Las armas son la excepción
Me agrada estar en buena compañía: La más prestigiada revista de economía del planeta, The Economist, a la que nadie puede acusar de favorecer la intervención de los gobiernos en la vida de las personas, marca claramente su posición: Debe haber un control mucho más restrictivo de la venta de armas en Estados Unidos.
Cada semana los suscriptores en línea de la prestigiada revista británica recibimos por correo electrónico una breve carta del editor y la enviada ayer no puede ser más enfática:
“Abundan los productos peligrosos – drogas ilegales, veloces automóviles, alcohol, por ejemplo- respecto de los cuales The Economist defiende un punto de vista mucho más liberal del que sostiene el gobierno de Estados Unidos. Las armas de fuego personales son la excepción.”.
En su reciente edición, y a raíz de la masacre en el Tecnológico de Virginia (VT), Estados Unidos, la revista sostiene que debe restringirse con verdadera severidad la venta de armas en ese país. La postura de The Economist está en la misma línea que la política que ha seguido el Reino Unido y que, por cierto, explica por qué hay mucho menos muertes por arma de fuego, respecto del total de la población, en Inglaterra que en Estados Unidos.
La revista británica lo denuncia con todas sus letras, al citar al jefe de la policía de los Ángeles, William Bratton: La mayoría de los políticos estadounidenses de ambos partidos han sido “capturados” por la muy poderosa National Rifle Association, en cuya página de internet, por cierto, se ofrecen "condolencias" a las víctimas de VT. Sin más comentarios.
Hay muchas cosas en el mundo que pueden ser usadas como armas mortales por un desquiciado (desde un alfiler hasta una piscina), pero sólo las armas de fuego han sido expresamente diseñadas para matar.
Una de las dos armas que usó Cho Seung-hui fue una pistola Glock de nueve milímetros semiautomática, un arma que en la inmensa mayoría de los países del mundo sólo pueden tener los ejércitos y las fuerzas policíacas especiales, pero que en miles de tiendas a lo largo y ancho de Estados Unidos se puede adquirir tan fácil como se renta un auto, como lo hizo el coreano.
Para México es doblemente trágico: No sólo hay que lidiar con el hecho de que tenemos al norte al mayor mercado de consumidores de drogas, sino que la gran mayoría de las armas que la delincuencia organizada usa aquí fueron adquiridas sin problema en Estados Unidos.
Cada semana los suscriptores en línea de la prestigiada revista británica recibimos por correo electrónico una breve carta del editor y la enviada ayer no puede ser más enfática:
“Abundan los productos peligrosos – drogas ilegales, veloces automóviles, alcohol, por ejemplo- respecto de los cuales The Economist defiende un punto de vista mucho más liberal del que sostiene el gobierno de Estados Unidos. Las armas de fuego personales son la excepción.”.
En su reciente edición, y a raíz de la masacre en el Tecnológico de Virginia (VT), Estados Unidos, la revista sostiene que debe restringirse con verdadera severidad la venta de armas en ese país. La postura de The Economist está en la misma línea que la política que ha seguido el Reino Unido y que, por cierto, explica por qué hay mucho menos muertes por arma de fuego, respecto del total de la población, en Inglaterra que en Estados Unidos.
La revista británica lo denuncia con todas sus letras, al citar al jefe de la policía de los Ángeles, William Bratton: La mayoría de los políticos estadounidenses de ambos partidos han sido “capturados” por la muy poderosa National Rifle Association, en cuya página de internet, por cierto, se ofrecen "condolencias" a las víctimas de VT. Sin más comentarios.
Hay muchas cosas en el mundo que pueden ser usadas como armas mortales por un desquiciado (desde un alfiler hasta una piscina), pero sólo las armas de fuego han sido expresamente diseñadas para matar.
