sábado, 12 de noviembre de 2005

¿Transparencia o tomada de pelo?

Breve reseña de un nuevo engaño en el que cayeron redondos varios medios de comunicación en México: El Índice Latinoamericano de Transparencia Presupuestaria. Una tomada de pelo con ínfulas de investigación académica.

Resulta increíble la facilidad con que cualquiera, con un poco de “cara dura” y contactos, puede engañar a los medios de comunicación en México. Más increíble aún es la impunidad en que permanecen la mayoría de esas mentiras.
El viernes pasado varios periódicos dieron gran despliegue a los resultados para 2005 del llamado Índice Latinoamericano de Transparencia Presupuestaria realizado por la Organización No Gubernamental “Fundar”. Los medios reprodujeron, sin mayor análisis crítico, la contundente afirmación de que México está reprobado en transparencia presupuestaria.
Quien se haya tomado la molestia de buscar en la internet dicho estudio, (fácilmente localizable en www.fundar.org.mx ) y de echarle una mirada crítica al mismo se habrá llevado la sorpresa de que no se trata, en modo alguno, de un análisis con rigor científico acerca de la opacidad o la transparencia de los presupuestos gubernamentales en Latinoamérica, sino de un remedo de trabajo escolar acerca de las percepciones de grupos arbitrariamente elegidos – a los que pomposa y gratuitamente se califica como “expertos”- acerca de los presupuestos federales de sólo ocho países de América Latina, muestra en la que faltan economías tan relevantes como Brasil, Chile, Perú o Venezuela.
Este remedo de trabajo escolar – cuyos alcances serían más o menos los de un ensayo de bachillerato en una materia de “estudios de opinión publica”- merece sin duda una calificación reprobatoria. Entre otras, por las siguientes razones: 1. Carencia absoluta de criterios de rigor estadístico para definir y seleccionar la población a encuestar y 2. Sesgos evidentes para que los resultados finales se ajustaran a la implícita hipótesis original (“los presupuestos son opacos”); por ello – y el estudio lo confiesa sin rubor- se ponderaron hacia abajo las respuestas de los legisladores porque “tienden a ser más positivas”.
Basta un somero análisis del trabajo de “Fundar” para comprobar que los reprobadores debieran ser los primeros reprobados. No sólo en transparencia, sino en honestidad intelectual.
Al final, nos quedamos sin saber qué tan opacos o transparentes son los presupuestos de esos ocho países y sólo obtuvimos una deficiente medición de las percepciones subjetivas de grupos anónimos de periodistas, integrantes de organizaciones no gubernamentales, académicos (nadie sabe con qué grado profesional ni de qué centros de estudio) y unos cuantos legisladores; percepciones que los “investigadores” de “Fundar” mezclaron al gusto en una licuadora a diferentes velocidades y con diferentes cuchillas.
Los responsables últimos de esta tomada de pelo, supongo, serán las cabezas de “Fundar” que son: Sergio Aguayo Quezada, Juan Pablo Guerrero (por cierto, comisionado del IFAI), Olga Pellicer, Rodolfo Stavenhagen, Blanca Rico, Gloria Ramírez y Alberto Szekely. Debajo de ellos, Gloria Hofbauer, Briseida Lavielle, Alejandro Ortiz y Mariana Pérez.
Felicidades a todos: Estuvieron cerca de que el engaño fuese perfecto.

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