Perímetros y otras barbaridades
¿Qué hacen estos personajes cuando comen?, ¿depositan los alimentos en el perímetro de sus boquitas?, ¿disfrutan el perímetro de una tortilla? ¿Duermen en el perímetro de sus habitaciones?, ¿se suenan las narices con el perímetro de sus pañuelos?
Me cuentan, no pude verlo, que el viernes fue una maravilla en varias calles del centro de la ciudad de México, como Correo Mayor, Corregidora, Moneda. Hasta antes de este desalojo rodear a pie el Palacio Nacional – por esas tres calles- tomaba 45 minutos de arriesgada aventura entre empujones, sudores, mentadas de madre e insistentes reclamos mercantiles. Si el milagro del tránsito libre aún persiste el 15 de febrero, el señor Marcelo Ebrard merecerá un sobrio elogio.
Alrededor de esta noticia (en su perímetro) locutores, periodistas y redactores se regocijaron repitiendo un arraigado barbarismo: Anunciaron que del perímetro del centro histórico de la ciudad habían sido desalojados los vendedores ambulantes; los más sesudos nos ofrecieron más señas: el desalojo fue en el perímetro A. No tienen remedio, su desprecio por el lenguaje es abrumador; su incultura es omnímoda; su desparpajo para repetir disparates, inconmovible. Con decir que hasta un colega que antaño fue redactor de enciclopedias escribió, él también, ese despropósito que significaría nada menos que el centro de la ciudad no es tal, sino puro perímetro ¿rodeando qué?, ¿la punta del asta bandera en la plaza principal?
El colmo fue este titular secundario en una nota de la edición en línea del periódico “Reforma” – viernes 12 de octubre, 16:30 horas- que proclamaba:
“El Gobierno del DF señaló que vigilará la periferia del perímetro A del Centro, para evitar que se dé el llamado ‘efecto cucaracha’”
¿Cómo es el contorno de un contorno?, ¿el límite de un límite?, ¿los alrededores de un alrededor?, ¿las orillas de una orilla?, ¿la periferia de un perímetro? Sospecho que los vigilantes pasarán muchos apuros para cumplir su misión…
Bueno, tal vez todo esto sólo sea otra manifestación de que “México es diferente”. Aquí, por razones que se resisten a ser razonables, todo es perímetro, alrededor, periferia, orillas, límite.
Tal vez por eso México es un país extasiado en la contemplación del propio ombligo: Un centro inexistente, un punto que es puro perímetro rodeado de periferia, un centro ignoto, pero imaginado, donde se acumulan excrecencias en las que nos extasiamos
Me cuentan, no pude verlo, que el viernes fue una maravilla en varias calles del centro de la ciudad de México, como Correo Mayor, Corregidora, Moneda. Hasta antes de este desalojo rodear a pie el Palacio Nacional – por esas tres calles- tomaba 45 minutos de arriesgada aventura entre empujones, sudores, mentadas de madre e insistentes reclamos mercantiles. Si el milagro del tránsito libre aún persiste el 15 de febrero, el señor Marcelo Ebrard merecerá un sobrio elogio.
Alrededor de esta noticia (en su perímetro) locutores, periodistas y redactores se regocijaron repitiendo un arraigado barbarismo: Anunciaron que del perímetro del centro histórico de la ciudad habían sido desalojados los vendedores ambulantes; los más sesudos nos ofrecieron más señas: el desalojo fue en el perímetro A. No tienen remedio, su desprecio por el lenguaje es abrumador; su incultura es omnímoda; su desparpajo para repetir disparates, inconmovible. Con decir que hasta un colega que antaño fue redactor de enciclopedias escribió, él también, ese despropósito que significaría nada menos que el centro de la ciudad no es tal, sino puro perímetro ¿rodeando qué?, ¿la punta del asta bandera en la plaza principal?
El colmo fue este titular secundario en una nota de la edición en línea del periódico “Reforma” – viernes 12 de octubre, 16:30 horas- que proclamaba:
“El Gobierno del DF señaló que vigilará la periferia del perímetro A del Centro, para evitar que se dé el llamado ‘efecto cucaracha’”
¿Cómo es el contorno de un contorno?, ¿el límite de un límite?, ¿los alrededores de un alrededor?, ¿las orillas de una orilla?, ¿la periferia de un perímetro? Sospecho que los vigilantes pasarán muchos apuros para cumplir su misión…
Bueno, tal vez todo esto sólo sea otra manifestación de que “México es diferente”. Aquí, por razones que se resisten a ser razonables, todo es perímetro, alrededor, periferia, orillas, límite.
Tal vez por eso México es un país extasiado en la contemplación del propio ombligo: Un centro inexistente, un punto que es puro perímetro rodeado de periferia, un centro ignoto, pero imaginado, donde se acumulan excrecencias en las que nos extasiamos
Etiquetas: barbarismos, Ciudad de México, disparates, lengua española, libertad de tránsito, Marcelo Ebrard ó "La Ciudad", México hoy, periodismo
3 Comentarios:
De algo estoy seguro, con o sin drenaje profundo, el perímetro A, no sufrirá inundaciones.
Estoy de acuerdo en que los periodistas son muy duchos con los barbarismos, pero en este caso están tomando unas denominaciones que vienen en los decretos presidenciales de declaratoria de CH de la Ciudad de México. Entonces, el "perímetro A" es lo que otras palabras llamaríamos el primer cuadro de la ciudad. Por mi profesión suelo oir esos dichosos perímetros y también me irritan porque el "centro histórico" fue fijado por el gobierno y no por los ciudadanos
liberalsanjuanista.blogspot.com
Yo de lo que estoy seguro es de que tardaron mas en desalojarlos que lo que ellos tardarán en regrasar
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