Análisis erróneo y receta fracasada
Los mitos tienen una trágica capacidad: Persisten en la mente de algunos aún ante los embates más contundentes de la realidad.
Tal es el caso, por ejemplo, de dos mitos complementarios: 1. Es deseable para un país como México tener un superávit en cuenta corriente; aunque se olvida mencionar que la contraparte de ese superávit es un déficit en la cuenta de capitales y 2. Es deseable manipular el tipo de cambio para generar dicho superávit; aunque se olvida mencionar que la política de las “devaluaciones competitivas” es sólo un tramposo mecanismo para disminuir los salarios en beneficio de una utilidad, efímera, para los exportadores.
Hace unos días el profesor José Luis Calva, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, anunció como “buena noticia” que si bien la crisis ha ocasionado una caída de las exportaciones mexicanas ésta ha sido acompañada de una caída relativamente mayor de las importaciones, de forma que ha disminuido el déficit comercial (se supone que esta última es la “buena noticia”) y atribuye este fenómeno, sin más, a la depreciación. Cito: La “causa radica en la devaluación del peso mexicano”.
Hecho este muy pobre análisis, el profesor propone inducir, de forma deliberada, una mayor depreciación del peso para que una situación de superávit comercial permanente se convierta en un “blindaje endógeno” contra los efectos de la crisis global (en “El Universal”, 16 de abril de 2009).
El primer gran error analítico de Calva es desdeñar que la principal caída de las importaciones se ha dado en los bienes intermedios; aquellos que en su inmensa mayoría se importan para transformarse en México y más tarde exportarse. La integración de la industria manufacturera de México con la industria estadounidense es casi total, de forma que si, como ahora sucede, cae verticalmente la demanda en Estados Unidos, los inventarios para producción de exportaciones manufactureras (autos, computadoras, televisores, entre otras) automáticamente se ajustan a la baja. Importamos sólo los bienes intermedios que esperamos exportar como bienes finales.
La causa de la caída, tanto de las exportaciones como de las importaciones, es la integración industrial México - Estados Unidos, NO la depreciación del peso.
En un análisis deficiente el investigador acomodó dos mitos típicos del mercantilismo: 1. Exportar es bueno, importar es malo y 2. Es deseable manipular el tipo de cambio para inducir una depreciación de la moneda.
Es como leer que hoy, en 2009, un investigador propone usar sanguijuelas para curar la leucemia.
Tal es el caso, por ejemplo, de dos mitos complementarios: 1. Es deseable para un país como México tener un superávit en cuenta corriente; aunque se olvida mencionar que la contraparte de ese superávit es un déficit en la cuenta de capitales y 2. Es deseable manipular el tipo de cambio para generar dicho superávit; aunque se olvida mencionar que la política de las “devaluaciones competitivas” es sólo un tramposo mecanismo para disminuir los salarios en beneficio de una utilidad, efímera, para los exportadores.
Hace unos días el profesor José Luis Calva, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, anunció como “buena noticia” que si bien la crisis ha ocasionado una caída de las exportaciones mexicanas ésta ha sido acompañada de una caída relativamente mayor de las importaciones, de forma que ha disminuido el déficit comercial (se supone que esta última es la “buena noticia”) y atribuye este fenómeno, sin más, a la depreciación. Cito: La “causa radica en la devaluación del peso mexicano”.
Hecho este muy pobre análisis, el profesor propone inducir, de forma deliberada, una mayor depreciación del peso para que una situación de superávit comercial permanente se convierta en un “blindaje endógeno” contra los efectos de la crisis global (en “El Universal”, 16 de abril de 2009).
El primer gran error analítico de Calva es desdeñar que la principal caída de las importaciones se ha dado en los bienes intermedios; aquellos que en su inmensa mayoría se importan para transformarse en México y más tarde exportarse. La integración de la industria manufacturera de México con la industria estadounidense es casi total, de forma que si, como ahora sucede, cae verticalmente la demanda en Estados Unidos, los inventarios para producción de exportaciones manufactureras (autos, computadoras, televisores, entre otras) automáticamente se ajustan a la baja. Importamos sólo los bienes intermedios que esperamos exportar como bienes finales.
La causa de la caída, tanto de las exportaciones como de las importaciones, es la integración industrial México - Estados Unidos, NO la depreciación del peso.
En un análisis deficiente el investigador acomodó dos mitos típicos del mercantilismo: 1. Exportar es bueno, importar es malo y 2. Es deseable manipular el tipo de cambio para inducir una depreciación de la moneda.
Es como leer que hoy, en 2009, un investigador propone usar sanguijuelas para curar la leucemia.
Etiquetas: cepalinos trasnochados, comercio exterior, IIE UNAM, José Luis Calva, locos por la crisis, mercatilismo, tipo de cambio
1 Comentarios:
En cuanto leo o escucho "investigador de la UNAM" mi alarma detectora de patrañas se dispara.
¿Quién otorga y en base a que méritos el título de "investigador de la UNAM"?
¿Lo que declara a los medios un "investigador de la UNAM" es necesariamente el resultado de una investigación apegada a los rigores de la ciencia?
¿Acaso al ser expresada por "investigadorde la UNAM" las opiniones dejan de serlo y se convierten en hechos?
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