Una de las dos armas que usó Cho Seung-hui fue una pistola Glock de nueve milímetros semiautomática, un arma que en la inmensa mayoría de los países del mundo sólo pueden tener los ejércitos y las fuerzas policíacas especiales, pero que en miles de tiendas a lo largo y ancho de Estados Unidos se puede adquirir tan fácil como se renta un auto, como lo hizo el coreano.
Para México es doblemente trágico: No sólo hay que lidiar con el hecho de que tenemos al norte al mayor mercado de consumidores de drogas, sino que la gran mayoría de las armas que la delincuencia organizada usa aquí fueron adquiridas sin problema en Estados Unidos.
Etiquetas: armas, Estados Unidos, libertad, políticos, Reino Unido, respeto a la vida, The Economist
8 Comentarios:
Ricardo,
Por primera vez que puedo recordar, estoy en desacuerdo completo con tu comentario.
Aquí en México, el "gobierno" (PAN, PRI, y PRD) sólo nos permiten poseer 12 marcas y modelos de armas diferentes. Podemos importarlas de los Estados Unidos por tierra después de declararlos con la Aduana Estodunidense por la exportación, y después con la Aduana Mexicana con quien tenemos que pagar una tarifa de importación cara.
O podemos solicitar un permiso y esos modelos y las municiónes en algunas bases militares mexicanas. Los permisos son carísimos, y podemos sólo mantener los armamentos legalamente en nuestros hogares.
Al contrario de tu propuesta, las tiendas privadas de armamentos deben ser legalizadas en México, y todos los adultos de mente sana deben tener el derecho de comprar los rifles, las escopetas, y las pistolas con requisitos minimos y permisos económicas, y tener el derecho de llevar sus armas en sus vehículos y en su persona. Esta forma de freno bajará la delinquencia a largo plazo.
Se estima que uno fuera de cada tres casas y muchos negocios en México tienen una arma de fuego no registrado con el gobierno. Los armamentos son fáciles de encontrar y obtener en el mercado negro. ¡Mira los carteles de drogas y los malandrinas que roban los bancos y las tiendas!
La mayoría de las personas en América tienen que tener el derecho de poseer y llevar armamentos.
Otras sociedades en Europa, por ejemplo, tienen una actitud cultural diferente acerca de los armamentos, y por eso ellos tienen incidentes más bajos en relación de los crímenes cometidos con armas de fuego. Ellos son las sociedades donde la gran mayoría de los individuos tienen los valores más en común con cada otro que no.
En la otra mano, los individuos de México y los Estados Unidos, por ejemplo, tienen valores y actitudes más diversos, y no creo que estás a favor de la ingeniería social de actitudes en la parte del gobierno.
Aquí está más "food for thought" libertaria acerca del control de armas:
http://www.freestudents.blogspot.com/
Bienvenido el desacuerdo.
Me parece que aquí puede servirnos un poco la historia de cada país. La guerra de independencia de Estados Unidos la ganaron las milicias de George Washington con mucha suerte, con muchas ganas, con astucia pero casi sin recursos frente al formidable poderío británico...Los gobiernos de las trece colonias no eran muy dados a cooperar para el financiamiento de la lucha y, una vez lograda la independencia, hubo una resistencia formidable a que se formara un ejército federal...Más que ideológica la objeción fue siempre muy terrestre: Un ejército cuesta y a los gobiernos locales no les agradó nunca la idea de financiarlo, mucho menos si no podían controlarlo. En buena medida, esa precariedad del ejército, esa incapacidad para que hubiera quien hiciera cumplir la ley en un extenso territorio que casi cada día crecía más y más, abriendo nuevas tierras (las que les quitaron a los nativos americanos no de muy buena manera, por ejemplo) explica el origen de la segunda enmienda...Dado que el Estado no te puede garantizar la seguridad en todo el territorio, te autorizo a que te armes para defenderte...Es obvio que hoy ya no es así, pero supongo que en el espíritu de muchos quedó ese regusto por el "self made man" que se forjó a brazo partido...y a tiros cuando fue preciso. Tal vez algunos sigan soñando que son conquistadores de un promisorio pero lejano territorio plagado de apaches en el que hay que abrirse paso literalmente "rascándote con tus propias uñas"...Admirable en muchos sentidos, pero totalmente absurdo en el siglo XXI.
