miércoles, 16 de julio de 2008

Los balbuceos de la Reserva Federal

Las declaraciones de ayer del presidente de la Reserva Federal podrían traducirse así: "La crisis ya me rebasó, no sé qué hacer y recen para que las cosas no se pongan peor antes de las elecciones".



Ben Bernanke debe estar pidiendo al cielo un milagro inusitado: Que el mundo se paralice por completo desde hoy hasta el miércoles 5 de noviembre. Lo que sea con tal de no afrontar, en plena campaña electoral, la que debería ser la tarea prioritaria de un banco central ante la inflación: Aplicar una política monetaria restrictiva.

Debe ser muy triste para un presidente de la Reserva Federal verse obligado a formular perogrulladas insustanciales como lo hizo Bernanke ayer ante la comisión de bancos del Senado:

"Evaluar exactamente y equilibrar adecuadamente los riesgos al panorama del crecimiento y la inflación es un desafío significativo para los responsables de la política monetaria"

Se antoja preguntar al atribulado banquero central: ¿Y cómo para cuándo, señor Bernanke, terminarán usted y sus colegas de la Fed con ese "significativo desafío" de evaluar y equilibrar riesgos y harán su tarea?

A los dos verbos – evaluar y equilibrar – Bernanke los reprende con dos adverbios "exactamente" y "adecuadamente". Es una antiquísima fórmula para hablar mucho sin decir nada.

El desastre detrás de estos balbuceos tiene su origen en el esquizofrénico mandato que los políticos le endilgaron a la Reserva Federal, ya que el banco central estadounidense se supone que tiene al mismo tiempo que combatir la inflación y propagarla mediante políticas monetarias laxas.

Hace casi 101 años, en 1907, Estados Unidos superó un terrible pánico financiero, con sus secuelas de corridas bancarias y demás, sin intervención alguna de la Reserva Federal, ya que la Reserva Federal no existía. Y la economía cumplió su penitencia: Hubo una caída del crecimiento en 1908, pero la economía se recuperó - más sana y un poquito más sabia- para 1909.

Años después, en 1913, los políticos crearon la Reserva Federal invocando la crisis de 1907. Así es la lógica de los políticos: si el mercado pudo resolver solo sus problemas es el momento de impedírselo, creando una instancia gubernamental que cause problemas.

Hoy, ante los balbuceos de la Fed tal vez algún sarcástico pregunte: Aparte de para complacer a los políticos y generar crisis con la expansión voluntariosa del crédito, ¿para qué sirve la Reserva Federal?

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