolidación de 70 nuevas áreas de telefonía local. Al omitirse la respuesta a los recursos se aplicó el principio de “afirmativa ficta” y dicha consolidación, prevista para entrar en vigor el primer día de noviembre, no se realizó.

No me voy a meter a discutir si esa actitud de la subsecretaria – una decisión, porque omitir significa, también, decidir- tiene o no fundamentos. Es más, se me niega el derecho a saberlo porque ese mismo día, la funcionaria, entrevistada por El Economista, simplemente aseguró que la decisión “tiene fundamento”, pero que “esto es algo que no debemos pelearlo en la prensa”.

Insistió en que “las resoluciones siempre tienen fundamentos” pero no hizo explícitos cuáles son (las razones) en este caso concreto. ¿Por qué? Porque, apunta la nota publicada ayer en la página 30 de este diario, el tema de la consolidación de Áreas de Servicio Local (ASL) en telefonía no es un tema que, a juicio de la funcionaria, deba dirimirse en los medios de comunicación.

¿Es injusto trazar algún paralelismo entre esta postura y la de Carlos III respecto de la expulsión de los jesuitas?

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