Nuestra tremenda incultura económica
“Un viejo economista decía que de la ignorancia en economía nacen todas las demagogias”: Enrique Fuentes Quintana (1924-2007).
Uno de los grandes problemas funcionales de las democracias es la tremenda ignorancia económica que florece en la opinión pública y que suele exhibirse entre los opinantes de oficio.
El recién fallecido economista español y ministro de Hacienda durante los años clave de la transición de España a la democracia – artífice en buena parte de los famosos Pactos de la Moncloa- lo decía en 1998 respondiendo a una entrevista que le hizo el periódico “El Mundo”. Cito una parte de esa entrevista:
Vergüenza ajena también sentimos por acá. Y no sólo por lo que se oye en el equivalente de las “tertulias radiofónicas” sino por lo que se lee y, por supuesto, por lo que nos llega a través del televisor.
De futbol y de economía todos opinan. El problema con la economía es que no es un saber tan intuitivo como parece – muchos grandes hallazgos económicos parecen ser precisamente contrarios a la intuición o a las consejas populares -, mientras que el futbol –dicen- es la mar de sencillo. Eso sí: los cronistas y los aficionados al futbol hablan una jerga tan arcana como la de los economistas. ¿Alguien me puede explicar qué es eso de “jugar con una línea de tres al frente”?, ¿es bueno, es malo?, ¿es futbol progre, futbol neoclásico o futbol neoliberal?
Uno de los grandes problemas funcionales de las democracias es la tremenda ignorancia económica que florece en la opinión pública y que suele exhibirse entre los opinantes de oficio.
El recién fallecido economista español y ministro de Hacienda durante los años clave de la transición de España a la democracia – artífice en buena parte de los famosos Pactos de la Moncloa- lo decía en 1998 respondiendo a una entrevista que le hizo el periódico “El Mundo”. Cito una parte de esa entrevista:
“La enseñanza del bachillerato debe administrar aquellos elementos de cultura que necesita el ciudadano para moverse en sociedad. Y hoy lo que se exige a los estudiantes es que conozcan la calcopirita y su cristalización. Lo lógico es que nadie se enfrente (para vivir en sociedad) a la calcopirita, y si tiene que hacerlo lo más probable es que lo haga por causas económicas, porque tenga una mina.
“Es más importante que se conozca como funciona una letra de cambio o un crédito. Un viejo economista decía que de la ignorancia en economía nacen todas las demagogias. Yo oí a un ministro de Franco decir en 1956 que una subida de los salarios no repercutiría en los precios, y a continuación subió los salarios un 30 por ciento”.
“Ha mejorado la cultura económica de los españoles, cada vez se informa mejor, lo que no ocurre con las tertulias radiofónicas que opinan de economía y uno siente a veces vergüenza ajena”.
Vergüenza ajena también sentimos por acá. Y no sólo por lo que se oye en el equivalente de las “tertulias radiofónicas” sino por lo que se lee y, por supuesto, por lo que nos llega a través del televisor.
De futbol y de economía todos opinan. El problema con la economía es que no es un saber tan intuitivo como parece – muchos grandes hallazgos económicos parecen ser precisamente contrarios a la intuición o a las consejas populares -, mientras que el futbol –dicen- es la mar de sencillo. Eso sí: los cronistas y los aficionados al futbol hablan una jerga tan arcana como la de los economistas. ¿Alguien me puede explicar qué es eso de “jugar con una línea de tres al frente”?, ¿es bueno, es malo?, ¿es futbol progre, futbol neoclásico o futbol neoliberal?
Etiquetas: economía del conocimiento, economistas, educación, futbol, incultura
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