domingo, 9 de diciembre de 2007

¿Una educación para salir del paso?

Un hallazgo preocupante: Los estudiantes mexicanos de 15 años de edad, niñas y niños, parecen tener un gran aprecio por la ciencia, mayor que el promedio internacional, e incluso pueden identificar bastante bien los "temas" científicos, pero NO dominan los rudimentos del método científico, NO saben identificar ni aplicar una evidencia científica y les resulta muy difícil analizar datos y experimentos científicos.


La evaluación PISA 2006 que realizó la OCDE se centró, en esta ocasión, en las habilidades y conocimientos de los estudiantes de 15 años de edad respecto de la ciencia, del método científico y de su aplicación para resolver problemas de la vida cotidiana.

Como todos los años la evaluación también incluyó las áreas de matemáticas y de comprensión de lo que se lee, pero el énfasis se puso en el desempeño de los estudiantes en el terreno de las ciencias.

Los estudiantes mexicanos tienen una "actitud" sorprendentemente positiva hacia la ciencia, muy por encima del promedio de los resultados globales de la evaluación, y también resultaron bien calificados relativamente en la identificación de "temas" (issues) científicos; más todavía, una proporción notable de los mexicanos evaluados – 35 por ciento – dice que espera en su vida adulta, a los 30 años, estar desarrollando una carrera relacionada con la ciencia.

¿Maravilloso?, no tanto, porque esos mismos niños y niñas encuentran sumamente difícil resolver problemas relacionados con la ciencia, muestran severas limitaciones al tratar de entender una tabla de datos o para explicar los hallazgos de un experimento y, en general, parecen tener muy escasas nociones acerca de qué es el método científico y muy poco aprecio por el rigor lógico indispensable en las ciencias.

Parecería, entonces, que estamos formando legiones de aceptables conversadores de "cocktail" que cuando oigan hablar de mecánica cuántica sabrán vagamente que eso es "científico" y seguramente digno de admiración, pero no mucho más. Tal vez eso sea suficiente para ser locutor en un programa de televisión en el cual una hermosa y sonriente conductora hace una apresurada entrevista de un minuto a un "científico" acerca del cambio climático, con las generalidades y lugares comunes habituales, pero nada más.

Tal vez esa supersticiosa veneración por la etiqueta "científico" sea suficiente para salir del paso en una conversación de sobremesa y no quedar como un perfecto idiota, o para ser senador o diputado, pero…

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jueves, 6 de diciembre de 2007

Educación: Y los adultos estamos peor

¿Qué resultados obtendríamos si una evaluación similar a la que la OCDE realiza cada año de las destrezas y habilidades para el aprendizaje de los estudiantes de 15 años de edad se aplicase a los adultos mexicanos: periodistas, legisladores, dirigentes de partidos, funcionarios públicos, negociantes y filántropos con gran visibilidad social?

Encierra algo de justicia que algunos de los textos por medio de los cuales la prensa mexicana dio cuenta a sus lectores de los resultados para México de las evaluaciones PISA 2006, que realiza la OCDE, estuviesen pésimamente escritos.

Un caso especial, no el único pero sí el más llamativo, fue el del periódico mexicano que, precisamente, hizo el mayor escándalo por los malos resultados – que, además, eran totalmente previsibles- obtenidos por los estudiantes mexicanos. Por una vez, ese periódico abandonó su abominable costumbre de iniciar todos sus titulares con un verbo en presente de indicativo ("Cae niña a tinaco") y anunció en su titular principal: "Otro sexenio y nada: Estancan educación". Como se ve, el cambio de los malos hábitos de sintaxis, por otros tal vez peores, no sirvió de mucho. Para no variar, el verbo – "estancan"- en presente de indicativo, tal vez en tercera persona aunque podría ser también en segunda persona, del plural-, quedó huérfano, sin sujeto, y la oración se volvió ininteligible: ¿Quiénes estancan?, ¿ellos o ustedes?, ¿quiénes son ellos o quiénes son ustedes? Imposible saberlo. A ver niños, repitan después de mí: Sujeto, verbo y predicado.

Además, la obsesión por traducir los resultados de una evaluación que es anual a términos sexenales – como si la OCDE realizase estas evaluaciones con el único propósito de mostrar que el ex Presidente Vicente Fox y su secretario de Educación hicieron mal su trabajo- sólo confunde más al desprevenido lector.

Más adelante, la autora de la nota, que debe ser mayor de 15 años, hace una exhibición de disparates sintácticos. Sólo un ejemplo: ¿Qué quiso decir la redactora cuándo escribió que "los seis años (…) pasaron prácticamente desapercibidos"?, ¿creerán en ese periódico que "desapercibido" es sinónimo de "desaprovechado" o de "desperdiciado"?

En realidad, el reporte original de la evaluación PISA 2006 contiene valiosísima información para México y para sus políticas públicas en educación que, esa sí, pasó totalmente desapercibida para ése y para otros periódicos. El lunes comentaré algunos de esos hallazgos.

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