¿Qué podemos aprender de los Pactos de la Moncloa?
Hace unas horas, en España, falleció un gran economista y hombre de Estado, don Enrique Fuentes Quintana, quien dotó de contenido sustancial a los Pactos de la Moncloa. El legado de Fuentes Quintana encierra muchas lecciones valiosas para México.
Mucho se suele hablar de los Pactos de la Moncloa (octubre de 1977) como hecho clave en la transición de España a la democracia, pero poco se conoce de su esencia – fundamentalmente de reforma económica consensuada-, y mucho menos se conoce el papel crucial que jugó en ellos el ministro de Hacienda y Vicepresidente de Gobierno de ese entonces, el profesor Enrique Fuentes Quintana.
El fallecimiento de este personaje clave de la historia contemporánea de España, a los 83 años de edad, coincide con un momento singular en la vida de México, al cual mucho pueden aportar su ejemplo y su legado.
Artífice de la reforma tributaria que modernizó la Hacienda Pública en España, Fuentes Quintana fue, además de solvente economista, un funcionario público fuera de serie que hizo gala de una gran maestría política para generar acuerdos entre las distintas fuerzas políticas y para diseñar mecanismos de consenso – como los Pactos de la Moncloa- de suma de acuerdos sin restricciones de entrada para los participantes.
Convencido de la necesidad de vincular indisolublemente los ingresos con los gastos del Estado, y de hacer el gasto público no sólo transparente sino eficaz, Fuentes Quintana – ya retirado de la vida pública- pedía en 1998 que la siguiente reforma fiscal contemplase lo siguiente: “Me gustaría que junto con la declaración se nos dijera qué se ha hecho con el dinero entregado el año anterior (al fisco)”. Y explicaba que el entonces ministro de Hacienda, José Borell, ante su petición, le envió una carta “en la que me decía las cantidades gastadas en salud, educación o seguridad social. Cuando nos vimos me dijo: ‘Estarás contento’. Y yo le dije: ‘¡En absoluto!, porque lo que yo quería saber es cuántos puestos escolares se han creado y a qué costo, cuántas camas de hospital y a qué precio, o qué cuesta un litro de aceite en forma de subvenciones’. El gasto no es índice de eficiencia, es índice de potencia, de capacidad, pero no de eficacia”. (Ver entrevista completa aquí).
Pertinente y crucial mensaje para el México de hoy.
Mucho se suele hablar de los Pactos de la Moncloa (octubre de 1977) como hecho clave en la transición de España a la democracia, pero poco se conoce de su esencia – fundamentalmente de reforma económica consensuada-, y mucho menos se conoce el papel crucial que jugó en ellos el ministro de Hacienda y Vicepresidente de Gobierno de ese entonces, el profesor Enrique Fuentes Quintana.
El fallecimiento de este personaje clave de la historia contemporánea de España, a los 83 años de edad, coincide con un momento singular en la vida de México, al cual mucho pueden aportar su ejemplo y su legado.
Artífice de la reforma tributaria que modernizó la Hacienda Pública en España, Fuentes Quintana fue, además de solvente economista, un funcionario público fuera de serie que hizo gala de una gran maestría política para generar acuerdos entre las distintas fuerzas políticas y para diseñar mecanismos de consenso – como los Pactos de la Moncloa- de suma de acuerdos sin restricciones de entrada para los participantes.
Convencido de la necesidad de vincular indisolublemente los ingresos con los gastos del Estado, y de hacer el gasto público no sólo transparente sino eficaz, Fuentes Quintana – ya retirado de la vida pública- pedía en 1998 que la siguiente reforma fiscal contemplase lo siguiente: “Me gustaría que junto con la declaración se nos dijera qué se ha hecho con el dinero entregado el año anterior (al fisco)”. Y explicaba que el entonces ministro de Hacienda, José Borell, ante su petición, le envió una carta “en la que me decía las cantidades gastadas en salud, educación o seguridad social. Cuando nos vimos me dijo: ‘Estarás contento’. Y yo le dije: ‘¡En absoluto!, porque lo que yo quería saber es cuántos puestos escolares se han creado y a qué costo, cuántas camas de hospital y a qué precio, o qué cuesta un litro de aceite en forma de subvenciones’. El gasto no es índice de eficiencia, es índice de potencia, de capacidad, pero no de eficacia”. (Ver entrevista completa aquí).
