Hillary: el pragmatismo podría funcionar
La débil esperanza es que, así sea por pragmatismo y por la prudente asesoría de economistas competentes, Hillary como presidenta ayudase a que pierda terreno el populismo ramplón que hoy seduce a muchos estadounidenses y que les lleva a oponerse al libre comercio y a la libre migración.
Si uno revisa el historial de los votos de Hillary Clinton en el Senado en asuntos cruciales como finanzas públicas, libre comercio, libre migración, derechos civiles, seguridad nacional y política exterior la mejor conclusión que obtiene es que la senadora Clinton ha votado siempre a favor de…Hillary Clinton y lo que pueda favorecer su carrera política.
Un día (septiembre de 2006) vota a favor de la construcción de un muro en la frontera con México – porque hacia allá soplan los vientos de las encuestas- y meses después (junio de 2007) vota en contra de la propuesta chauvinista de proclamar al Inglés como la única lengua oficial del gobierno de los Estados Unidos, tal vez porque "eso" – prohibir el uso de otras lenguas en todo el gobierno – ya sería "demasiado".
Lo mismo sucede en asuntos de libre comercio, déficit fiscal y demás. La senadora Clinton no quiere disgustar a ningún grupo relevante de electores y apuesta siempre por lo que se considera "políticamente correcto". No es feminista recalcitrante, sino moderada. No es una campeona del libre comercio, sino tibia defensora del mismo (votó a favor del tratado de libre comercio con Chile en julio de 2003, pero en contra del tratado de libre comercio con América Central en octubre de 2005), no detesta a los inmigrantes y los culpa de todos los males, pero tampoco es una defensora a ultranza de la libre migración.
La única convicción inamovible que se le conoce es que es cien por ciento Pro-Hillary.
Por decepcionante que resulte, este pragmatismo podría resultar relativamente bueno, ante el ominoso renacimiento del proteccionismo comercial (dos tercios de los electores republicanos creen que el libre comercio es dañino para Estados Unidos) y de los prejuicios contra la libre migración que están creciendo en ese país. Una no- fanática en la Presidencia, buscando la reelección, puede atemperar el fanatismo que pulula en el ambiente. Ojalá. Por lo pronto sus asesores económicos son competentes y experimentados.
Yo preferiría mil veces al senador por Arizona, republicano, John McCain…, pero sus probabilidades son pocas.
Si uno revisa el historial de los votos de Hillary Clinton en el Senado en asuntos cruciales como finanzas públicas, libre comercio, libre migración, derechos civiles, seguridad nacional y política exterior la mejor conclusión que obtiene es que la senadora Clinton ha votado siempre a favor de…Hillary Clinton y lo que pueda favorecer su carrera política.
Un día (septiembre de 2006) vota a favor de la construcción de un muro en la frontera con México – porque hacia allá soplan los vientos de las encuestas- y meses después (junio de 2007) vota en contra de la propuesta chauvinista de proclamar al Inglés como la única lengua oficial del gobierno de los Estados Unidos, tal vez porque "eso" – prohibir el uso de otras lenguas en todo el gobierno – ya sería "demasiado".
Lo mismo sucede en asuntos de libre comercio, déficit fiscal y demás. La senadora Clinton no quiere disgustar a ningún grupo relevante de electores y apuesta siempre por lo que se considera "políticamente correcto". No es feminista recalcitrante, sino moderada. No es una campeona del libre comercio, sino tibia defensora del mismo (votó a favor del tratado de libre comercio con Chile en julio de 2003, pero en contra del tratado de libre comercio con América Central en octubre de 2005), no detesta a los inmigrantes y los culpa de todos los males, pero tampoco es una defensora a ultranza de la libre migración.
La única convicción inamovible que se le conoce es que es cien por ciento Pro-Hillary.
Por decepcionante que resulte, este pragmatismo podría resultar relativamente bueno, ante el ominoso renacimiento del proteccionismo comercial (dos tercios de los electores republicanos creen que el libre comercio es dañino para Estados Unidos) y de los prejuicios contra la libre migración que están creciendo en ese país. Una no- fanática en la Presidencia, buscando la reelección, puede atemperar el fanatismo que pulula en el ambiente. Ojalá. Por lo pronto sus asesores económicos son competentes y experimentados.
Yo preferiría mil veces al senador por Arizona, republicano, John McCain…, pero sus probabilidades son pocas.
Etiquetas: Elecciones Presidenciales EU, Hillary Clinton, John Mc Cain, libre comercio, libre migración, Partido Demócrata, Partido Republicano, políticos "transitivos", populismo
1 Comentarios:
¿Por que, Ricardo, prefieres John McCain sobre Ron Paul?
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