Por otra parte, me gustaría contrastar el asunto de las armas con el de las drogas (incluidos el tabaco y el alcohol). Dicen que las drogas matan (por lo menos, es lo más probable que te hagan daño), pero te matan a tí que decides consumirlas, no al que se abstiene. Las armas, en cambio, matan con mucha mayor exactitud y eficacia (para eso están hechas),A LOS OTROS (salvo el caso de los suicidas), a quienes tú - que posees el arma- no les preguntas su parecer. Nadie pregunta: ¿Quiere usted que le meta un balazo porque me parece usted un tipo sospechoso que está molestando a mi novia?, ¿está usted conciente de que las autoridades sanitarias de este maravilloso país han determinado que si usted recibe un balazo puede sufrir un daño severo o incluso la muerte?". No, simplemente te meten un tiro y ya. Hay gente totalmente inofensiva que se vuelve loquita la primera vez que se sube a un avión; entran en tal angustia que gritan, golpean el asiento o las ventanillas, hacen imprudencias, supongamos que en el avión va uno de estos buenos ciudadanos - con secreta vocación de comisario del pueblo- con su arma oculta (como permite la ley en Missouri, por ejemplo) y decide muy cívicamente "poner orden" y, como en la letra de una de las canciones del musical "Chicago" decide hacer "two warning shots... but into his head". ¿Qué decir?, ¿que quién le manda al pobre tipo subirse a un avión si sufre ataques de angustia?, ¿que en el fondo nos libramos de un loquito que podría, eventualmente, haber sido peligroso, pero que no teníamos tiempo de averiguar si lo era o no?... Tienen más advertencias las cajetillas de cigarros (que ultimadamente sólo me hacen daño a mí y, secundariamente, a quienes estén cerca respirando el humo de mis cigarros) que las armas. Nadie hace grandes escándalos porque ciudades enteras se vuelvan "libres de humo", como si el humo matara - a quienes no decidieron fumar- con la misma eficacia que matan las armas de fuego a quienes NO las compraron. Si mucho me apuran, estoy de acuerdo con la libre venta de armas de fuego siempre y cuando el adquiriente firme ante notario que la va a usar sólo para suicidarse (es su vida y es él muy dueño de su vida, pero no de la mía)...
Por algunos comentarios, además, tal parece que no sólo debería ser libre la tenencia y portación de armas, sino que es un deber patriótico hacerlo, recibir entrenamiento militar y volverse un infalible tirador capaz de someter a loquitos igualmente armados...Y después de liberar el territorio de comanches ¿qué hacemos?, ¿cantamos "cara al sol" con la mano extendida y nuestras camisitas pardas? BRRRR...
Respecto de la adquisición de armas en México, es tan ilegal pero tan sencilla como comprar partes de autos robados, al menos en la Ciudad de México. Si la propuesta es que, como de todos modos se da, mejor la legalizamos me imagino que la siguiente discusión es si a la compra-venta de armas le ponemos tasa cero de IVA como a los alimentos y a las medicinas. (Es sacrasmo, desde luego).
Ricardo,
Es curioso que al igual que tú me sienta en buena compañía tras leer el artículo de The Economist.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que ahí se plantea. Suscribo hasta la útlima palabra y puedo hacerlo sin contradecirme porque jamás proponen o mencionan que debe cancelarse el derecho de los ciudadanos a poseer o portar armas.
Porque no proponen la restricción universal a la posesión y uso de armas de fuego de la que hablabas ayer.
Hablan de la necesidad de tener controles, de la prohibición de cierto tipo de armas de fuego (como los fifles de asalto), sobre sistema de registro de propietarios de armas, seguros a prueba de niños para hacerlas mas seguras, tiempos de espera y reglas mas estrictas para su venta así como una lista negra de personas no elegibles para adquirirlas.
