No era un cuento chino, era un pedo de asno
Una vez disipado el estruendo que los dejó entre alelados y expectantes, los sagaces comunicadores se llaman a engaño y se enojan en la misma medida que se exhibieron como propagadores de flatos…
No es muy elegante el símil, pero es elocuente. Dice el filósofo español Fernando Savater que es “mucho más fácil combatir la influencia social perniciosa de un sofisma complejo y sutil que la de un dogma planfetario, simple como el pedo de un asno. El sofisma está construido para engañar a los que tienen el hábito de razonar, los cuales por tanto pueden también ser ‘desengañados’ merced a otros razonamientos que demuestren la falsedad del primero; el dogma tipo ‘pedo de asno’ en cambio engaña a aquellos que no suelen ser persuadidos por los argumentos sino que prefieren cuanto halaga la disposición bovina de buscar pienso o embestir”.
Un porcentaje considerable de los medios de comunicación en México y de colegas periodistas viven pendientes de los pedos de los asnos, cuanto más estruendosos ¡mejor!
El miércoles, por ejemplo, se disipó el más reciente de estos flatos “irrefutables” y al mediodía escuché en la radio del automóvil la irritación de un comunicador – Joaquín López Dóriga- quien se mostraba indignado porque, alegaba, nadie le sabía decir dónde estaban físicamente los dólares que hace meses se decomisaron de la casa de un chino naturalizado mexicano. Ya días antes alguien le había explicado que los billetes de dólar son bienes fungibles, por lo que no sólo es irrelevante sino prácticamente imposible saber dónde están todos y cada uno de esos billetes, una vez que se acreditó su valor y se registró a favor de alguien en una institución financiera; los billetes – meros símbolos del valor de cambio- regresan a la corriente tumultuosa de los mercados. Hubiese bastado que la primera vez que se lo explicaron - ¡aún cuando parece innecesario explicar a un adulto cómo funciona el dinero!- el comunicador acudiese al diccionario y leyese: “Bienes fungibles: aquellos en reemplazo de los cuales se admite legalmente otro tanto de igual calidad”.
Pero no, una vez encantados con los pedos de los asnos, algunos ya no razonan, les basta con embestir o con irse tras la pastura. El famoso comunicador concluyó enojado: “¡Lo que hay que oir!”. Pues sí, Joaquín, lo que hay que oir…
No es muy elegante el símil, pero es elocuente. Dice el filósofo español Fernando Savater que es “mucho más fácil combatir la influencia social perniciosa de un sofisma complejo y sutil que la de un dogma planfetario, simple como el pedo de un asno. El sofisma está construido para engañar a los que tienen el hábito de razonar, los cuales por tanto pueden también ser ‘desengañados’ merced a otros razonamientos que demuestren la falsedad del primero; el dogma tipo ‘pedo de asno’ en cambio engaña a aquellos que no suelen ser persuadidos por los argumentos sino que prefieren cuanto halaga la disposición bovina de buscar pienso o embestir”.
Un porcentaje considerable de los medios de comunicación en México y de colegas periodistas viven pendientes de los pedos de los asnos, cuanto más estruendosos ¡mejor!
El miércoles, por ejemplo, se disipó el más reciente de estos flatos “irrefutables” y al mediodía escuché en la radio del automóvil la irritación de un comunicador – Joaquín López Dóriga- quien se mostraba indignado porque, alegaba, nadie le sabía decir dónde estaban físicamente los dólares que hace meses se decomisaron de la casa de un chino naturalizado mexicano. Ya días antes alguien le había explicado que los billetes de dólar son bienes fungibles, por lo que no sólo es irrelevante sino prácticamente imposible saber dónde están todos y cada uno de esos billetes, una vez que se acreditó su valor y se registró a favor de alguien en una institución financiera; los billetes – meros símbolos del valor de cambio- regresan a la corriente tumultuosa de los mercados. Hubiese bastado que la primera vez que se lo explicaron - ¡aún cuando parece innecesario explicar a un adulto cómo funciona el dinero!- el comunicador acudiese al diccionario y leyese: “Bienes fungibles: aquellos en reemplazo de los cuales se admite legalmente otro tanto de igual calidad”.
