Adieu, monsieur Chirac
Lo mejor que nos han dejado las recientes elecciones – dijo un francés, sólo un poco cínico- es que ya tenemos la certeza de que Jacques Chirac se irá del gobierno.
Jacques Chirac tiene un pequeño historial pegado a la ubre del presupuesto público. Chirac habrá pasado 34 años cobrando del erario francés en puestos importantes: como Presidente (doce años), como Alcalde de París (18 años) y como Primer Ministro (en dos ocasiones, sumando cuatro años); más otros cinco años en puestos menores para un total de 39. Una vida.
O él merece un descanso o, mucho más probable, Francia merece descansar definitivamente de monsieur Chirac.
Durante su larga carrera Chirac ha acumulado algunos bienes envidiables, aún considerando tan sólo los que incluyó en su declaración patrimonial.
Anne Applebaum recopiló en un pequeño artículo en Slate.com algunas peculiares declaraciones de Chirac que lo dibujan claramente como la clase de diplomático que ha sido. Cito unos cuantas:
A unos líderes africanos, a principios de los años 90: “África no está preparada para la democracia”.
Sobre los británicos: “La única cosa que han hecho por la agricultura europea ha sido la enfermedad de las vacas locas”.
A Saddam Hussein le dijo: “Usted es mi amigo personal. Puede estar seguro de mi estima, consideración y apoyo”.
Nunca ocultó su abierto disgusto sobre todo lo que fuese anglo-americano en general y acerca de la lengua inglesa en particular. Cuando escuchó a un hombre de negocios francés hablar en inglés durante una conferencia, abandonó de inmediato la sala declarando que estaba “profundamente consternado”.
El periodista francés Guy Sorman recuerda esta frase de Chirac: “Para dirigir la diplomacia francesa basta hacer lo contrario de lo que haga el gobierno de los Estados Unidos, porque siempre se equivoca”.
Y el sueco Johan Norberg recuerda esta otra joya: “El liberalismo es tanto o más abominable que el comunismo”.
Sin embargo, no le faltan a Chirac admiradores o admiradoras, como la escritora mexicana Guadalupe Loaeza quien escribió el 20 de marzo pasado: “Si me di a la tarea de traducirlo y de transcribirlo en su totalidad – se refiere a un discurso de Chirac- fue para mostrar, en primer lugar, la pasión patriótica, la dignidad y el amor por su país que tiene”.
Cada cual sus amistades. O será que las condecoraciones con elogios se pagan.
Jacques Chirac tiene un pequeño historial pegado a la ubre del presupuesto público. Chirac habrá pasado 34 años cobrando del erario francés en puestos importantes: como Presidente (doce años), como Alcalde de París (18 años) y como Primer Ministro (en dos ocasiones, sumando cuatro años); más otros cinco años en puestos menores para un total de 39. Una vida.
O él merece un descanso o, mucho más probable, Francia merece descansar definitivamente de monsieur Chirac.
Durante su larga carrera Chirac ha acumulado algunos bienes envidiables, aún considerando tan sólo los que incluyó en su declaración patrimonial.
Anne Applebaum recopiló en un pequeño artículo en Slate.com algunas peculiares declaraciones de Chirac que lo dibujan claramente como la clase de diplomático que ha sido. Cito unos cuantas:
A unos líderes africanos, a principios de los años 90: “África no está preparada para la democracia”.
Sobre los británicos: “La única cosa que han hecho por la agricultura europea ha sido la enfermedad de las vacas locas”.
A Saddam Hussein le dijo: “Usted es mi amigo personal. Puede estar seguro de mi estima, consideración y apoyo”.
Nunca ocultó su abierto disgusto sobre todo lo que fuese anglo-americano en general y acerca de la lengua inglesa en particular. Cuando escuchó a un hombre de negocios francés hablar en inglés durante una conferencia, abandonó de inmediato la sala declarando que estaba “profundamente consternado”.
El periodista francés Guy Sorman recuerda esta frase de Chirac: “Para dirigir la diplomacia francesa basta hacer lo contrario de lo que haga el gobierno de los Estados Unidos, porque siempre se equivoca”.
Y el sueco Johan Norberg recuerda esta otra joya: “El liberalismo es tanto o más abominable que el comunismo”.
Sin embargo, no le faltan a Chirac admiradores o admiradoras, como la escritora mexicana Guadalupe Loaeza quien escribió el 20 de marzo pasado: “Si me di a la tarea de traducirlo y de transcribirlo en su totalidad – se refiere a un discurso de Chirac- fue para mostrar, en primer lugar, la pasión patriótica, la dignidad y el amor por su país que tiene”.
Cada cual sus amistades. O será que las condecoraciones con elogios se pagan.
Etiquetas: Anne Applebaum, antiamericanismo, bitácoras en la red, Chirac, Estado de Bienestar, Francia, política exterior, políticos, populismo
2 Comentarios:
Jajajjaaja! Ya extrañaba ese delicioso sentido de la ironía que tienes... Un abrazo!
Los políticos de todo el mundo se hacen pagar bastante bien los insustituibles e invaluables servicios prestados a los pueblos. No es extraño que Chirac haya logrado, mediante un continuado esfuerzo, acumular una gran fortuna.
Claro, un político siempre dirá que sus servicios son de lo más desinteresado, que únicamente los mueve el amor a su patria, cosa que no faltaría a la verdad si consideráramos al dolar o al euro como su patria.
Desde luego, estoy generalizando y podrá reprochárseme que indebidamente incluyo en la generalización a algunos que no entrarán en ese universo. Pero la excepción confirmará la regla.
Saludos, felicidades al autor. Coincido con j.s. zolliker, tu escritura, particularmente cuando te vales de la ironía, es verdaderamente deliciosa.
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