Insisto, no están a favor de la prohbición de las armas, no están en contra del derecho a poseer o portarlas, pero si a favor de establecer sistemas y controles para regular ese derecho, como lo existen para muchos otros.
Me alegra compartir la misma compañía.
Ramón:
Hay una considerable distancia entre estas dos posturas, que están expresadas claramente en tu blog:
1. "¿No creen que las cosas hubieran sido distintas si entre los estudiantes que fueron atacados hubiera habido alguno armado y capaz de responder la agresión?" (Ramón Mier, ver comentario del 17 de abril en tu bitácora "Disiento, luego existo").
2. "La prohibición de armas de asalto debería reinstuirse y las salidas legales para evitar su implementación corregirse. Ningún civil necesita una AK-47 para fines de legítima defensa, pero puede ocmprarse una en linea por $379.99. Las armas deberían ser más seguras, contar con candados a prueba de niños obligatorios. Un sistema de registro de armas y dueños de armas, como el que existe en otros países ricos, no amenaza a nadie salvo a los criminales. Periodos de espera, un flujo de inteligencia más abierto, reglas más estrictas para el comercio de armas y una lista negra más amplia de personas inelegibles para poseer un arma sería de gran ayuda."
(Tu traducción, correcta desde luego, de un párrafo de The Economist).
Que cada quien, que cada lector, juzgue. Ahí está la posición de The Economist para leerla sin intermedarios, posición que va mucho más allá de sugerir "algunos cambios" en la actual legislación vigente en la mayoría de los estados de la Unión Americana. Tal vez la posición de The Economist sea menos radical y tajante que la que yo he expresado, pero no me cabe duda que está a años luz de la postura de quienes aseguran que a mayor número de ciudadanos armados mayor seguridad para todos. Más aún: El alegato de fondo de The Economist es exactamente el contrario: A mayor número de ciudadanos armados habrá mayor número de muertes por arma de fuego. Ramón, ¿también estás de acuerdo con esa postura de The Economist?
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ricardo,
¿Cómo pudiste llegar a la conclusión de que yo, por el solo hecho de expesar la pregunta que citas y sostener que los ciuadanos deberíamos poseer y portar armas estaría en desacuerdo con lo expresado en el párrafo que citas y que yo traduje del editorial de The Economist?
¿No será que que actuaste en base al prejuicio de que todos aquellos que defiendan el derecho de poseer y portar armas necesariamente estarían en contra de regulaciones y controles como los que se mencionan en The Economist? ¿No será que atendiendo a un prejuicio supusiste que yo estaría a favor de que comprar un arma fuera más fácil que comprar un cigarros, o que los ciudadanos pudieramos poseer o portar cualquier tipo de arma, en cualquier cantidad y sin cubrir ningún tipo de requisito?
Disculpa, pero no veo que exista distancia ni contradicción en mi la postura y lo que se expresa en The Economist.
Si tu percibes alguna distancia, probablemente obedezca a una lectura sesgada del editoral en cuestión, distorsionada por tu deseo de encontrar en una revista como The Economist elementos que apoyen tu postura. De otro modo, ¿cómo fue que no pudiste notar siquiera que en ningún momento cuestionan la existencia del derecho a poseer y portar armas?
Esa misma lectura sesgada fue la que quizás te llevó a concluir que "El alegato de fondo de The Economist es exactamente el contrario: A mayor número de ciudadanos armado habrá mayor número de muertes por arma de fuego"
¿De donde sacas eso Ricardo? No pude encontar en el editoral un sólo párrafo, una sola línea que indique que la postura de The Economist sea esa.
Yo creo que la postura de The Economist sobre el tema se encuentra en el siguiente párrafo:
"Cuando se trata de productos peligrosos-sean drogas, cigarrillos o autos rápidos- ESTE PERIODICO PROMUEVE una posición más liberal que la del gobierno Americano. pero
tratándose de armas de mano, armas automáticas y otras cosas especificamente diseñadas para matar personas, CREEMOS QUE EL CONTROL ES NECESARIO, porque el fallar al lidiar con dichos artefactos a menudo significa que otras libertades deben ser acotadas."