Pero no, una vez encantados con los pedos de los asnos, algunos ya no razonan, les basta con embestir o con irse tras la pastura. El famoso comunicador concluyó enojado: “¡Lo que hay que oir!”. Pues sí, Joaquín, lo que hay que oir…
Etiquetas: crisis de los medios, dinero, dogmas panfletarios, escándalos, Fernando Savater, ficciones, metáforas, pedos de asno
9 Comentarios:
Quienes se dicen "desilusionados" por la conferencia que dio el señor Ye Gon el día de ayer lo están, no por lo que se haya dicho o dejado de decir en la misma, sino por una razón muy simple: se ilusionaron.
Solo puede desilusionarse el que se ilusiona y solo se ilusiona quien tiene una ilusión, que por definición es algo que no puede ser verdad, un producto de la imaginación o del engaño, un deseo atractivo, en el mejor de los casos.
Si en lugar de ilusionarse hubieran pensado en la probabilidad que existía de que la historia del Sr. Ye Gon fuera cierta no le hubieran prestado mayor atención. Pero es más fácil ilusionarse y comprar billetes de lotería.
Jajajajajaj! Hemos escrito sobre el mismo asunto. Lo más increíble de todo, es la atención que ha levantado un asunto tan... pedo de burro. No puedo creer que la mismísma Carmen dedique horas al análisis, contra-analisis, debate, discusión y tonterias-pedos-de-burro para investigar porqué 250 millones de la Campaña Presidencial de Calderón fueron encontrados en casa del chino... lástima que no se haya puesto a investigar, quien del equipo de Calderón tiene alzheimer para olvidar 250 millones de dólares, no usarlos durante la campaña, y eso sí, "recordar" donde estaban, 8 meses después de que ya fuera presidente electo...
Ricardo
Ni en la época de las bancas florentina y veneciana se daban muestras de
tanta ignorancia. Me imagino que cuando Joaquín deposita su sueldo el banco
le informa siempre dónde se encuentra el cheque. O cuando deposita dinero en
efectivo, tampoco le es suficiente con saber que puede girar contra su saldo
en la cuenta de cheques, el banco le informa siempre por dónde están
circulando los billetes que depositó. Menos sabe el pobre que quiere decir
esa palabra tan extraña: "fungible".
FGD
(Comentario recibido en mi correo personal RMM)
JJAAAJJAAJJA Excelente tocayo....excelente.
Ricardo Valenzuela
(Comentario recibido en mi correo personal)
Nombre:Godofredo Email:godofredo82@hotmail.com Fecha:2007/7/20
Comentario:
Doriga, ignorante que es, ha caído en los pedos del Chino. Lo malo es que Dóriga se siente el "representante" del pueblo. Ya se hace "guey "de como apoyó a López.
(Comentario recibido en Asuntos Capitales)
Nombre:ulisesyuman Email:ulisesyuman@hotmail.com Fecha:2007/7/21
Comentario:
Jajaja buen articulo de esos que se quedan en la mente del lector (que es lo importante ¿que no?)les recuerdo que las personas que dan la noticia no tienen que ser peritos en el sunto del que tratan,sólo se debe decir lo que el apuntador ordene. Ricardo te la volaste jaja
(Comentario recibido en "Asuntos Capitales").
Nombre:Godofredo Email:godofredo82@hotmail.com Fecha:2007/7/21
Comentario:
Ulises, creo que no has oído López Dóriga en la radio. Habla por cierto sin apuntador, y se siente experto en todos los temas. Nada que ver con el Dóriga de la tele. Saludos.
(Comentario recibido en "Asuntos Capitales").
Nombre:Juan Ramón Gómez Email:filemonlimon@yahoo.com Fecha:2007/7/23
Comentario:
¡Excelentes Ricardo, y Godofredo! Se le olvidó a Joaquín que decía casi todas las tardes edurante el sexenio pasado en la radio, que López "iba de muertito", directo a Los Pinos. Y ya se le olvidó también a López - Dóriga, que durante buena parte de 2005, y el primer semestre del año pasado, afirmaba por igual, que las únicas preocupaciones de López, debían ser el adivinar con cuantos puntos de ventaja ganaría la Presidencia, y a quienes nombrar en su Gabinete... ¡Que bueno que se equivocó!
(Comentario recibido en "Asuntos Capitales").
Toda esta información me interesa, pero desde mi humilde punto de vista carece de profundidad y nivel, por tanto no volveré a perder mi tiempo.
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