Dubai, ¿estalla otra burbuja?
Hoy es el día de acción de gracias (thanksgiving day) en los Estados Unidos y sus mercados financieros están cerrados. Pero está muy lejos de ser un día tranquilo para los inversionistas, para las finanzas internacionales y para la economía mundial. Hay una oleada de ventas nerviosas en los mercados electrónicos, en los mercados de Asia y en los de Europa.
Por una parte, un dólar que el miércoles cotizó inusitadamente débil frente al yen, frente al euro, frente al oro, ¡frente al peso mexicano! (ilusión óptica de la relatividad de los tipos de cambio, no hay absolutos: todo se cotiza respecto de otro valor que es igualmente relativo; por ejemplo, el FT señala en su edición de hoy que el yen alcanzó su cotización más alta frente al dólar ¡en 14 años!, pero todo depende del cristal a través del cual se miren las cosas: lo mismo podría decirse que el dólar está en su nivel más bajo de los últimos 14 años frente al yen). El problema es que, a falta de una referencia absoluta (no dependiente) el dólar sigue siendo el referente dominante, por llamarle de alguna forma, en el que cotizamos el petróleo, el oro, las materias primas, las deudas de países y corporaciones multinacionales, los bienes raíces... No podemos quedar impunes cuando la moneda de referencia cae, cae y sigue cayendo...Se multiplican las ilusiones: ganancias ilusorias, avances ilusorios, pérdidas ilusorias, ¿recuperaciones ilusorias?
Por otra parte, en Dubai se han encendido todas las alarmas. El fantasma de un incumplimiento de pagos a tenedores de bonos de Dubai World, la empresa insignia de ese emirato árabe, conmociona porque podría ser la señal de salida para el estallido de otra burbuja especulativa en los mercados internacionales, con efectos en cadena. Dubai es, en términos económicos, el más débil de los emiratos árabes y tiene relativamente poco petróleo, menos del 6 por ciento de sus ingresos provienen de los hidrocarburos, pero es uno de los destinos favoritos de las inversiones de Abu Dabi, el emirato árabe más rico, que posee el 9 por ciento de todo el petróleo del mundo y satisface más del 5 por ciento del consumo mundial de gas natural. Abu Dabi ha tratado de diversificar su petrolizada economía invirtiendo cuantiosos excedentes (fruto de la burbuja de los altos precios del petróleo) en los espectaculares y fastuosos desarrollos turísticos e inmobiliarios de Dubai, que a su vez es el punto de enlace financiero entre el mercado de Londres y el de Singapur, es decir: Una de las principales puertas financieras que unen a Europa con Asia.
El amago de la firma Nakheel, filial de Dubai World, de posponer hasta mayo de 2010 el pago de más de cuatro mil millones de dólares que se vencen en unos días, en diciembre, ha hecho que de nueva cuenta se desplome el apetito de los inversionistas por el riesgo (una forma un tanto equivoca para decir que de pronto se han acordado de que las burbujas estallan violentamente; no es que se hayan vuelto más cautos de súbito, es que de súbito han visto riesgos reales que tenían olvidados), lo que ya le pegó hoy al precio del oro, del petróleo y de otros "refugios" que hace unas horas se consideraban más o menos "seguros". Al decir del FT la huida se está dado hacia los bonos alemanes.
John Gapper, comentarista del FT, comenta en su blog (ver aquí) que el círculo de la crisis (que iría del estallido de la burbuja inmobiliaria en Florida, hace un par de años, al estallido de la burbuja del fastuoso Dubai) se cierra..., con una peligrosa diferencia: En Florida, o en Arizona o en California, hubo un gobierno que respaldó, mal que bien, a los inversionistas atrapados. En Dubai lo más probable es que no lo haya. El propio Gapper recuerda y cita textual la advertencia de Moodys a los inversionistas: "La deuda de Nakheel no es calificada por Moodys...Una reestructuración de sus obligaciones podría indicar que el gobierno (de Dubai) está dispuesto a permitir que esta compañía - relacionada con el propio gobierno- incurra en un incumplimiento de sus obligaciones" con sus acreedores o inversionistas.
Conclusiones: 1. Todo está relacionado pero armar el rompecabezas, con tantas y tan disímiles piezas, dista de ser sencillo. 2. No ha terminado la crisis financiera, crece la percepción de que estamos, como dije hace unos días, ante una crisis de largo aliento, espasmódica, con alzas y bajas, con ilusiones y desilusiones. 3. La debilidad del dólar, que no es más que reflejo de la debilidad de los fundamentos fiscales de la economía estadounidense, hace incómodo el papel del dólar como referencia dominante en la economía mundial y distorsiona las percepciones; la relatividad se vuelve norma, 4. Cuidado con los espejismos, y 5. Si alguien sigue creyendo que esta crisis mundial se resolverá aumentando estímulos fiscales y monetarios, le recomiendo volver a pensarlo.
