jueves, 23 de agosto de 2007

Argentina: Hundidos en la nostalgia (II, III, IV)

II. La necedad ideológica del matrimonio Kirchner-Fernández está orillando a la Argentina a un futuro por demás incómodo y humillante: Ser un satélite más de la dictadura petrolera de Hugo Chávez en Venezuela. Un destino similar al que enfrentan, por ahora, Bolivia o Ecuador.

Tal vez el más fuerte argumento electoral de Cristina Fernández ante las "sensibilidades progresistas" es que ella fue, en los años 70 del siglo pasado, más comprometida aún que su marido, Néstor Kirchner, con el peronismo de "izquierda" afín a los montoneros y a los movimientos inspirados en la llamada teología de la liberación.

Se supone que "el segundo Perón", el que regresó a la Argentina en 1973 prácticamente proclamado presidente por aclamación, les falló a los jóvenes que habían reescrito el peronismo en clave marxista: Esos jóvenes esperaban el regreso de Perón como si fuese a llegar un Fidel Castro argentino y se encontraron con una caricatura de Francisco Franco. Nunca entendieron que ambos personajes – Castro y Franco- son las dos caras de la misma moneda.

El viejo Perón prohijó a los corruptos sindicalistas del peronismo e incluso a febriles anticomunistas como José López Rega. A la muerte de Perón, en julio de 1974, le releva su viuda María Estela Martínez ("Isabelita") y el poder de López Rega y los paramilitares anticomunistas de la triple AAA – Alianza Anticomunista Argentina- se acrecienta. Se agudiza la llamada "guerra sucia" con la complacencia de buena parte del ejército y de la armada en contra de los guerrilleros del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), abiertamente marxista, y de los montoneros que se proclamaban peronistas auténticos.

En esas aguas mezcladas de justicialismo, marxismo y teología de la liberación abrevaron Cristina Fernández y Néstor Kirchner…y ahí siguen, a despecho del paso del tiempo.

Para ellos no ha caído el muro de Berlín, Fidel Castro sigue siendo un referente admirable y, con aderezos de los años 70, creen que el catecismo peronista original habrá de transformar a la Argentina y al mundo con sus recetas añosas de mercantilismo, proteccionismo, intervención obsesiva del gobierno en la vida económica, sustitución de importaciones, control de precios, democracia dirigida o simulada, manipulación de las variables económicas, corporativismo…

Las consecuencias de esta inflexibilidad mental – atados a los sueños juveniles de los años 70- han sido nefastas para la Argentina.

III. Argentina se ha convertido en los últimos meses en un país fantástico. Con el entorno internacional más favorable en décadas – con precios extraordinariamente altos para muchas exportaciones argentinas- el gobierno de Kirchner está empecinado en la economía ficción.

El rosario de salvajadas económicas que ha cometido el gobierno de Néstor Kirchner para mantener la ilusión de un país pujante que está saliendo de sus problemas parece interminable.

A un escándalo ha seguido otro. A la insólita y unilateral decisión de desconocer su deuda con aquellos tenedores de bonos argentinos que no aceptaron las ruinosas condiciones de renegociación y que permitió de un plumazo borrar unos 25 mil millones de dólares del registro de la deuda gubernamental, (ver cálculos de la consultoría económica privada Espert, en la "newsletter" de junio de 2007), siguió la escasez de gas natural por una desastrosa política de precios reprimidos, más tarde el escándalo de la prohibición de exportar carne – con la ilusión de que ello frenaría el alza en los precios al consumidor- y después el escándalo de acusar a los profesionales del instituto de estadísticas económicas de conspirar contra el gobierno, por rehusarse a "dibujar" la inflación en lugar de registrarla, y el supuesto cambio de metodología – en realidad, la fabricación de índices inflacionarios bajo pedido- que ha hecho de las cifras oficiales de inflación en Argentina un mal chiste. (Por ejemplo, un reciente reporte de Credit Suisse anota que la inflación auténtica supera el 15% a despecho de que el índice oficialista la ubica abajo del 9% anual).

Y más escándalos que el gobierno de Kirchner ("somos un país serio", "no somos una republiqueta") ya no sabe como ocultar: la abultada suma de dinero en efectivo hallado en el baño del despacho de la ministra de Economía, Felisa Miceli, hoy renunciada, y que nadie en el gobierno ha sabido explicar y la cereza en el pastel: el maletín con casi 800 mil dólares en efectivo que un negociante venezolano simpatizante de Hugo Chávez trató de introducir a Argentina en un vuelo privado fletado por la petrolera estatal argentina Endarsa y que, se especula, tal vez eran para financiar la campaña a la presidencia de la esposa de Kirchner.


IV y Final. Una constante de los gobiernos argentinos, desde mediados del siglo pasado, ha sido la "viveza" para manipular la economía, generar un efímero bienestar colectivo y pasar la cuenta del desastre al siguiente gobierno.



Hoy varios de los observadores más sensatos en Argentina recuerdan por enésima vez la famosa sentencia de Lord Acton: "El poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente", tratando de explicar las causas de la descomposición moral que exhibe desde hace años la política en ese país.

El reciente episodio de la valija con casi 800 mil dólares en efectivo, procedentes de Venezuela, que subrepticiamente se pretendió introducir al país en un vuelo fletado por la empresa petrolera estatal, parece haber colmado el plato.

El gobierno reacciona indignado ante las críticas, como si el escrutinio de los asuntos públicos y de la conducta de los funcionarios fuese una grosera violación de la impunidad que – presumen- les otorgó la "democracia" en las urnas. Lo cual, a su vez, se explica porque el nuevo escándalo estalló en el momento menos oportuno para los intereses sucesorios de Kirchner, es decir: para la candidatura a la presidencia de su esposa; cuyo triunfo muchos ya dan por descontado.

¿Será que mientras el bolsillo de los habitantes, casi ciudadanos, no sufra mucho, éstos toleran, como parte de la idiosincrasia nacional, la corrupción y hasta eventualmente se complacen en ella?

Lo cual conecta con la raíz originaria de la corrupción, en la medida que la democracia argentina carece hoy de eficaces contrapesos – salvo en ocasiones el poder judicial - y el gobierno goza de una posición hegemónica que le permite hacer salvajadas económicas que disfracen la realidad y por un tiempo mantengan más o menos satisfecho el estómago de los electores.

El gobierno de Kirchner ha desconocido deudas, ha reprimido precios, ha manipulado el tipo de cambio (algo tan argentino como la milonga), ha aumentado escandalosamente el gasto, ha falsificado el índice de precios, ha prohibido exportaciones e importaciones según dicten las circunstancias políticas, ha establecido trámites y controles de forma sectaria – para beneficiar a unos y perjudicar a otros- como sólo puede hacerse en una democracia sin eficaces contrapesos de poder.

A ojos vistas el país pierde competitividad pero la "viveza" para manipular la economía permitirá postergar la hora de rendir cuentas. Esa es la apuesta de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

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1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Que sucede en las democracias latinoamericanas, su proclividad hacia los gobiernos populistas de verdad que me impresiona. Por que los ciudadanos en estas regiones son tan facilmente seducidos?. Aqui en México basta con regalar un paque te de "Inútiles" escolares que se puede comprar por $40 pesos a lo sumo, para que los "ciudadanos" se sientan agradecidos por la "ayuda". En otros lugares las personas toman como una verguenza el aceptar esta clase de limosnas.

Saludos

agosto 24, 2007  

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