Pertinente y crucial mensaje para el México de hoy.
Etiquetas: Enrique Fuentes Quintana, España, gasto público, Pactos de la Moncloa, reforma fiscal, transición a la democracia
6 Comentarios:
Buena letra estimado.
Lo invito coordialmente a panesypeces.blogspot.com
saludos. Y a que deje su opinion.
La verdad yo no sé mucho de este señor, pero me parece muy interesante aquello de que el gasto no es índice de eficiencia. Lo malo es que para algunos políticos es más fácil firmar o votar por aumentar el gasto que hacer bien su chamba y que el dinero se gaste bien. Como no es suyo...
Un abrazo,
Farina: Vsitaré su sitio. Gracias por el comentario.
RMM
Mari:
La verdad Fuentes Quintana es muy poco conocido fuera de España y fuera de cierta época - en la que tú aún no habías nacido- en la que jugó un papel muy relevante. Cuando vi anoche la noticia de su muerte - murió como a la una de la madrugada del jueves, y según parece padecía Alzheimer- busqué material sobre él dado el papel que jugó en los Pactos de la Moncloa, y dado que en la próxima reforma fiscal (en realidad un conjunto de propuestas muy amplio y plural para renovar la Hacienda Pública) que se discutirá en México, el ejemplo de los Pactos de la Moncloa y de la apertura y - ese sí- buen talante de Fuentes para la negociación y el acuerdo, son un ejemplo a seguir. Ahí encontré esa entrevista que en 1998 le hiciese el periódico El Mundo y esa parte, que destaco, que me parece genial. Tú sabes, por cierto, que desde hace años yo he pugnado por una reforma presupuestal en México que oriente el gasto a resultados verificables y que haga obligatorios los análisis rigurosos de costo-beneficio para las invesriones públicas, similar a la ejemplar reforma en la materia que hicieron en Nueva Zelanda (después imitada en Australia, Irlanda, Reino Unido y, con bastantes peros, en Estados Unidos). Parece llegada la hora para tal reforma en México y parece, por lo que se dice, que un ingrediente esencial de la reforma que viene será precisamente ése.
Un abrazo.
Justo pensaba ese símil hoy en la mañana. Como ves a Calderón? Creo -hasta el momento- que tiene esa capacidad negociadora. La reunion Panista de la semana pasada, se tejió increíblemente. Será que puede preparar esa transición? Será que ahora, con el dictamen de la Suprema Corte de Justicia sobre la inconstitucionalidad de la Ley Televisa, podrá dar un buen paso para terminar con TODOS los MONOPOLIOS de México?... Un abrazo!
José:
Gracias por tus comentarios.
Creo que el actual gobierno tiene, como dijo hoy Jaime Sánchez Susarrey, "un cielo despejado" para seguir adelante. Para mí fue muy esclarecedor el concepto de los pactos (ojo, con el plural) de la Moncloa, que fueron incluyentes en el sentido de no imponer la adopción total a la totalidad de los pactos para ser parte del conjunto; por el contrario, bastaba coincidir en una de las partes para ser considerado como parte del Pacto en un sentido general (de ahí que se les llamase pactos acumulativos y multilaterales; no de mínimos y unilaterales). El gobierno de Calderón parace ir pos este camino. Ya veremos en el caso de la reforma fiscal, donde, por cierto, el PRD (lo inteligente, que lo debe haber, del PRD) tiene la gran oportunidad de sumarse al acuerdo y dejar, a la vera del camino, al loquito de Tabasco con su radicalismo de todo o nada y antiinstitucional.
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