Pedagogía de la irresponsabilidad
Cada vez hay más semejanzas entre la actual crisis financiera en Estados Unidos y la crisis de México que se incubó durante 1994: Los contribuyentes terminarán pagando billones de dólares para premiar la incompetencia de los reguladores, la laxitud del banco central, la venalidad de los intermediarios financieros y la irresponsabilidad de los deudores.
Sólo pasa en el mundo de la política: Si el regulador falló miserablemente, los legisladores lo premian dándole más atribuciones reguladoras – que inhiben los correctivos que imponen los mercados- así como si alguna entidad gubernamental no ha cumplido su trabajo, la “solución” es aventarle más carretadas de dinero de los contribuyentes.
En inglés se le conoce como “moral hazard” y se suele traducir al español como “riesgo moral”. En realidad se trata de aquellas conductas irresponsables que las autoridades estimulan al rescatar una y otra vez a quienes han incurrido en pérdidas derivadas de su propio desempeño incompetente, inmoral, incluso fraudulento.
Durante sus 95 años de existencia, como escribía ayer en las páginas de The Wall Street Journal Allan Meltzer, la Reserva Federal de Estados Unidos ha acumulado un desastroso historial como regulador financiero. Falló, recuerda Meltzer (autor de la más completa historia de la Reserva Federal), con la crisis de las “punto com”, falló con la crisis de las hipotecas de baja calidad, por sólo mencionar dos de los yerros más recientes. Como “premio” a ese historial ahora se propone que la Reserva Federal también regule a los bancos de inversión.
Esas nuevas facultades reguladoras entorpecerán el funcionamiento de los bancos de inversión pero son, además, un claro aviso: En caso de incompetencia, irresponsabilidad o fraude, también los bancos de inversión acabarán siendo rescatados.
Rescatar es un verbo que hace salivar de gusto a los políticos, especialmente si son legisladores, porque los políticos viven de vestirse de superhéroes al rescate de los atribulados. Se alimentan de problemas y provocan más problemas por si acaso faltasen. Nada mejor para estimular conductas que terminarán en tribulaciones que la pedagogía de la irresponsabilidad: “No te preocupes, actúa irresponsablemente, aquí está el Estado como asegurador y regulador universal”.
Al igual que México pagó una dura penitencia en 1995-1996, la salida de la crisis financiera para Estados Unidos inevitablemente se pagará con menor crecimiento, pérdida de empleos, restricción crediticia y aceptación de pérdidas. Mientras más se tarden en corregir, más doloroso será el remedio.
Sólo pasa en el mundo de la política: Si el regulador falló miserablemente, los legisladores lo premian dándole más atribuciones reguladoras – que inhiben los correctivos que imponen los mercados- así como si alguna entidad gubernamental no ha cumplido su trabajo, la “solución” es aventarle más carretadas de dinero de los contribuyentes.
En inglés se le conoce como “moral hazard” y se suele traducir al español como “riesgo moral”. En realidad se trata de aquellas conductas irresponsables que las autoridades estimulan al rescatar una y otra vez a quienes han incurrido en pérdidas derivadas de su propio desempeño incompetente, inmoral, incluso fraudulento.
Durante sus 95 años de existencia, como escribía ayer en las páginas de The Wall Street Journal Allan Meltzer, la Reserva Federal de Estados Unidos ha acumulado un desastroso historial como regulador financiero. Falló, recuerda Meltzer (autor de la más completa historia de la Reserva Federal), con la crisis de las “punto com”, falló con la crisis de las hipotecas de baja calidad, por sólo mencionar dos de los yerros más recientes. Como “premio” a ese historial ahora se propone que la Reserva Federal también regule a los bancos de inversión.
Esas nuevas facultades reguladoras entorpecerán el funcionamiento de los bancos de inversión pero son, además, un claro aviso: En caso de incompetencia, irresponsabilidad o fraude, también los bancos de inversión acabarán siendo rescatados.
Rescatar es un verbo que hace salivar de gusto a los políticos, especialmente si son legisladores, porque los políticos viven de vestirse de superhéroes al rescate de los atribulados. Se alimentan de problemas y provocan más problemas por si acaso faltasen. Nada mejor para estimular conductas que terminarán en tribulaciones que la pedagogía de la irresponsabilidad: “No te preocupes, actúa irresponsablemente, aquí está el Estado como asegurador y regulador universal”.
Al igual que México pagó una dura penitencia en 1995-1996, la salida de la crisis financiera para Estados Unidos inevitablemente se pagará con menor crecimiento, pérdida de empleos, restricción crediticia y aceptación de pérdidas. Mientras más se tarden en corregir, más doloroso será el remedio.
Etiquetas: banco central, crisis, inflación, mercados financieros, regulaciones, Reserva Federal, riesgo moral
1 Comentarios:
A propósito:
http://www.marginalrevolution.com/marginalrevolution/2008/07/in-defense-of-s.html
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