No se habla de prohibición de las armas, cancelación de derechos o correlación entre número de personas armadas y número de muertes por armas de fuego. Se habla de los CONTROLES QUE DEBERIAN EXISTIR SOBRE UNA LIBERTAD INDIVIDUAL.
Yo estoy de acuerdo con ESA POSTURA de The Economist, no con la que tu supones que tiene y que iría en línea con la tuya.
Puedo estar terriblemente equivocado en todo lo que he dicho. No me extrañaría estarlo, pero me siento obligado, por el respeto y admiración que te tengo, a expresar las razones por las que creo que al menos, por lo que hace a la interpretación que haces de la postura de The Economist y de mis propias posiciones (que en realidad es una sola), el eqivocado eres tú.
Que el lector juzgue.
PD. Sin armas de fuego no habría muertes por armas de fuego, sin lugar a dudas. Pero haría falta demostrar que a mayor número de ciudadanos armados la cantidad de muertes por arma de fuego se incrementa. Sabes bien que no toda la evidencia apunta en ese sentido.
Ramón:
Dejémoslo estar.
He escrito que me gusta estar en buena compañía y que me parece que la postura de "The Economist" respecto del control de las armas personales en Estados Unidos está más cerca de mi opinión sobre el asunto que de la postura de quienes opinan que permitir la portación de armas (por ejemplo, en las universidades en Estados Unidos) contribuiría a evitar o, al menos, a disminuir las dimensiones de tragedias como la que se sufrió en Virginia Tech.
Entiendo que tú, por el contrario, interpretas que la postura de "The Economist" es prácticamente la misma que tú has expresado abierta y valentemente en tu blog. Postura, la tuya, con la que, espero que eso sí esté claro, estoy en desacuerdo.
Aunque sigo sosteniendo que "The Economist" es bastante enfático al criticar la actual permisividad en la venta y posesión de armas en Estados Unidos, supongamos que yo sufro un súbito ataque de subjetividad interesada y leí lo que quise leer en "The Economist" porque estaba ávido de encontrar un apoyo prestigiado para mis descabelladas opiniones (eventualidad, por cierto, que también podría estarte ocurriendo a tí). Como yo dije y ahora tú repites: que el lector juzgue. Ambos nos sometemos a ese juicio y ambos pusimos en nuestros blogs el vínculo a lo que publicó "The Economist". Dejémoslo estar.
Coincidirás conmigo, espero que para cerrar el debate, en lo siguiente: 1. A los dos nos agrada y admiramos el periodismo que hace The Economist.
2. A los dos nos agrada estar en buena compañía intelectual, y que las opiniones de ese prestigiado semanario británico coincidan con las nuestras, pero
3. Los dos nos preciamos de pensar por nuestra cuenta y de no dejarnos llevar ciegamente por "argumentos de autoridad" y si, en algún caso, nuestra opinión no coincide con la de esa semanario...ni modo: Amamos más nuestra libertad de pensar por nuestra cuenta y riesgo (y equivocarnos o acertar también por nuestra cuenta y riesgo) que el placentero hecho de sentirnos, intelectualmente, en buena compañía.
Un saludo de veras afectuoso.
Admito que es perfectamente posible y hasta altamente probable que quien haya sufrido un súbito ataque de subjetividad interesada al leer el artículo de The Economist sea yo. También que el que los ciudadanos tengan derecho poseer y portar armas puede ser una pésima idea.
Para mí ha sido un privilegio sostener este intercambio de ideas contigo pues no es común que nos encontremos a extremos opuestos del debate.
Conicido en los puntos 1, 2, 3 y en cerrar el debate.
También te envío un saludo afectuoso y te deseo un buen fin de semana.
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