domingo, 14 de septiembre de 2008

Reinventarnos como país NO petrolero (3 de septiembre)

El martes 2 de septiembre la mezcla mexicana de petróleo cerró en $100.88 dólares por barril, un precio 30 dólares por debajo del de hace dos meses. Ante esta tendencia, que parece duradera, sigo sosteniendo que sería una temeridad presupuestar los ingresos federales de 2009 con la previsión de un precio del petróleo mexicano arriba de los $75 dólares.



En diarios de circulación global, como Financial Times, la legendaria General Motors está anunciando en planas a color que ahora sí de veras le están apostando a los vehículos eléctricos, específicamente a construir el "Chevy Volt". Anticipan que el 16 de septiembre de 2008 empieza, para ellos, su segunda centuria y también definen: "Nuestro desafío: Nada menos que reinventar el automóvil".

Es propaganda, desde luego, y debe tomarse con escepticismo, pero también es otra de las múltiples señales de que 2008, con sus altos precios del petróleo, pasará a la historia como un punto de inflexión mundial en materia energética.

Tres puntos a tomar en cuenta para poner en perspectiva este cambio de tendencia: 1. Sí hay fundamentos reales que explican el episodio de los altos precios del petróleo; es un hecho que ya no existe aquél margen o amortiguador de unos 5 o más millones de barriles de petróleo excedentes en el mercado global que, otrora, ayudaba a sortear los golpes circunstanciales de oferta (un huracán, una huelga, una tensión bélica) y es un hecho que en el corto y mediano plazos no se ve forma de reconstruir ese margen; pero también es cierto que…

2. Los precios funcionan con singular flexibilidad en una economía global. La caída de la demanda de gasolina en Estados Unidos (así como de millas recorridas y hasta de accidentes fatales en autopistas y caminos) es un ejemplo de libro de texto de cómo funciona la pendiente negativa de la curva de la demanda; suben los precios, cae la cantidad demandada; esto para países como México significa que…

3. Así como GM se plantea, parece que ahora sí en serio, "reinventar el automóvil", países petroleros cuyas reservas declinan inexorablemente (con o sin reformas) deben reinventarse lo antes posible como países no petroleros, mediante reformas fiscales radicales y un achicamiento significativo del sector público, dictado por criterios de eficacia y de racionalidad económica, no ideológicos.

El presupuesto de 2009 debiera ser el primer intento para esa reinvención fiscal; dejemos de apostarle a la renta petrolera.

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