jueves, 26 de junio de 2008

¡No le manden señales equivocadas al productor!

La solución al desorden en los mercados internacionales de alimentos y a los altos precios es desmantelar mecanismos proteccionistas (subsidios y barreras al comercio) y – sobre todo- dejar que los precios no manipulados informen a los productores que están ante una oportunidad única.



Hace algunos meses un buen amigo me hizo notar que la versión de que los altos precios de los alimentos obedecen a la demanda de China e India, cuyos habitantes de la noche a la mañana estarían comiendo mejor, no tiene lógica: No es verosímil que millones de chinos e indios hayan despertado todos el mismo día ganando dos o tres veces más que el día anterior y que ese mismo día decidieran que todos iban a comer más carne, tomar más leche y consumir más cereales. Esos cambios en el ingreso son graduales, llevan varios años y los mercados se acomodan a ellos.

El mecanismo mediante el cual los mercados se acomodan a un cambio en la demanda, generando una mayor oferta, demuestra la maravilla del sistema de precios: los precios altos avisan al productor que hay que sembrar más porque ése será un buen negocio.

Reproduzco el comentario que me hizo llegar un lector de Tamaulipas que vende agroquímicos: "Un pequeño productor de maíz (unas cuatro hectáreas) hace dos temporadas comenzó a utilizar maíces híbridos, hace una temporada fertilizantes y este año va a volver a utilizar híbridos y esta vez fertilizantes de alto desempeño.



"¿Acaso debemos ese cambio en favor del uso de tecnología a algún ambicioso programa de gobierno? ¿Algún "pacto", "alianza" o "cruzada" por la productividad en el campo? NO.



"Se lo debemos al mercado, específicamente al incremento al precio del maíz que se ha encargado de decirle de forma inequívoca: ¡produce más!



"Me aterra pensar que el gobierno pudiera estar a un paso de querer controlar los precios y decirle que deje de hacerlo".



La solución es producir más, con el incentivo de los precios altos, y que el gobierno de los Estados Unidos tenga la honestidad de reconocer que su ocurrencia, dizque ecologista, de subsidiar la producción de etanol a partir de maíz fue estúpida, antiecológica y generadora de hambre. Esa es la causa que explica la mayor parte de las distorsiones actuales en el mercado de los alimentos. ¡Dejen de subsidiar!

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