Las ventajas políticas de globalizar la contaminación
Surrealismo puro: Premian a la ciudad de México por reducir la contaminación en el planeta, gracias al Metrobús, y un día después se decreta una emergencia ambiental porque, en la misma zona en que opera ese sistema de transporte, la calidad del aire alcanzó la categoría de “muy mala”: el ozono llegó a 176 unidades.
Por supuesto, la mala calidad del aire el sábado en la zona suroeste de la ciudad no es culpa del Metrobús, sino de que hay ya más de cuatro millones de automóviles en el valle de México. Lo cual, a su vez, obedece a décadas de gobiernos erráticos en la capital del país: desatención criminal al transporte público, uso político-electoral del gasto, crecimiento caótico de los asentamientos de población, pésima infraestructura vial y opacidad en la construcción de obras públicas lo que impide vetar proyectos faraónicos – como el famoso “segundo piso”- carentes de justificación económica y social y pésimamente ejecutados.
A este rosario de problemas propios se suma que la burocracia multinacional – Naciones Unidas, Banco Mundial, entre otras organizaciones- así como una legión de organizaciones no gubernamentales, ambientalistas, empresas culposas y estrategas financieros han logrado colocar en la opinión pública la creencia de que los daños al ambiente son planetarios más que localizados y, por lo tanto, es válido “perdonar” algo de la contaminación que se genera en España si se dan fondos para proyectos que reducen algo la contaminación en México.
No sabemos si la emisión de gases en la avenida Insurgentes de México tenga efectos ambientales en España, pero como es algo “probable” da un buen efecto de relaciones públicas que el Fondo Español del Carbono – por intermedio del Banco Mundial- le de casi 122 mil euros al gobierno de la ciudad de México porque, se supone, gracias al Metrobús en dos años se han emitido unas 60 mil toneladas de gases de efecto invernadero menos…, aunque se omite decir que la pésima planeación y ejecución de las obras del Metrobús ocasionaron una emisión adicional de gases invernadero de ¿cuántas toneladas?
Este “reconocimiento” – a la vista de la contaminación real, local, específica y comprobada que se padece en la Ciudad de México-, es algo así como hacerle una fiesta al estudiante que, ¡por fin!, aprobó una de 15 materias…, y eso en examen extraordinario.
Por supuesto, la mala calidad del aire el sábado en la zona suroeste de la ciudad no es culpa del Metrobús, sino de que hay ya más de cuatro millones de automóviles en el valle de México. Lo cual, a su vez, obedece a décadas de gobiernos erráticos en la capital del país: desatención criminal al transporte público, uso político-electoral del gasto, crecimiento caótico de los asentamientos de población, pésima infraestructura vial y opacidad en la construcción de obras públicas lo que impide vetar proyectos faraónicos – como el famoso “segundo piso”- carentes de justificación económica y social y pésimamente ejecutados.
A este rosario de problemas propios se suma que la burocracia multinacional – Naciones Unidas, Banco Mundial, entre otras organizaciones- así como una legión de organizaciones no gubernamentales, ambientalistas, empresas culposas y estrategas financieros han logrado colocar en la opinión pública la creencia de que los daños al ambiente son planetarios más que localizados y, por lo tanto, es válido “perdonar” algo de la contaminación que se genera en España si se dan fondos para proyectos que reducen algo la contaminación en México.
No sabemos si la emisión de gases en la avenida Insurgentes de México tenga efectos ambientales en España, pero como es algo “probable” da un buen efecto de relaciones públicas que el Fondo Español del Carbono – por intermedio del Banco Mundial- le de casi 122 mil euros al gobierno de la ciudad de México porque, se supone, gracias al Metrobús en dos años se han emitido unas 60 mil toneladas de gases de efecto invernadero menos…, aunque se omite decir que la pésima planeación y ejecución de las obras del Metrobús ocasionaron una emisión adicional de gases invernadero de ¿cuántas toneladas?
Este “reconocimiento” – a la vista de la contaminación real, local, específica y comprobada que se padece en la Ciudad de México-, es algo así como hacerle una fiesta al estudiante que, ¡por fin!, aprobó una de 15 materias…, y eso en examen extraordinario.
Etiquetas: bonos de carbono, calentamiento global, Ciudad de México, contaminantes, indulgencias ambientales, transporte público
1 Comentarios:
Previo a su salida como primer ministro y en medio de las peores inundaciones en la Gran Bretaña en mucho tiempo Tony Blair culpó de ello al "cambio climático".
No tardarán nuestros gobernantes (sin importar su partido) en aprovechar la escusa, las inundaciones no se darán por las alcantarillas tapadas, porque se haya autorizado construir en zonas que se inundables, o por falta de infraestructura... será el cambio climático.
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