Subsidios y costo de oportunidad
El subsidio que recibimos en México los consumidores de gasolina y diesel equivale a su costo de oportunidad: Todo lo que deja de hacer el gobierno, en términos de fines óptimos para el gasto público. Calcular el costo de oportunidad para el conjunto de la sociedad es muy fácil: Es la diferencia entre el precio al consumidor en Estados Unidos y el precio al consumidor en México. Al día de hoy, más de tres pesos por cada litro de gasolina.
Desdeñar en el cálculo económico el costo de oportunidad de elegir “A” en lugar de otros cursos de acción posibles conduce a una mala asignación de recursos; es pésima economía.
Ayer - 11 de junio- en su primera plana, el periódico “Reforma” nos ofreció una muestra de cómo se hace mal un cálculo de costos; supongo que los dueños de ese periódico, a diferencia de lo que publicaron ayer, sí consideran los distintos costos de oportunidad en cada una de sus decisiones de negocios, o terminarían en la ruina.
Según el “análisis” el subsidio que recibimos los consumidores de gasolina y diesel en México es menor de lo que se ha señalado porque sólo una parte del mismo (la diferencia entre el precio de adquisición y el precio de venta al consumidor final) significa un desembolso efectivo. Error. También debe considerarse, como lo hacemos todos en nuestras elecciones económicas, el costo de oportunidad: aquello que dejamos de percibir por elegir “A”, en lugar de otras opciones factibles.
En este caso, a la pérdida, desembolsada, por el diferencial entre el precio de adquisición y el precio de venta, debemos sumar el monto del impuesto negativo (IEPS) derivado de lo que dispone el artículo 2 A de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (ver “Ideas al vuelo” del viernes pasado), que es una pérdida neta de recursos fiscales que podrían tener otros destinos, seguramente más deseables que subsidiar el consumo de gasolina y diesel.
Además de la poca confiabilidad que merecen este tipo de “análisis”, el asunto es relevante porque el costo de oportunidad, un concepto clave de la economía, suele ser mal entendido o desdeñado, lo que conduce a no pocos fracasos empresariales y a decisiones erradas de política económica.
Por eso, mañana continuaré con el asunto del costo de oportunidad en diversos aspectos de la vida.
Desdeñar en el cálculo económico el costo de oportunidad de elegir “A” en lugar de otros cursos de acción posibles conduce a una mala asignación de recursos; es pésima economía.
Ayer - 11 de junio- en su primera plana, el periódico “Reforma” nos ofreció una muestra de cómo se hace mal un cálculo de costos; supongo que los dueños de ese periódico, a diferencia de lo que publicaron ayer, sí consideran los distintos costos de oportunidad en cada una de sus decisiones de negocios, o terminarían en la ruina.
Según el “análisis” el subsidio que recibimos los consumidores de gasolina y diesel en México es menor de lo que se ha señalado porque sólo una parte del mismo (la diferencia entre el precio de adquisición y el precio de venta al consumidor final) significa un desembolso efectivo. Error. También debe considerarse, como lo hacemos todos en nuestras elecciones económicas, el costo de oportunidad: aquello que dejamos de percibir por elegir “A”, en lugar de otras opciones factibles.
En este caso, a la pérdida, desembolsada, por el diferencial entre el precio de adquisición y el precio de venta, debemos sumar el monto del impuesto negativo (IEPS) derivado de lo que dispone el artículo 2 A de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (ver “Ideas al vuelo” del viernes pasado), que es una pérdida neta de recursos fiscales que podrían tener otros destinos, seguramente más deseables que subsidiar el consumo de gasolina y diesel.
Además de la poca confiabilidad que merecen este tipo de “análisis”, el asunto es relevante porque el costo de oportunidad, un concepto clave de la economía, suele ser mal entendido o desdeñado, lo que conduce a no pocos fracasos empresariales y a decisiones erradas de política económica.
Por eso, mañana continuaré con el asunto del costo de oportunidad en diversos aspectos de la vida.
Etiquetas: costo de oportunidad, economía, gasto público, Pemex, periodismo chafa, precios de las gasolinas, subsidios
1 Comentarios:
Estoy deacuerdo en que el precio de la gasolina sea el precio que dicte el mercado, por que a final de cuentas los consumidores saldremos ganando, no hay que olvidar que la mayoria del tiempo en el ùltimo par de decadas se nos ha robado a los consumidores vendièndonos mas cara la gasolina.
Saludos
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