De Salomón a Gore, con un final de Chesterton
Se atribuye a Salomón (970-931 a. C.), rey de Israel, haber dicho: “No hay nada nuevo bajo el sol”.
Sin embargo, todos los días aparece alguien diciendo que ya descubrió, ahora sí, algo nuevo bajo el sol. Por ejemplo, el calentamiento global.
Si uno escucha a ese predicador, favorito de los compradores de catecismos a la moda, que se llama Al Gore, oirá que este político estadounidense ha encontrado la noticia más estremecedora e importante de la historia de la humanidad. Noticia que sería, más o menos, la siguiente: “El planeta se está calentando con consecuencias catastróficas para la vida, a causa de las emisiones de gases invernadero que provoca el ser humano; en especial, a causa del uso de los derivados de carbono como fuentes de energía”.
Se supone que a Gore le mueve, para revelar esta novedad con ribetes apocalípticos, un encomiable sentido de urgencia moral: Salvar al planeta y a la humanidad de su más o menos inminente destrucción.
Que esta “noticia” del calentamiento global sea considerada falsa por muchos científicos serios (recomiendo, sólo como un ejemplo entre muchos, el artículo que publicó en la edición en inglés de “Newsweek” el experto en cambio climático del MIT Richard S. Lindzen: “Why so gloomy? There is no such thing as a ‘perfect’ temperature” el 16 de abril de 2007), a muchos les parece irrelevante, porque tal vez prefieren las “buenas intenciones” (supuestas) que rendir tributo a la verdad. Como quienes creen que es bueno difundir leyendas negras con tal de que la causa que se defienda sea “justa”: “Contaminar es malo, asustemos a la gente para que no lo haga”.
Ni hablar, la honestidad intelectual no es moneda común. Si los predicadores del calentamiento global, como Gore, fuesen un poco honestos intelectualmente deberían reconocer que la causa fundamental, única, capaz de generar un verdadero calentamiento verdaderamente global del planeta es…
Una estrella de tipo espectral que, se calcula, se formó hace unos 5 mil millones de años y que, se conjetura, podría permanecer en su secuencia principal otros 5 mil millones de años más. Es popularmente conocida como Sol.
No en vano Gilbert K. Chesterton (1874-1936) dijo, corrigiendo a Salomón: “Sí hay algo nuevo bajo el sol: Ver el sol”.
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