jueves, 19 de febrero de 2009

Obama y su (tramposa) medida del éxito

Los mercados financieros no le creen a Barack Obama. No lo recibieron con entusiasmo el 20 de enero, no han festejado, en absoluto, la firma del multimillonario paquete de estímulos para reanimar la economía (ojo, ya no es de rescate) aprobado a jalones y estirones por el Congreso, ven con profundo escepticismo el programa de 75 mil millones de dólares recién anunciado por Obama para reducir los pagos mensuales que deben hacer los dueños de casas que hoy no están pagando sus hipotecas y para disminuir, así, el número de ejecuciones de esas garantías (foreclosure).

¿Están los mercados financieros equivocados?

No. Los inversionistas son pragmáticos y saben que muchas de las iniciativas de Obama hacen agua.

Tomemos, por ejemplo, el programa de reducción de pagos de las hipotecas en problemas. Obama y su equipo parten del supuesto de que la gente que no está pagando sus hipotecas – incurriendo en el riesgo de perder su casa- lo hace simplemente porque no puede pagar; conjeturan que si se disminuyen los pagos – digamos a un tercio de los ingresos de los acreditados en mora- el asunto se resolverá. Pero es probable que la realidad sea otra: muchos de los otrora "beneficiados" con hipotecas de baja calidad simplemente ya no quieren pagar por una hipoteca que cuesta mucho más que lo que vale su casa en el mercado (riqueza negativa). Preferible perder la casa (aun "ensuciando" su historial de crédito) que mantenerse atrapados en la ficción financiera. Dicho en "mexicano": Ya no quieren queso, sino salir de la ratonera.

El mismo Obama revela escepticismo al no comprometerse con una medida verificable y estricta que evalúe, en el futuro, si sus programas tuvieron éxito. Ayer Greg Mankiw, en su bitácora en la red, recordó que Obama ha tenido la astucia política de fijarse una ambigua medida del éxito: La medida del éxito, dijo Obama, es lograr "crear o salvar 4 millones de empleos". ¿Crear o salvar? Si el empleo sigue cayendo, Obama y su equipo siempre podrán decir que las cosas, de no ser por ellos, podrían haber sido peores. Los empleos nuevos se pueden medir, los empleos presuntamente "salvados" ¿cómo se miden?

Llevadas las cosas al extremo, bastaría con que existan en el futuro 4 millones de personas con empleo en Estados Unidos para que Obama proclamase que ha tenido éxito.

Por cosas así, astucias de político, los mercados financieros no le están creyendo a Obama. ¿Usted le creería?

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