martes, 24 de marzo de 2009

China, sus motivos y el dólar

Ahora fue el gobernador del banco central de China, Zhou Xiaochuan, el encargado de enviar el mensaje a los Estados Unidos. Bajo el ropaje de un ensayo académico el banquero central chino propone una idea perturbadora e irrealizable en el corto plazo, pero que no deja de tener engañosos atractivos: Que el dólar deje de ser la moneda mundial de reserva (ninguna autoridad mundial ha decretado que el dólar lo sea, pero así es de hecho) y que se establezca una nueva moneda mundial de reserva administrada y emitida por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que, por lo tanto, no sea la divisa nacional de nadie.

La propuesta es irrealizable, al menos en el corto plazo, y desaconsejable; a pesar de que podría parecer que una moneda internacional de reserva, digamos los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, obligaría a todos los países, empezando por Estados Unidos, a una mayor responsabilidad fiscal. Desaconsejable, entre otras razones, porque supondría convertir al FMI en un súper-banco central mundial, con un poder inmenso y temible. Muy peligroso. Pero además irrealizable porque la experiencia histórica nos ha mostrado que, más allá de los deseos de los voluntariosos políticos y gobernantes, son los mercados los que acaban eligiendo la moneda que mejor les acomoda como moneda de reserva, que no necesariamente ni en todo momento –¡atención!- es la moneda de mejor calidad, sino la más fácilmente comerciable que, a veces y por la misma razón, puede ser la moneda más mala, que es la que todos preferimos usar para pagar deudas y mercancías, en lugar de atesorarla.


En realidad ése es el grave problema de China en estos momentos: Atesoró en una moneda que podría haber sido la equivocada; y esa, ¡ay!, es la ventaja de Estados Unidos: Se endeudaron a lo bestia en la moneda que ellos mismos emiten.

Ni el gobierno chino, ni el gobernador de su banco central, parecer estar proponiendo en serio esa nueva arquitectura para el sistema financiero del mundo. Expresan su preocupación ante la eventualidad de que el gobierno de Barack Obama intente una depreciación rápida del dólar – mediante el despilfarro fiscal- para amortizar de forma acelerada y tramposa sus deudas (el sueño de todo “barzonista”). Es la natural preocupación del acreedor cuando ve que su deudor es adicto al derroche.

Preocupación legítima, respecto de la cual el gobierno de China no puede hacer mucho más que quejarse. ¿A dónde moverá sus reservas?, ¿al Rand sudafricano?

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1 Comentarios:

Blogger Jonathan A. Derrida dijo...

Excelente artículo, como siempre. Estuve esperando un análisis acerca de los SDRs que se intentan invocar nuevamente. Saludos, Sr. Macías.

marzo 25, 2009  

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