Por una parte, un dólar que el miércoles cotizó inusitadamente débil frente al yen, frente al euro, frente al oro, ¡frente al peso mexicano! (ilusión óptica de la relatividad de los tipos de cambio, no hay absolutos: todo se cotiza respecto de otro valor que es igualmente relativo; por ejemplo, el FT señala en su edición de hoy que el yen alcanzó su cotización más alta frente al dólar ¡en 14 años!, pero todo depende del cristal a través del cual se miren las cosas: lo mismo podría decirse que el dólar está en su nivel más bajo de los últimos 14 años frente al yen). El problema es que, a falta de una referencia absoluta (no dependiente) el dólar sigue siendo el referente dominante, por llamarle de alguna forma, en el que cotizamos el petróleo, el oro, las materias primas, las deudas de países y corporaciones multinacionales, los bienes raíces... No podemos quedar impunes cuando la moneda de referencia cae, cae y sigue cayendo...Se multiplican las ilusiones: ganancias ilusorias, avances ilusorios, pérdidas ilusorias, ¿recuperaciones ilusorias?
Por otra parte, en Dubai se han encendido todas las alarmas. El fantasma de un incumplimiento de pagos a tenedores de bonos de Dubai World, la empresa insignia de ese emirato árabe, conmociona porque podría ser la señal de salida para el estallido de otra burbuja especulativa en los mercados internacionales, con efectos en cadena. Dubai es, en términos económicos, el más débil de los emiratos árabes y tiene relativamente poco petróleo, menos del 6 por ciento de sus ingresos provienen de los hidrocarburos, pero es uno de los destinos favoritos de las inversiones de Abu Dabi, el emirato árabe más rico, que posee el 9 por ciento de todo el petróleo del mundo y satisface más del 5 por ciento del consumo mundial de gas natural. Abu Dabi ha tratado de diversificar su petrolizada economía invirtiendo cuantiosos excedentes (fruto de la burbuja de los altos precios del petróleo) en los espectaculares y fastuosos desarrollos turísticos e inmobiliarios de Dubai, que a su vez es el punto de enlace financiero entre el mercado de Londres y el de Singapur, es decir: Una de las principales puertas financieras que unen a Europa con Asia.
El amago de la firma Nakheel, filial de Dubai World, de posponer hasta mayo de 2010 el pago de más de cuatro mil millones de dólares que se vencen en unos días, en diciembre, ha hecho que de nueva cuenta se desplome el apetito de los inversionistas por el riesgo (una forma un tanto equivoca para decir que de pronto se han acordado de que las burbujas estallan violentamente; no es que se hayan vuelto más cautos de súbito, es que de súbito han visto riesgos reales que tenían olvidados), lo que ya le pegó hoy al precio del oro, del petróleo y de otros "refugios" que hace unas horas se consideraban más o menos "seguros". Al decir del FT la huida se está dado hacia los bonos alemanes.
John Gapper, comentarista del FT, comenta en su blog (ver aquí) que el círculo de la crisis (que iría del estallido de la burbuja inmobiliaria en Florida, hace un par de años, al estallido de la burbuja del fastuoso Dubai) se cierra..., con una peligrosa diferencia: En Florida, o en Arizona o en California, hubo un gobierno que respaldó, mal que bien, a los inversionistas atrapados. En Dubai lo más probable es que no lo haya. El propio Gapper recuerda y cita textual la advertencia de Moodys a los inversionistas: "La deuda de Nakheel no es calificada por Moodys...Una reestructuración de sus obligaciones podría indicar que el gobierno (de Dubai) está dispuesto a permitir que esta compañía - relacionada con el propio gobierno- incurra en un incumplimiento de sus obligaciones" con sus acreedores o inversionistas.
Conclusiones: 1. Todo está relacionado pero armar el rompecabezas, con tantas y tan disímiles piezas, dista de ser sencillo. 2. No ha terminado la crisis financiera, crece la percepción de que estamos, como dije hace unos días, ante una crisis de largo aliento, espasmódica, con alzas y bajas, con ilusiones y desilusiones. 3. La debilidad del dólar, que no es más que reflejo de la debilidad de los fundamentos fiscales de la economía estadounidense, hace incómodo el papel del dólar como referencia dominante en la economía mundial y distorsiona las percepciones; la relatividad se vuelve norma, 4. Cuidado con los espejismos, y 5. Si alguien sigue creyendo que esta crisis mundial se resolverá aumentando estímulos fiscales y monetarios, le recomiendo volver a pensarlo.
Etiquetas: burbujas especulativas, Dubai, ilusiones, locos por la crisis, oro, precio del dólar, precios del petróleo
1 Comentarios:
Que feo caso. Pero bueno, a lo mejor así si se me hace ir y hospedarme en el hotel Burj-Al Arab. Nomás por joder. Jaja. Saludos.
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal