Dejen de manosear mi dinero
No sé con qué autoridad, moral o jurídica, algunos legisladores se han propuesto manosear el dinero que yo y cientos de miles de personas más le prestamos a los bancos. Ese dinero se lo prestamos a los bancos con la finalidad de que éstos, a su vez, lo presten, cobren intereses, obtengan utilidades y además nos paguen intereses a los depositantes o, en el peor de los casos, nos lo conserven a buen recaudo.
Es probable que los legisladores que quieren ponerle topes a las tasas de interés del crédito al consumo (tarjetas de crédito) ignoren que de cada peso que prestan los bancos cuando menos 76 centavos es dinero de los ahorradores, no de los banqueros. (Estoy usando el indicador más generoso que sería el índice total de capitalización de la banca mexicana respecto de los activos con riesgo de crédito, a diciembre de 2008, que es de 24.25, pero en realidad el porcentaje de dinero ajeno que prestan los bancos es mucho mayor). Si lo ignoran, se trata de una ignorancia culpable y de una (otra más) muestra de gran irresponsabilidad. Y si lo saben, no tienen vergüenza.
Si le quieren poner topes a las tasas de interés que los bancos le cobran a quienes usan el crédito al consumo (y tienen el mal hábito de no liquidar mensualmente esa deuda), obligarán automáticamente a los bancos a ponerle también topes a las tasas de interés pasivas, que son las que los bancos pagan a la mayoría de sus acreedores; los acreedores –les informo- somos todos los que tenemos dinero depositado en los bancos.
Obligarán también a que los bancos, para compensar riesgos, nos cobren comisiones más elevadas a quienes ahorramos.
A mí no me toman el pelo diciendo que con su ocurrencia le ponen límites a la ambición de los banqueros. Pamplinas. Su ocurrencia fastidia tanto a los acreedores como a los deudores de los banqueros.
A los acreedores nos fastidia porque pone en riesgo la rentabilidad, que ya de suyo es baja, que podemos obtener de nuestro ahorro. Y a los deudores porque obligará a que los bancos sólo le presten a quienes otorguen mayores garantías de pago, es decir: a quienes menos lo necesitan.
Así, pues, legisladores ínclitos (busquen en el diccionario y entenderán que uso el adjetivo como sarcasmo), ándense con cuidado y no se metan con mi dinero. ¿Así, o más claro?
Es probable que los legisladores que quieren ponerle topes a las tasas de interés del crédito al consumo (tarjetas de crédito) ignoren que de cada peso que prestan los bancos cuando menos 76 centavos es dinero de los ahorradores, no de los banqueros. (Estoy usando el indicador más generoso que sería el índice total de capitalización de la banca mexicana respecto de los activos con riesgo de crédito, a diciembre de 2008, que es de 24.25, pero en realidad el porcentaje de dinero ajeno que prestan los bancos es mucho mayor). Si lo ignoran, se trata de una ignorancia culpable y de una (otra más) muestra de gran irresponsabilidad. Y si lo saben, no tienen vergüenza.
Si le quieren poner topes a las tasas de interés que los bancos le cobran a quienes usan el crédito al consumo (y tienen el mal hábito de no liquidar mensualmente esa deuda), obligarán automáticamente a los bancos a ponerle también topes a las tasas de interés pasivas, que son las que los bancos pagan a la mayoría de sus acreedores; los acreedores –les informo- somos todos los que tenemos dinero depositado en los bancos.
Obligarán también a que los bancos, para compensar riesgos, nos cobren comisiones más elevadas a quienes ahorramos.
A mí no me toman el pelo diciendo que con su ocurrencia le ponen límites a la ambición de los banqueros. Pamplinas. Su ocurrencia fastidia tanto a los acreedores como a los deudores de los banqueros.
A los acreedores nos fastidia porque pone en riesgo la rentabilidad, que ya de suyo es baja, que podemos obtener de nuestro ahorro. Y a los deudores porque obligará a que los bancos sólo le presten a quienes otorguen mayores garantías de pago, es decir: a quienes menos lo necesitan.
Así, pues, legisladores ínclitos (busquen en el diccionario y entenderán que uso el adjetivo como sarcasmo), ándense con cuidado y no se metan con mi dinero. ¿Así, o más claro?
Etiquetas: bancos, control de precios, crédito al consumo, demagogia, legisladores, populismo, tasas de interés
1 Comentarios:
Bravo Ricardo!!!!
Aprovechando el espacio... es mucha molestia pedirte nos expliques eso de las bajas de interes que hace el Banco de México?????
Saludos
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